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Un pozo lleno de amor.
Sentir la necesidad de recibir amor y sentir la necesidad de darlo, son sentimientos iguales en su naturaleza, ya que ambos son un potencial que no se está realizando, un propósito que no se está cumpliendo (Ojo con el potencial desperdiciado, porque genera ansiedad, preocupación y miedo). Parece que son dos sentidos opuestos, dar y recibir, pero es una trampa del lenguaje, dar y recibir son términos que pertenecen a un espacio temporal, a una construcción del lenguaje, y en el plano en el que se genera el amor no existen. Así que si sientes que necesitas recibir amor, dalo, y si lo quieres dar, aprende a recibirlo, tus necesidades serán igualmente cubiertas. El amor que se da o se recibe no tiene dueño, parece que si, parece que se lo estás dando a un individuo en particular por algo en particular, o viceversa, pero no, todo el amor va a un gran pozo, un pozo infinito, donde todos estamos conectados, donde todo, está conectado, es la raíz de todo. Somos todos canales al pozo, y el amor cae sobre nosotros como si fuera luz, de una manera constante y firme, lo único que tenemos que hacer es decidir si lo dejamos entrar al pozo o no, si lo detenemos (guardándolo para nosotros) o lo dejamos fluir (dándolo o recibiéndolo). Siempre que lo dejas fluir te atraviesa, llena y va a ese pozo, que nutre y da fuerza a todo, y como todo alimento que nutre, cuanto más haya, mejor. Piensa en el amor como si fuera agua y tu una cañería, si la tapas generas presión, que duele y daña, si la dejas fluir te llena y cumples tu propósito, te sientes útil, pleno. Hay que dejarlo fluir siempre, para que todo crezca con fuerza y belleza.
YO SOY DIOS.
(Opinión)
Cuando uno dice YO SOY DIOS, el ego
activa un mecanismo de defensa que es la vanidad, o su otra cara la
humildad. El ego activa este mecanismo de defensa porque está siendo
atacado y está siendo derrotado con esa frase, ya que el ego vive de
la comparación, de las medidas, de los limites, del miedo (que es
límites) y Dios, cuando uno lo entiende, no como una cosa o una
persona, sino como energía, luz blanca infinita, no tiene
limites, no tiene comparaciones, no tiene mediciones. Entonces el
ego se disuelve, no existe, está deshecho, y como el ego es un
sistema, y la característica principal de todo sistema es
preservarse a si mismo, el ego se defiende para preservarse, entonces
activa mecanismos de defensa, y uno piensa "yo no puedo ser
Dios", o "es vanidad si pienso que soy Dios" o algún
otro"yo soy" que suplante el YO SOY DIOS que no lo incluye
a él.
Así que bueno, cuando uno piensa o dice YO SOY DIOS, no hay
que preocuparse frente a ese sentimiento que surge, que no es
vanidad, o humildad, o miedo, es felicidad, una felicidad nueva, una
felicidad que permite entender que uno ya no es nada, porque es
parte del todo, y el ser se está regocijando de otra manera, una
manera nueva, y la mente y el ego se van a defender, porque ellos
están hechos de limites, y cuando dices YO SOY DIOS estás eliminando todos los limites, aceptas que no eres nada, porque eres
parte del todo.
Más allá de que uno crea en Dios o no, sí se sabe que el ego existe, y que es el responsable de gran parte del sufrimiento que vivimos actualmente, cualquier cosa que disipe su control es bienvenido. YO SOY DIOS, y no soy nada.
Un futuro clásico.
1. G. K. Chesterton escribe al
principio de un ensayo sobre El Libro de Job: "Cuando se trata
de creaciones artísticas antiguas, no hay que creer que las
desmerece el hecho de haber sido creadas gradualmente. El Libro de
Job ha crecido poco a poco, de la misma manera que creció la Abadía
de Westminster. Pero ni los autores de la antigua poesía popular, ni
tampoco los constructores de la Abadía de Westminster, daban
importancia a la fecha exacta o al verdadero autor; esa importancia
es obra exclusiva del excesivo individualismo de los tiempo modernos.
" (The Book of Job. S. Wellwood, 1907; Cecil Colmer, 1916.
Traducción de Manuela María Conde.)
Unas lineas después refuerza
su idea con la conocida cuestión homérica.
2. Si a principios del siglo XX,
ya se hablaba de un excesivo individualismo, solo se puede definir el
final como una vulgar demostración de lo monstruosa que puede ser la
personalidad, pero el XXI puede ofrecer un retorno a niveles
aceptables de narcisismo.
3. La historia general está plagada de
héroes y figuras. Todavía más marcada están las figuras en la historia del
arte, que se basa directamente en personajes, se estudian artistas,
que nos enseñan, crean coyunturas que generan cambio.
4. Desde la psicología lo
advirtieron, el ego controla todo.
5. El genio existe. Todo ser humano
es testigo de él en algún momento de su vida. La diferencia claro
está en la mirada, el genio elevando el proyecto, o el genio como
proyecto.
6. Después de todos estos años
de elevar la individualidad, el Internet celebra el anonimato,
fomenta el trabajo en equipo y alimenta la efectividad más que la
tradición, por lo tanto no teme destruir la figura.
7. Al igual que en la antigüedad nos encontramos con el mismo fenómeno: es difícil regular lo que ocurre,
es más, no existe la imposibilidad de hacerlo.
8. La rebeldía de avanzar sin
compromisos es lo que genera el trabajo colectivo. El libre acceso.
Al igual que el hombre que no tiene nada y avanza porque no tiene
nada que perder, el que lo tiene todo avanza porque no le molesta
perder algo. La posibilidad de acceder a todo hoy, es la nada del
pasado. Se plantea todo un cambio de reglas, el conocimiento como
cascada, la autoridad de las instituciones, el poder de tener acceso
exclusivo, todo se balancea frente a la democratización del
conocimiento. Así por ejemplo hoy un niño modifica el conocimiento
para un adulto tanto como un adulto para un niño, uno no tiene nada
que perder y al otro no le molesta hacerlo. Ambos trabajan bajo las
mismas circunstancias, la única cosa que detiene el avance es la voluntad.
9. Nos encontramos una reducción del personaje autor, el hombre se
encuentra de nuevo con que no es nada, la ilusión que se creó de
que se puede llegar a ser héroe se desvanece frente a la competencia
infinita. Así como el obrero que sabía que no era nada pero se
enorgullecía de ser parte de algo grande, hoy nos encontramos con
que individualmente muchas veces existimos y colaboramos como otro, y sin embargo colaboramos en la construcción del todo.
10. La Ilíada y el artículo de
Wikipedia sobre La Ilíada podrían ser lo mismo, la creación de un
grupo de mentes que buscan una misma cosa, crear algo, y que ese algo
sea lo importante.
Amor sin hijos.
1. "Te cambia
la vida", "Te da mucha fuerza", "Ves todo de otra
manera". Frases utilizadas para describir la experiencia de
tener hijos, que también se usan cuando se tiene una enfermedad
terminal, o cuando te vuelves millonario. No todo lo que te determina
y modifica tus decisiones es necesariamente bueno, es simplemente
eso, algo que te determina y modifica tu visión y tu percepción de
la realidad.
2. Como todo lo
real tener hijos tiene cosas buenas y malas, pero por qué existe un
énfasis tan grande en unir a los niños con la felicidad. Nuestro
concepto de felicidad es aprendido. Todo lo que se me ha enseñado ha
sido por un fin.
3. El sistema
es el que me enseña. La principal tarea de un sistema es perpetuarse
a si mismo. La vida del hombre, consumidor, es finita, obviamente se
necesitan más hombres para seguir consumiendo. ¿Existe la sobre
población para el sistema? por supuesto que no, al dueño del
negocio poco le importa quedarse sin mercadería, su problema es el
contrario. El único producto que el sistema no puede vender lo une a
una excusa para consumir. El amor hacia los hijos está unido a la
calidad de sus cosas.
4. ¿Qué es
el amor? ¿A quién está destinado? ¿Quién puede medir su
intensidad? Con qué autoridad puede un ser humano decirle a otro que
existen calidades de amor, o lazos de el mismo que pueden ser más
fuertes que otros. El amor adora el acto y aborrece la palabra. La
renuncia es el acto de un entrenamiento, es la expresión de una
conducta. Dejar de hacer o hacer por otro no es un acto de amor, es
un acto de fuerza. Cada quién sabe cómo ama y de qué manera, no
hay modo para el amor.
5. La
Naturaleza. Yo escribo, leo, me visto, voy al baño en un cubículo
que maneja mis residuos para que yo pueda vivir de una manera
higiénica, porque conozco de microorganismos. Respiro, como, me entreno, cosecho vegetales de mi huerta y
tengo internet. Lejos estoy del cavernícola que se mueve por
instinto. Por qué si no puedo usar la excusa de la naturaleza para
robar, matar o violar, la puedo utilizar para el hecho biológico de
tener hijos. Hoy en día la mayoría de los niños se tienen bajo un
"plan" absolutamente antinatural. La mujer está dispuesta
a tener hijos desde el momento de su desarrollo, que ocurre bajo la
mayoría de edad, en la cual no puede tener relaciones sexuales de
manera libre, el estado administra la edad adecuada para la concepción, por lo cual lo único natural que queda es el embarazo
mismo y el parto, que aunque un grupo pequeño de la población
decide hacerlo de manera "natural", no es la mayoría, y no
es algo que este disponible a un nivel popular. Tener hijos hoy en día no es un acto
libre y natural, al contrario, está absolutamente regulado y
controlado. No solo eso, una vez que el bebe se convierte en niño, se
controla todo su crecimiento, y los padres están obligados a rendir cuentas frente al estado sobre el desarrollo del mismo.
6. El control.
Desde que la historia es historia, a las mujeres se les une a sus
hijos y se les pone en un lugar detrás de su descendencia bajo la
excusa de la responsabilidad y las creencias culturales y religiosas.
A los hombres se nos implanta también el discurso de la
responsabilidad junto con la mentira de tener la tarea sagrada de
"guiar a la familia". Así ambos, padre y madre, quedan
libres de hacer, siempre y cuando sus actos no afecten al hijo según
estándares sociales. Quedan mutilados, el ejemplo perfecto un hombre
o mujer sin hijos puede hacer todo lo que uno con hijos puede,
viceversa no es el mismo caso. Los padres quedan encerrados en
horarios, tareas económicas y responsabilidades civiles. A cambio de
esto el sistema les dice que están experimentando la felicidad, y se
nutre el concepto de nicho, de paréntesis.
7. En vez de
rendirse al embudo familiar aceptar el abanico comunitario. No
necesitar la excusa de la linea sanguínea para dar y recibir amor.
Que los sentimientos sean libres.
8 . La
felicidad como bienestar y la ausencia de malestar. Amar libremente,
tener tiempo para trabajar por toda la comunidad y no para un solo
individuo que pertenezca a esta.
9. La
experiencia no es transmisible. Experimentar la vida sin hijos es tan
"especial" como tenerlos. Son experiencias diferentes.
Intentar medir la calidad de una experiencia es ridículo.
10. Tener hijos como un acto biológico y experimentar a partir de la realidad.
11. Como
ejercicio práctico. Mirar a los adultos mayores de 30, ver cuantos
tienen hijos y preguntarse: ¿por qué?
"Ulises" de Joyce es fácil de leer.
Basta sondear un poco en la bruma
que generan alrededor de "Ulises" de James Joyce, para
encontrarse con adjetivos como "difícil", "complicado",
"exigente", el libro está rodeado de intelectuales que con
grandes carteles de "cuidado" alejan y desalientan la
lectura de aquellas personas que buscan algo accesible al momento de
entretenerse con la lectura. Me parece increíble que esto pase, y
encuentro dos posibles explicaciones, una, que no lo han leído, dos, que los
intelectuales se quieren quedar "Ulises". Si es la primera,
que lástima, si es la segunda, no, "Ulises" es de todos y
no se lo pueden quedar.
La razón principal por la cual
"Ulises" es tan accesible, es la misma por la cual uno
puede disfrutar a Beethoven o del chocolate, es un producto armonioso.
No es necesario ser músico profesional para disfrutar la Novena
Sinfonía de Beethoven, o cocinero para saborear una barra con 60% de
cacao, cualquiera puede escuchar o probar y sentirse satisfecho sin
conocimiento previo. "Ulises" es accesible a todos en la misma manera,
ya que es un producto profundamente armonioso. Las descripciones son
tan precisas en cuanto a los sentidos, que lo único que se requiere
del lector es eso, que sepa leer, no requiere ningún tipo de
conocimiento previo para ser disfrutado. El lenguaje que utiliza es
claro, simple y la historia fácil de seguir y de entender. "Ulises"
es un libro que te lleva de la mano todo el tiempo, te acompaña, no
te deja solo, y Joyce te da todo lo que tiene en cada palabra, en
cada espacio, durante todo el libro, es un libro que tiene que ser
leído con total soltura y tranquilidad, no tienes que saber nada
para leerlo, nada.
Ahora, que es un libro cargado de
referencias, qué es un libro laberíntico en su trastienda, si, nadie lo discute, pero
que libro no, hasta la novela más simple está cargada de
referencias personales de su autor, está cargada de referencias de
la cultura hasta el momento, está cargada de toda la determinación
que hasta el momento hizo posible esa obra. Artículo tras artículo,
papel tras papel, se hace énfasis en ese estudio, en esa trastienda
que carga "Ulises", en esos pequeños descubrimientos que
hacen los estudiosos a las referencias, y está bien, es positivo y
es divertido, pero no es lo importante, lo importante es que está
bien escrito y cualquiera que sepa leer lo puede disfrutar, nada más.
Está tan bien escrito que uno puede disfrutar leyendo cualquier
parte del libro por sí misma, cualquier capítulo, cualquier párrafo, y disfrutarlo por si mismo, cómo cualquier buena sinfonía, puedes
tener una parte preferida, volver a él, leerlo una y otra vez, leer
solo una parte, zambullirte en él, adelantar las partes que no
te gusten, porque el libro en sí es un placer y cualquier parte de
él es disfrutable, y como Joyce te da todo en cada parte, cualquier
momento es pico, no hay mejor parte.
La prueba máxima de esta
claridad es el libro que siguió a "Ulises", el "Finegans
Wake" un libro absolutamente ilegible, complicado, duro,
laberíntico en cada palabra, es más Joyce inventa palabras
constantemente, lo cual lo hace un libro que requiere otro
conocimiento para ser entendido, un estudio, un desglosamiento de la
obra para poder acceder, un libro difícil. El mismo autor parece
darnos la clave, hago esto de esta manera y esta de otra, sepan
diferenciar, escuchemos que después de todo, lo escribió él.
Se aleja el trabajo intelectual de
las masas porque se cree que se necesita un conocimiento extra para
ser disfrutado, como todo se necesita un conocimiento extra para ser
estudiado, pero no para disfrutarlo, pasa con las artes plásticas,
pasa con la música, la única división entre la élite cultural y lo
popular, más allá del volumen de los espectadores, es que la élite
cultural es crítica con sus gustos y los quiere dominar, quiere tener
control de ellos y hacer el acceso limitado, generalmente con frases
como "tienes que leer mucho antes de entenderlo" o
simplemente "te falta para comprenderlo", la élite cultural
lo que hace es eso, mantener su entretenimiento alejado por medio de
carteles de cuidado, nada más. Pero basta de esto, no hace falta
tener ningún conocimiento para disfrutar el arte.
El buen arte, es
conocimiento en sí mismo, es un nuevo conocimiento, es un nuevo
lugar, así que el análisis que se haga de él, es cómo dije antes,
entretenido, positivo, nos ayuda a aquellos que queramos profundizar
en el estudio de la obra, pero no es la obra y no es necesario para
disfrutarla.
"Se trataba de una situación
apurada pero, echando mano del sentido común, evidentemente no había
otra cosa que hacer sino poner al mal tiempo buena cara e irse a pata
lo que consiguientemente hicieron" del Ulises de Joyce, no hay
que tener un Doctorado en física cuántica para entender eso.
J.C. y el Yo II
J.C. y el Yo
La religión se basa en una triada, el padre el hijo y el espíritu santo. El tiempo doble en la persona que está, en la descendencia y la continuación de la regla establecida y en un misterio que es la existencia misma. La religión es el sistema perfecto en miniatura, jerárquico, político, con el poder centralizado, estéticamente atrayente, y generador de su propia teoría.
La religión se basa en una triada, el padre el hijo y el espíritu santo. El tiempo doble en la persona que está, en la descendencia y la continuación de la regla establecida y en un misterio que es la existencia misma. La religión es el sistema perfecto en miniatura, jerárquico, político, con el poder centralizado, estéticamente atrayente, y generador de su propia teoría.
Todos los pequeños cosmos que rodean la academia siguen el
mismo patrón. El arte, las ciencias, el deporte. Con las mismas reglas se crean
nichos, que se multiplican dentro de si mismos en el infinito y corren
paralelos, de vez en cuando surge una herramienta que crea un salto dentro de
los mismos, modificando la manera en que se trabaja dentro de ellos (la tv, el
internet) pero manteniendo las reglas específicas de los mismos, principalmente
dos: el sistema se tiene que auto-sustentar (Generar dinero por si mismo), y
para entrar en el mismo necesitas la aprobación de alguien ya adentro. Puedes
escribir un libro sobre futbol, puedes publicar un libro sobre tu experiencia
en el futbol, pero los dos mundos nunca se van a unir, el producto tiene que
pertenecer a un mundo o a otro.
Este ordenamiento hace que los productores, o hacedores,
parezcan olvidarse por completo de su situación dentro del sistema, por algún
motivo una vez que entran en la rueda parecen olvidarse de su condición y pasan
rápidamente a ocupar el puesto que le es asignado. El hacedor pierde su noción
de yo y lo reemplaza por el yo que le han otorgado. De ahí que se ofenda por su
producto, de ahí, que se crea especial, de ahí que todo cambio que intente
realizar dentro de su sistema es inútil. Los sistemas funcionan como ciclos,
los ciclos solo se rompen si una de las partes deja de funcionar por completo,
el hacedor que quiera provocar un cambio real en su ciclo tiene que destruirlo,
y para a hacerlo tiene que destruir eso que lo hace tal, tiene que dejar de
ser, y como ha reemplazado su yo por el yo que el sistema le entregó, se tiene
que destruir a si mismo.
Cuando el arte incurre en el yo, se cuestiona el papel del
hacedor, no solo en su ubicación con respecto a su producto, sino al producto
con respecto a su sistema y a los sistemas que lo rodean y tocan o hasta
comparten las mismas formulas, los mismos lenguajes. Para entenderlo con un
ejemplo, si yo invento un motor que funciona con aire, no solo voy a
influenciar a la industria automotriz, voy a influenciar a toda industria que
use un motor. Cuando el artista, utilizando un lenguaje particular, digamos un
escritor las palabras, intenta cuestionar su lugar en su sistema, su trabajo se
va a extender a todas las áreas que utilicen palabras, ya que si los sistemas
se prestan herramientas, también son dañados por las mismas armas.
Entonces tenemos, un control del presente del pasado
y del futuro, por medio de la herencia, principalmente cultural, y un elemento
místico poderoso generador (Dios, la musa, el publico), que al final tiene la
última palabra, pero que como no puede ser cuestionado es menester de las
autoridades (que tienen el control y por lo tanto la razón ya que el
conocimiento es autogenerado) decir que puede estar dentro del sistema y que es
aceptable. Este microcosmos se repite en cualquier organización, diarios,
colegios (prácticamente toda institución educativa) empresas, etc.
Cuando el arte juega con el yo, pone todo este sistema en
cuestionamiento. Ya que plantea que arte es lo que se está haciendo, y no el
resultado. Hoy en día conseguir un resultado, en cualquier ámbito, es muy
fácil, la cantidad de profesionales, a precios relativamente bajos que pueden
hacer cualquier cosa, es apabullante, no hay campo fuera del alcance del hombre
común, llevar a cabo una idea es extremadamente sencillo, y no requiere de gran
capital, al menos claro que tu idea sea extraer petróleo del polo. Que dice la
incursión del yo, yo como artista estoy haciendo este producto, y eso es lo
importante, es tan importante, que de eso va a tratar mi producto, y al hacerlo
cuestiona toda la cadena. Cual es el conocimiento entonces que guardan las
autoridades? Por qué me importa el tiempo si lo importante es lo que estoy
haciendo? de que me vale la evaluación? La evaluación tendría que valer para
hacer mejor, para afinar el producto, para ayudar al artista, no para colocarlo
en un lugar, una ves que una evaluación o una crítica te coloca en un lugar, la
esencia misma del producto queda comprometida, si arte es lo que estoy
haciendo, algo suspendido en el tiempo y
puesto en un lugar, es algo muerto, ha perdido su esencia, ya no es porque no
está haciendo. Y esa es la fuerza y la grandeza de las grandes obras artísticas,
que siguen haciendo y generando, más allá del artista mismo, y más allá de los obstáculos
que se le pongan en el camino.
J.C. y el Yo.
Todo se escribe a partir del yo. No importa dónde nazca el
texto, cualquier texto, incluidos textos periodísticos e históricos, escribir
es un proceso centrado en el escritor.
La objetividad es una serie de elecciones, de parámetros,
limitaciones, para juzgar determinada acción, historia o trabajo artístico.
En los últimos tiempos en la literatura y el cine con mayor
asiduidad (porque no es nada nuevo) se potencia la figura del yo por medio de
la inclusión del personaje/autor en la obra, esto no es más que una herramienta
que funciona.
Funciona porque blanquea algo que ha estado presente ( y
define) desde el principio del arte o la expresión, la obra artística es la
traducción que el artista hace de la realidad, esta herramienta crea una
comodidad entre el producto y el espectador, crea la ilusión de acercamiento.
Este yo juega con la noción, bastante acertada, de que todo
pasado es ficción.
Esta inclusión desafía todos los géneros, porque pone de
manifiesto que la persona que produce está primero. La historia, el periodismo,
hasta la autoayuda, se mira en este espejo y lo único que puede hacer es
cuestionar la información que presenta, ya que lo verdadero, queda de
manifiesto como falso, verdad es solo lo que pasa. Todo lo que se cuenta pasa a
hacer información procesada. Cuando Javier Cercas habla de Bolaño, no es
Bolaño, es un recuerdo, que es el recuerdo de un recuerdo, que tiene Cercas de
Bolaño, todo pasado es una ficción, ya que la mayoría del caudal de información
que tiene el presente se pierde, una verdad parcial no es una verdad.
La realidad tiene información ilimitada, sabemos que
nuestros sentidos absorben caudales ilimitados de información (porque se genera
constantemente), está información es
procesada y organizada por el cerebro siguiendo los parámetros del lenguaje, la
educación y la cultura. Yo no vivo en la naturaleza, yo vivo en una
construcción sobre la naturaleza.
En el film JCVD (Jean Claude Van Damme) producido por el
mismo Van Damme, el actor actúa de sí mismo. Es un film de acción, como todos
los que hace, pero a través de esta
herramienta del yo, se permite escenas, profundas y sentimentales, que no
tienen cabida en sus otros films, por la dureza y rigidez que presenta una
trama inventada, que precisamente por ser inventada es dura, porque contiene
menos información. Al utilizar la herramienta del yo, la rigidez se pierde en
la teoría, no tiene cabida porque dice esto es la realidad, todo vale. En la realidad
la imaginación tiene todo lo que necesita, en la ficción la pobreza de
información no permite ciertos caminos, hay que elegir y seguir una línea.
Si alineamos a cincuenta saxofonistas de jazz, y le damos a
cada uno el mismo instrumento, digamos un Mark VI con boquilla Runyon S.R. y
una caña Vandorem 2 (utilizo esto porque es la combinación de mis sueño es lo
que conozco, escribo a partir de mi e intento atraerte a mi mundo), y haces que
cada uno toque la misma partitura, digamos Summertime, con la consigna de que
tienen que seguir textual la partitura, todas van a sonar un poco diferente. Si
te alejas de la rigidez y les das libertad a partir de otra consigna que la
partitura sea solo una herramienta, no solo potencias la personalidad, sino que
abres nuevos caminos, “My Favorite Things” de John Coltrane está muy lejos de
ser el de Hammertein y Rodgers y en nada se parece al de Bjork.
El artista está en su derecho de utilizar todas las
herramientas que estén a su alcance para llevar a cabo su traducción, tiene que
presentar al mundo, en un idioma particular, algo que propio o no, está en su
interior, con la inmensidad que esto representa. Tarea tan difícil y ardua no
puede ser juzgada con nimiedades, generalizaciones o modas.
Esta incursión del yo está muy lejos de estar fuera del
mercado o “pasada de moda” (termino absolutamente ridículo cuando se habla de
arte ya que cada artista es un mundo y nunca puede estar pasado de moda frente
a si mismo) o de ser un recurso acabado, al contrario. Los artistas cada vez
comparten con mayor rapidez y con mayor cantidad de información sobre si mismos
su trabajo. Dentro de muy poco el artista va a poder compartir muchísima
información en su obra, olor, color, sensación térmica, etc., esto va a
disminuir el proceso de traducción y va a aumentar la experimentación de la
obra artística, va a ser algo más “cercano” a la realidad. La literatura y el
cine arman a partir del tiempo, una situación es desglosada, editada y
presentada fuera del tiempo, acá se pierde y se agrega información, creando
ficción, una mentira, las mentiras son rígidas, si la disfrazas de realidad
agregas espacio.
Lo que la audiencia va a sentir cuando el artista lo lleve a
su mundo es imposible de imaginar, pero esta leve incursión en la que el protagonista
es el hacedor no hace más que pavimentar el camino hacia esa sensación.
James Cameron en Avatar empieza a prepara la psique de los
consumidores. Psique que no estaba preparada hace quince años cuando Disney y
las redes de Arcade en U.S.A. instalaron juegos de realidad virtual en sus
locales, fracaso total, era necesario un acercamiento más pausado y ordenado.Por qué Dios no habla tu idioma.
Varias veces el Sefer Yetsirah nos dice que tenemos que combinar, “Todo con Aleph, Aleph con todo, todo con Beth, Beth con todo” al final el libro nos da la clave, “Cuando Abraham, nuestro padre, entró en el flujo de la vida, el vio, el miró, el exploró, el articuló, el colocó, el grabó, el combinó, el estructuró y elevó con sus manos, y después recibió todo…”.
Nos recuerda Alister Crowley “El Libro de la Ley está Escrito
y Encubierto”.
Vivimos dentro de un lenguaje. Desde que nacemos, estamos en
constante programación, programación que nos aleja de la naturaleza, de lo
primordial, como indican las supersticiones, el conocimiento nos alejó del paraíso,
del paraíso en el que viven los animales que no conocen la dualidad, la separación
de su ser, el espacio que existe entre instinto y lenguaje.
Si vivimos dentro de este lenguaje, cómo podríamos entender
otro. Para comprender otro idioma se necesita un traductor, pero que pasa si
ese traductor no estuviese, que pasa si dos personas que hablan idiomas
totalmente diferentes se encuentran en una situación en la que tienen que
comunicar conceptos. Acudirán a las referencias, a las señas, a los gestos, a
las imágenes, combinarán diferentes medios para hacerse entender. Se puede
acceder a conceptos nuevos fuera del lenguaje conocido, combinando de manera
diferente elementos del mismo lenguaje. De la misma manera, tenemos que
entender que si alguien o algo nos quiere comunicar un concepto que no existe
en nuestro lenguaje utilizará una combinación de elementos dentro del mismo
para hacerse entender. No creamos elementos, pero la combinación misma de los
mismos es la esencia de la vida, del arte, de la evolución.
Recordemos que en la tradición Judía no se escribe el nombre
de Dios, siempre se omite una letra, tenemos el principio fundamental del Tao,
que lee “El Tao de quien puede hablarse / no es el Tao absoluto. /Los nombres
que pueden dársele / no son los nombres Absolutos /El tao que se pronuncia no
es el Tao verdadero” (Traducción de Lin Yutang).
Una vez que algo entra en nuestro lenguaje, el lenguaje se
lo adueña, nuestro concepto de Dios, es el concepto del lenguaje, y Dios, si
existe, tiene que hacerlo fuera del logos. La verdadera experiencia espiritual,
que pasa en un presente único y no conoce separación del tiempo, no tiene
pasado ni presente, tiene por ende que ser propia e incomunicable.
Una lectura personal.
Dicen que hace unos dos mil años un niño, que había sido fecundado directamente por el ser más supremo del universo, nacía en un edificio muy pobre en el medio del desierto, por un tiempo sus padres terrestres esperaron en esta construcción hasta que llegaron tres individuos con regalos para este nuevo ser, regalos que representaban las riquezas físicas de la tierra. Sfor, Sippur y Sapher. Samekh-Peh-Resh, Samekh-Peh -Vau-Resh and Samekh-Peh-Resh. Numero, Letra, palabras. Tres regalos, Oro, Incienso, Mirna. Oro, aorum, presente primera persona verbo orar del latín oris, palabra. Incienso, conocimiento, incendoere, número. Mirra, para papiros, Letra. Los tres regalos que el ser más supremo del universo le regaló a su hijo y las herramientas que le envió fueron el conocimiento a travez de las herramientas (numeros), la comunicación entre sus iguales (palabra) y la posibilidad de conservar la historia (letra).
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