Contra más alejados del mundo estamos mas importante nos
sentimos. Tan sucio está el mundo, tan asquerosa es la ciudad, que contra menos
contacto con ella mejor. Nos gusta estar en la punta. Contra más distancia de
la calle tienes, más poder.
En el lobby
de un edificio de treinta pisos se encuentra Nicolás.
El lugar es
el centro de operaciones de Transportes Leeros, una de las compañías de
transportes más grande del país y una de las mas importantes del continente
americano. Se encargan de mover de arte a ganado, todo. Este lobby podría ser
perfectamente el de un hotel, una gran recepción con dos secretarias
uniformadas y un par de guardias de seguridad, sillones de cuero negro, y hasta
un bar, en el cual se encuentra Nicolás bebiendo agua con gas, no quiere que
nadie lo vea consumiendo alcohol antes de una entrevista de trabajo, tiene
puesto un traje, una camisa morada y una corbata negra, su pelo negro esta
manipulado con casi cien gramos de gel para asegurar una buena presentación.
Tiene media hora esperando. Siente una mano en su hombro y cuando voltea la ve,
flaca, vestida de chaqueta y falda roja, rubia, alta, con una carpeta en la
mano y otra extendida mientras empezaba a hablar:
-Hola, tu debes ser Nicolás
Weber.
-Si! Tu debes ser Sabrina.
-Si, ¿tienes mucho tiempo esperando?
-No, como diez minutos, pero no te preocupes,
me imagino que el señor Leeros esta siempre muy ocupado.
-Como no tienes idea.
Ella se da
vuelta y el instintivamente la sigue, van hacia los ascensores.
-Estoy muy agradecido que tenga
tiempo para verme. Dice Nicolás una vez que entran en el ascensor.
-El no te va a ver. El rara vez concede una
entrevista de trabajo y nunca para una posición como la que estas aspirando, tu
entrevista será con Ismael Castillos, si te contratan el, será tu jefe.
-De acuerdo.
-Y no creas que todo el edificio es nuestro,
solo manejamos el lobby el piso 15, 16, 29
y el pent house.
Llegan al
piso quince, salen del ascensor y se van por el pasillo de la derecha, después
izquierda y llegan a un escritorio, la secretaria que se encuentra allí levanta
la vista y sonríe mientras que Sabrina pide permiso y sin esperar respuesta
entra en la oficina de Ismael Castillos.
Ismael, un
hombre medio logrado esta sentado en su escritorio, la oficina es simple, tiene
una computadora y no se ven muchos papeles, un par de cartas en el escritorio,
mucho metal y vidrio, bastante moderno, abierto, fresco. Ismael habla primero:
-Sabrina! Me vienes a visitar.
-No, la verdad te traigo un delivery, este es
Nicolás Weber. Nicolás, este es el señor Castillos
-Mucho gusto, siéntate por favor.
Y Nicolás como le han enseñado a obedecer,
obedece.
-Chicos los dejo, mucho por hacer y muy poco
tiempo.
Ambos se despiden. La entrevista comienza.
-Así que Nicolás, leí tu currículo, muy bien
en la Universidad y en tus pasantías, hasta en tus primeros trabajos.
-Gracias.
-Así que dime, estas aspirando a una posición
de Asistente General de Operaciones en las Zona Norte del País, que te hace
pensar que eres el adecuado para el trabajo.
Pero no es importante lo que tiene que decir
ahora, es importante lo que dibujaba hace un tiempo, siete anos atrás, antes de
comenzar la Universidad privada y los trabajos mediocres que tanto odio al
principio. Pintaba, le gustaba el acrílico y la acuarela, le gustaba
ensuciarse, crear, pero estaba claro para su familia que su firma debía estar
en cheques, no en colores.
Sus pinturas fueron destruidas por el mismo
en su tercer año de facultad, según el ya no era necesaria. Al final consiguió
el trabajo.
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