Baldomero.

Baldomero hace arepas en la playa. Dejó el colegio a los dieciséis años, en cuarto de bachillerato, y se fue a la playa. Consiguió una buena casa en la que necesitaban un cuidador y se puso a hacer arepas para ganar dinero, le gustó, de esto hace veinte años. Pasó por varios lugares hasta tener suficiente para armarse su ranchito, cerquita del mar, se hizo un carrito con chapa, con un bracero en el medio, y se marcó una ruta, la misma, todos los días y todo el día. Baldomero pasa diez horas diarias caminando por las calles del pueblo, vende arepas solas, con mantequilla y con queso. Baldomero no cree en la monogamia, no cree en Dios y no cree en el gobierno, cree en el pan, y lo dice siempre, “el paraíso es la panza llena”, y por eso el nombre de su carro, “El cielo en una arepa”. 

La verdad sobre el asesino del parque San Martin


Cuando asesinaron de tres balazos, realmente tiraron nueve pero el homicida bisoño no derrocha en puntería, a German el nazi justiciero, en la calle se habló de un castigo por parte del Topo y sus delivery de drogas, por un momento hasta yo pensé que esa historia podía ser cierta, y tenía sentido, ya había llevado a juicio a dos y estaba realizando averiguaciones sobre el tercero, unas semanas atrás se había envalentonado con un treinta y ocho sobre la puerta de la casa de un pudiente, en plena transacción el delivery todavía sosteniendo la mercancía y el comprador en pantuflas con la plata en mano, la escena no terminó en tiros por que el delivery quiso proteger la identidad del comprador desapareciendo como prueba, astuto el muchacho, violento el German, torpe el cliente, así que todos aceptamos la historia. Aunque buen cliente, el German no dejaba de ser Nazi, no jugaba al ajedrez con las piezas negras, todos los libros de la segunda guerra eran mentira, igual me los compraba, para después desmentirlos, y su placer por el ocultismo era del negro, que aunque acá también pagaba con creces un hallazgo extraordinario, uno no se siente muy bien cuando vende un libro de hechizos de probada efectividad a alguien que de entrada se muestra oscuro, así que todos aceptamos que German el Nazi fuera baleado en la puerta de su casa, por un ajuste de drogas, ahora, unos días después, tres días para ser exactos, Hugo, el comprador compulsivo que me pide una bolsa por libro, pasa buscando libros de ciencia y más precisamente sobre el método científico, y me pregunta si tengo algún específico sobre el desarrollo completo de un experimento, tenía un libro de Manilow, uno de Fabre y uno de Wacquant, el de boxeo, y como el vendedor de libros que consume su mercancía es un mago en hilar un tema con una necesidad para conseguir una venta, le vendí los tres, y cuando se iba su ego no lo dejó y Hugo me dijo, la perfección está en la práctica, y así se fue el hombre, y me recordé de esa vez que me dijo, quién sabe por qué, aunque al vendedor de libros algo de confesor le ven, yo tengo el método perfecto para matar a alguien espero nunca tener que utilizarlo pero a los míos los protejo, a lo que yo le contesté, si lo cuentas no es perfecto, y él me contestó, no te lo conté, y yo le dije, tampoco es perfecto eso que no se puede practicar, y ahí quedó la cosa y el hombre se fue con su bolsa, en la que mete todas las bolsas, por supuesto que el hombre puede estar practicando cualquier cosa, y no hay indicio alguno o prueba concreta de un supuesto que todavía no es explicado como tal, pero resulta que también recordé aquella vez, que por pura casualidad, mientras Jugaba ajedrez con el Roberto, el German observando y el Hugo comprando, este último me preguntó un precio, a lo que German contestó, ese libro no vale nada, de un libro sobre Sócrates hablamos, La Muerte de Sócrates de Robert Waterfield para ser precisos,  acá Hugo lector incansable de los clásicos griegos y fanático de la libertad y el libre pensamiento, se enganchó en una discusión con el Justiciero Nazi, la discusión fue resuelta por un tercer integrante de la mesa, esta del sexo femenino, que con su buen aspecto preguntó un precio y disipó los conflictos, que todos se rinden ante la belleza, y en una futura compra Hugo me preguntó por tal individuo, y seguro a otros habrá preguntado y todos habrán respondido, es un Nazi, así que yo me quedé con esos recuerdos, masticándolos, y cuando ocurrió el asesinato del turista Belga y a los tres días volvió a pasar el Hugo y me recuerda sobre la práctica y la perfección, y cuando encontraron el cadáver del jugador de fútbol apuñalado entre los árboles, y a los tres días de la noticia pasa Hugo y me recuerda sobre la práctica y la perfección, yo lo retengo y le pregunto si se recuerda de German, del Nazi, y me dice, si el antisocrático el enemigo del pensamiento, le pregunté si sabía cómo lo habían matado, si había escuchado algo que en los diarios nada dijeron del cómo, él me dijo, nada sé lo mismo que saben todos y se cuenta por las calles que mientras abría la puerta de su casa alguien se le acercó por detrás y le pegó tres tiros en el pecho y después descargo el resto del arma en el pasillo.       

Es en la otra puerta.

Augusto, viejo sencillo, y Héctor, joven aturdido, estaban parados afuera de la comisaria mientras Victoria, joven hermosa, y Brunilda, sabia hermosa, entraban a preguntar, mientras entraban Augusto les dijo, es en la otra puerta, pero ellas no escucharon y entraron igual, entonces ahí Héctor le dijo a Augusto, así se forman los lideres, Augusto le contesta, no te entiendo, no importa dice Héctor, entonces se escucha que adentro el policía les dice a las mujeres, el trámite es en la otra puerta, pero ellas se quedan hablando, entonces Augusto enfila hacia la otra puerta y Héctor lo sigue y le dice, viste hasta te sigo, y Augusto le contesta, no te entiendo, no importa dice Héctor, y llegan a la otra puerta y justo sale un policía y les pregunta, que quieren, y Augusto le dice, los chicos van a comenzar el trámite de residencia, y el policía les dice, es en la otra puerta, el policía se va y Héctor le dice a Augusto, como los lideres, y Augusto contesta, te entendí. 

Realidades



Estaba recién mudado a los Estados Unidos, tenía 15 años, y estaba alucinado, en un año ya podía manejar, un auto era accesible con un trabajo de medio tiempo, mis padres soltaron la cadena  al estar en un lugar con menos inseguridad, las tiendas de discos eran gigantes, los juegos de Nintendo eran regalados y los podías comprar usados por monedas, una hamburguesa con papas fritas era la comida más barata posible, no un premio de domingo, todo aquello que en Caracas era un lujo acá era resto, de un día para otro, así de rápido, y el cine, todos los viernes, seis, siete, diez películas nuevas, más los dvds en oferta por todos lados el título que sea, accesibilidad, en su momento hermoso, después se sumarían los libros, pero por el momento, era música, películas y comida, bueno, pastas procesadas en forma de comida, que a los quince son ambrosía. El único problema del cine por supuesto, es que era en inglés sin subtítulos, y yo el inglés al cien no lo tenía, le estaba dando duro con revistas de la NBA y las letras de los discos, compraba cds solo con librito, y fui afinando, y un día sin darme cuenta ya estaba entendiendo, entendía las canciones, entendía las revistas, me animé con algún libro, y me dije, pruebo con el cine. Había una película nueva que causaba furor, no se podían conseguir entradas, así que por supuesto nos dieron muchas ganas de verla, nos fuimos un día temprano, mi prima, mi hermana y yo, y conseguimos entradas para la última función de ese día, el resto del día lo pasé en el arcade gastando fichas y en Wendys comiendo hamburguesas, mi hermana y prima se fueron no sé a dónde. Cuando entramos al teatro, era un desastre, se habían colado un montón de personas, esto fue una gran sorpresa porque quién iba a pensar que  la gente se colaba en Estados Unidos, y no habían asientos, es más las escaleras estaban bastante llenas, nos tuvimos que sentar en el piso cerca de una salida de emergencia, bien a la derecha del teatro, por lo menos estábamos en el centro. Esa fue la primera película que entendí en Inglés, y fue la primera película que disfruté sin subtítulos, y fue una puerta gigantesca hacia el entendimiento de que había otros mundos, otras culturas que se representaban a sí mismas, y que una traducción es otra cosa, estaba entendiendo un producto desde otro punto de vista, desde otra perspectiva, había cambiado como consumidor, al toque entendí que estábamos programados y que entendíamos las cosas de acuerdo a esa programación, el idioma era algo que escribía en mí. La película que veía mientras pasaba todo esto, era Matrix.   

Todo es centro al infinito.

Todo es centro,
y dentro de ese centro,
hay centros,
y todo disemina
líneas de energía,
y si las líneas entre varios centros
son armoniosas
y fluidas,
lo que pasa es bello,
y si
son agresivas
y violentas,
lo que pasa es doloroso.
Y así los átomos
a las células
y las células
a los órganos
y los órganos
a mi cuerpo
y mi cuerpo
al infinito.

Mis dos libros auto publicados.

El primero fue “Filosofía Momento”. Tenía diecinueve o veinte años, había dejado la segunda universidad a la que asistía, tan asqueado como la primera, si vas a la universidad y no te sientes que estas asfixiando al último panda, eres un insensible, si terminas o no, es otra cosa, pero tienes que sentirlo. Me quedaba un poco de dinero de mi último trabajo, y quería el libro para salir a venderlo, realmente quería hacer plata con mi libro. Lo imprimí en una imprenta de Abasto, una impresión, no una edición, simplemente fui por toda la ciudad buscando el lugar más barato para imprimirlo, no editarlo que es otro precio. El dueño de la imprenta tenía una kombi pintada con la cara de Gardel, su mujer vivía en el El Bolsón y yo estaba con ganas de irme a vivir a la Patagonia,  estaba en abasto como extranjero, la kombi y Gardel, en su momento todo parecía bastante profético. El imprentero era un peruano alcohólico, siempre que lo veía tenia una botella de gaseosa de las grandes, dos litros, en la mano y tomaba frenéticamente. La sed. Todos los días iba a la imprenta y todos los días era lo mismo, mañana. Mañana. Mañana.
Mañana.
Un día me cansé y le dije al dueño, lo hago yo, córrete, me metí en la pequeña pieza donde tenían dos imprentas que parecían haberse estrenado con la noticia “ayer crucifican al supuesto hijo de Dios” y el peruano me dice, sin señalar, “el papel ahí y la tinta ahí, no pongas mucha tinta, pero primero necesitas las placas”, trago largo de gaseosa, la espalda. El dueño de la imprenta me agarra del brazo y me dice vamos por las placas. Fuimos caminando, en el camino me preguntó, “porque todos los cuentos tienen tipografías diferentes”, estoy intentando usar el medio le digo, que cada cuento tenga una personalidad visual. Se quedó callado. Siempre me preguntaba cosas y después se quedaba callado.  Pasé mucho tiempo en ese cuartito, tomando gaseosa con el peruano, sacamos el libro e imprimimos algunos panfletos de putas en el medio, me ofrecieron trabajo, no gracias me voy a vender libros a la calle. El libro terminado me salió dos pesos, yo lo vendía a cinco. Vendía bastantes, realmente hice dinero con mi primer libro, tenía que hablar muchísimo y mentir y pretender que todos me caían bien y exagerar el acento y hacerme amigo, un asco, pero vendía, era mi trabajo en ese momento. El libro se caía a pedazos, el pegamento era malísimo, y seguro para el segundo cuento te quedabas con algunas páginas en la mano. Lo único que me dio Filosofía Momento, fueron golpes, mi padre acostado en la cama y en calzoncillos se encargó de subrayar todo lo que estaba mal con el libro, mi amigo Juan que a veces me ayudaba a venderlo me decía “por lo menos era barato”, y todos me recordaban, constantemente, que el libro se caía a pedazos.
Me enserié. Escribí mi primera novela, “Suero”, la empecé a escribir en Buenos Aires y la terminé en Mendoza, y fue perfecto porque la ciudad encajaba perfecto en al novela, la utilicé muchísimo. Terminé Suero, a buscar editorial, por supuesto nada.  Después de un año de silencio, me dije, la quiero ver en papel, la saco yo, esta vez con calidad.  Desastre. Caí en manos de un estafador hijo de puta abrigado bajo un sello histórico, nada peor que un ladrón con recursos. Por más de dos años sufrí en las manos de esa basura, reuniones inservibles, excusas ridículas, vueltas y más vueltas, micros, llamadas, tiempo, impotencia. Y durante todo este tiempo, la gente a tu alrededor, “te estafaron”, “te robaron”, “lo hiciste mal”. Listo, no aguanto más, a conseguir con que imprenta trabaja el hombre, la encontré, Pompeya, vamos a ver que pasa, el imprentero me dice, el tipo me debe treinta mil pesos, no le sacó ningún libro, y que culpa tengo yo le digo, ninguna, pero es tu editorial, yo insisto, cuanto quieres por sacar el libro, tanto, es demasiado, tanto,  sigue siendo mucho no tengo esa plata, mira, te doy tanto, y el resto se lo sumas a la deuda de este hombre, silencio, bueno, pero le sumo tanto a la deuda, trato. A lidiar ahora con el imprentero de Pompeya, lo primero que me dice el hombre es “porque no te saco mejor los siete locos de Roberto Arlt” , a explicarle, pero yo no quiero los siete locos, quiero mi libro Suero,  el insiste, si pero los siete locos lo vas a vender mejor, claro, no me queda duda, pero yo quiero mi libro no el de Roberto Arlt, pero mirá que no te cobró más y te llevas un mejor libro, ya sé que es un mejor libro, pero no es el mío yo quiero ver mi libro impreso, si me dice, te entiendo, pero vos sacá los siete locos y son tuyos porque los pagaste y los vas a vender, esta discusión tardó casi una hora, bueno me dice al final, como tu quieras, es tu libro, acá yo tengo una copia de ese suero que me pasó el editor, para le digo, seguro es vieja, déjame que te traigo otra, dicho y hecho era vieja, contrato una correctora que lea el libro y lo corrija, yo lo leo una vez más, lo imprimo en mi casa para asegurarme que esta bien, soy una molestia, quieren usar el internet, y yo estoy al lado de la impresora que se traba cada dos segundos, terrible.  Le entrego al imprentero la copia final, y le digo que tengo que corregirlo una vez más, no me dice, esto ya está, yo insisto, pero el insiste más y realmente a estas alturas, estoy agotado. Hace el libro, lo voy a buscar, imprimió una copia vieja, que no sé como la tenía, el editor seguro le habrá dado varias, el libro sale plagado de errores ridículos. No puedo hacer nada, qué hago me sigo peleando hasta la eternidad, ya fue. Esta vez el libro estaba cosido, no se caía a pedazos, pero la tinta de la tapa era una porquería, el libro era azul y se decoloraba, lo ponías en la mochila, al lado de otros libros, todo azul. Y mientras tanto todos se aseguran de recordartelo, las dos cosas, que el libro pinta todo azul, y que está mal editado, todos, mi padre hace su tanto desde la cama. A un par de personas les gustó el libro, logré un poco de prensa, una crítica buena en un diario de circulación mayor, una presentación en la feria del libro de Mendoza, todo solo, a punta de empuje no más, y sabiendo que con cada copia que vendía venían dos comentarios, está mal editado, pinta todo azul. No perdí plata, es más gané un poco. Por cinco años trabajé en mi siguiente novela “Nodo”, esta vez me dije, si que si, sale bien, mucho trabajo, sale lindo. Por dos años, editoriales, concursos, Argentina, España, todos lados, cuatro copias doble espacio una sola cara anilladas, hasta cinco copias te llegan a pedir, eso pesa y mucho, envíos para todos lados, la mitad de mi sueldo se me iba en impresiones y envíos. No. No, no, no , no y no.
No.
No.
No, no , no.
No y no.
No.
Tal vez, no.
Tal vez, mejor no.
No.
No.
No.
No.
Si, dame guita.
No.
No. No.
Definitivamente no.
No.
No y por favor retírese del establecimiento.
No. No. No y no.
Mientras tanto, todo el mundo a tu alrededor, cuando no es condescendiente, se aseguran de recordarte que no lo estas haciendo bien. Muchos amigos te recuerdan lo difícil que es lo que estás haciendo, las posibilidades, la suerte, la soledad, no haces sociales, escribes encerrado y mandas manuscritos, no conoces a nadie, así no sirve te recuerdan, tienes que salir.  
El silencio.
Nada.
Todo el dinero, todos los envíos, nada.
 Y tal vez lo que más me molesta es que no me ofendo, no me victimizo, lo comprendo, comprendo a las editoriales, comprendo el trabajo que significa, comprendo la avalancha de manuscritos, está lleno de escritores fabulosos que sacan cosas nuevas todo el tiempo y escritores reconocidos que siguen produciendo cosas maravillosas y reimpresiones necesarias de obras que no pueden quedar en el olvido. Lo comprendo y lo apoyo, pero el silencio. El silencio. El silencio es una bolsa que se llena y se llena, y va pesando, el silencio pesa muchísimo. Y ahora hay que juntar fuerza, armar de cero, terminar alguno de los cuatro proyectos, volver a mandar, volver a encuadernar. El silencio. Trabajar desde el silencio es como construir sobre un pantano, cuesta mucho más, eso es todo.   

Las cuatro líneas energéticas del mar.

- Terminó su experimento.
- En el sentido de que todo en la vida es una experimentación si, pero en el sentido práctico de algo que comienza y termina con valores determinados, no, nunca lo vi de esa manera.
- ¿Cuanto tiempo duró?
- Poco, seis meses.
- Poco o mucho, según como se vea.
- Claro que si, tiene usted razón.
- Lo mismo pasaría con las condiciones en las que se encontraba.
- Si. Para algunos pueden haber sido de extrema solead y dureza y para otros unas vacaciones.
- ¿Estaba usted solo?
- No, la verdad que no, a veces pasaba semanas sin hablar con alguien pero era una decisión personal más que una condición impuesta por las circunstancias.
- Tengo entendido que lo hizo para encontrar su animal de poder.
- Así es.
- ¿Lo encontró?
- No.
- ¿Cómo lo buscó?
- Rituales sencillos, marihuana, fuego, intensa meditación, piedras, ayunos, etc.
- Diría que fue una perdida de tiempo.
- Por supuesto que no, me endurecí de muchas maneras y encontré otras cosas, no las que buscaba, pero cosas igual, cosas poderosas, y aparte de eso me divertí mucho la pasé muy bien, no siempre ya que fui a los lugares más profundos de mi mente, y salir de esos lugares no es fácil, no es fácil tampoco lidiar con lo que se encuentra.
- ¿Qué encontró? ¿Qué nos puedes compartir?
- De mi experiencia personal no le puedo decir mucho, ya que es personal, pero le puedo decir que confirmé una creencia que siempre me pareció algo ridícula.
- ¿Cuál?
- Una creencia de los Kula Lumaya.
- Pensé que los Kula lumaya eran un mito, una leyenda.
- En parte lo son, muchas personas creen que son un invento de Alfred Fainzaig, en parte porque su investigación lo llevó a lugares tan poco comunes que parecen fantasía, en especial la distancia de sus descubrimientos, es difícil de creer que una cultura tan precaria y antigua haya podido viajar alrededor del globo.
- ¿Cuál fue el descubrimiento que pudo confirmar? me intriga.
- Confirmé las cuatro líneas energéticas del mar.
- ¿Cómo es eso?
- Los Kula Lumaya decían que hay cuatro líneas energéticas en el mar, la primera va desde el lugar que nunca se moja por las olas hacia adentro, hacia la tierra, la segunda es toda la línea que alguna vez se moja, según las mareas, la tercera es la parte en la que uno puede caminar digamos, la línea de mar que siempre está bajo el agua pero que es accesible, y la tercera es la línea de flotación, un hombre flotando en el mar sin tocar el fondo.
- Obviamente entonces depende del tamaño del hombre.
- Las líneas energéticas no son trazos rectos, no son una tabla de madera, el mar no es estático, la altura de un hombre no tiene nada que ver.   
- Y que hacen estas líneas energéticas, para qué sirven, en qué modifican la vida del hombre.
- La energía balancea, no hace nada para un hombre en cuanto a su situación en una sociedad o su ubicación dentro de un lenguaje, la energía balancea a un hombre para que pueda conectarse con su parte animal, su conocimiento básico, lo conecta con el universo.
- No entiendo muy bien. Me parece a mi, que son supersticiones, disculpe si soy duro, pero usted pasa un tiempo en soledad, en la naturaleza, desconectado de todo, y vuelve para decirnos de líneas imaginarias de energía y culturas de las que no se puede confirmar su existencia y admite que consumió alucinógenos, la información que nos da no es muy confiable.
- Es porque no es información, no es dato, no es conocimiento, solo se puede confirmar a través de la experimentación, es sabiduría.
- Con más razón, como le digo, muy brumoso, poco creíble.
- Todo lo extraordinario lo es. 

Querida Vecina

Como soy el “escritor” del barrio, un vecino me trajo un documento para su corrección, me dijo que tenía que dar, esa fue su palabra, dar una carta, y que se quería asegurar de que estuviera correcta, yo por supuesto no soy quién para corregir nada a nadie, pero por intriga le dije que sí, que me la dejara y que en un rato se la llevaba a su casa, él obviamente se fue desilusionado ya que esperaba una operación inmediata, pero yo aludí tareas domesticas impostergables y como esto se entiende en las soledades del pueblo, el hombre aceptó, me agradeció y partió para su casa a unos escasos cuatrocientos metros. Sé que el hombre no tiene computadora y como es hombre mayor lejos está de aprender o entrar en el internet, así que me tomo una licencia y publico su carta. Es esto una violación de su intimidad, si, es esto una bajeza de mi parte, si, pero me justifico en el hecho de que me entregó la carta abierta, y en ningún momento especificó que era de dominio privado. Transcribo palabra por palabra un documento que por supuesto, no necesita corrección.

“Querida vecina,

Perdoneme, pero que hago. Yo la quiero mucho a la perra. Esta conmigo desde bien cachorra días tenia cuando la agarre. La perra me hace compañia. Por falta de trabajo no termine el cierre me faltan materiales. Si ato a la perra se me pone triste y no come se queda parada con la cabeza gacha y me mira. Yo se que le ladra pero tambien se que no le muerde. Mi perra nunca mordio a nadie. Usted tiene razon la perra sale a su encuentro usted nada le hace. Yo hice el corralito en el fondo no se como se escapa. Usted me avisa y yo la guardo pero no le pegue. Yo no le saco razón pero tampoco le entrego privilegios.  


A sus ordenes,  el vecino de la casa amarilla. ” 

Algunos ejemplos de los cuadernos de Samuel Schuberstein.


Supersticiones.

Ente abominable.
Premonición certera.
Pecado olvidado.
karma cumplido.
Oración vigorosa.
Grito silencioso.
Energía ilimitada.
Muerte esperada.
Dios presente.
Calidoscopio Cósmico.  
Realidad controlada.

Imágenes.

Mujer desnuda.
Niño sonriendo.
Ropa mojada.
Sangre brotando.
Cigarro encendido.
Cabeza rapada.
Radio apagada.
Hombre insomne.
Cuaderno lleno.
Padre dormido.
Esposa llorando.


Sensaciones.

Agua helada.
Piel caliente.
Seguridad confirmada.
Aire fresco.
Chocolate amargo.
Pan tostado.
Amor correspondido.
Pezón erecto.
Diente infectado.
Fruta dulce.
Cama propia.

La brecha.

Cuando en la estación, la metódica calidad de la circunstancia nos llevó al encuentro fortuito de la esperanza, nos encontramos embalados en un sinfín de inquietudes. Quién era yo para adentrarme irresponsablemente en ese mundo, quién era ella para dejarse hacer, nuestro encuentro, aunque real, no era realizable, ambos lo sabíamos, y es por eso que desde ese momento, me veo forzado siempre a distinguir entre la verdad y lo realizable, lo verdadero y lo que existe, la verdad y el mundo están en desacuerdo, los separa una larga lista de creencias, determinaciones y tiempos. El mundo es una serie de circunstancias creadas, la verdad a veces pasa.

J.C. y el Yo II

J.C. y el Yo

     La religión se basa en una triada, el padre el hijo y el espíritu santo. El tiempo doble en la persona que está, en la descendencia y la continuación de la regla establecida y en un misterio que es la existencia misma.   La religión es el sistema perfecto en miniatura, jerárquico, político, con el poder centralizado, estéticamente atrayente, y generador de su propia teoría.
     Todos los pequeños cosmos que rodean la academia siguen el mismo patrón. El arte, las ciencias, el deporte. Con las mismas reglas se crean nichos, que se multiplican dentro de si mismos en el infinito y corren paralelos, de vez en cuando surge una herramienta que crea un salto dentro de los mismos, modificando la manera en que se trabaja dentro de ellos (la tv, el internet) pero manteniendo las reglas específicas de los mismos, principalmente dos: el sistema se tiene que auto-sustentar (Generar dinero por si mismo), y para entrar en el mismo necesitas la aprobación de alguien ya adentro. Puedes escribir un libro sobre futbol, puedes publicar un libro sobre tu experiencia en el futbol, pero los dos mundos nunca se van a unir, el producto tiene que pertenecer a un mundo o a otro.
     Este ordenamiento hace que los productores, o hacedores, parezcan olvidarse por completo de su situación dentro del sistema, por algún motivo una vez que entran en la rueda parecen olvidarse de su condición y pasan rápidamente a ocupar el puesto que le es asignado. El hacedor pierde su noción de yo y lo reemplaza por el yo que le han otorgado. De ahí que se ofenda por su producto, de ahí, que se crea especial, de ahí que todo cambio que intente realizar dentro de su sistema es inútil. Los sistemas funcionan como ciclos, los ciclos solo se rompen si una de las partes deja de funcionar por completo, el hacedor que quiera provocar un cambio real en su ciclo tiene que destruirlo, y para a hacerlo tiene que destruir eso que lo hace tal, tiene que dejar de ser, y como ha reemplazado su yo por el yo que el sistema le entregó, se tiene que destruir a si mismo.
     Cuando el arte incurre en el yo, se cuestiona el papel del hacedor, no solo en su ubicación con respecto a su producto, sino al producto con respecto a su sistema y a los sistemas que lo rodean y tocan o hasta comparten las mismas formulas, los mismos lenguajes. Para entenderlo con un ejemplo, si yo invento un motor que funciona con aire, no solo voy a influenciar a la industria automotriz, voy a influenciar a toda industria que use un motor. Cuando el artista, utilizando un lenguaje particular, digamos un escritor las palabras, intenta cuestionar su lugar en su sistema, su trabajo se va a extender a todas las áreas que utilicen palabras, ya que si los sistemas se prestan herramientas, también son dañados por las mismas armas.
     Entonces tenemos, un control del presente del pasado y del futuro, por medio de la herencia, principalmente cultural, y un elemento místico poderoso generador (Dios, la musa, el publico), que al final tiene la última palabra, pero que como no puede ser cuestionado es menester de las autoridades (que tienen el control y por lo tanto la razón ya que el conocimiento es autogenerado) decir que puede estar dentro del sistema y que es aceptable. Este microcosmos se repite en cualquier organización, diarios, colegios (prácticamente toda institución educativa) empresas, etc.
     Cuando el arte juega con el yo, pone todo este sistema en cuestionamiento. Ya que plantea que arte es lo que se está haciendo, y no el resultado. Hoy en día conseguir un resultado, en cualquier ámbito, es muy fácil, la cantidad de profesionales, a precios relativamente bajos que pueden hacer cualquier cosa, es apabullante, no hay campo fuera del alcance del hombre común, llevar a cabo una idea es extremadamente sencillo, y no requiere de gran capital, al menos claro que tu idea sea extraer petróleo del polo. Que dice la incursión del yo, yo como artista estoy haciendo este producto, y eso es lo importante, es tan importante, que de eso va a tratar mi producto, y al hacerlo cuestiona toda la cadena. Cual es el conocimiento entonces que guardan las autoridades? Por qué me importa el tiempo si lo importante es lo que estoy haciendo? de que me vale la evaluación? La evaluación tendría que valer para hacer mejor, para afinar el producto, para ayudar al artista, no para colocarlo en un lugar, una ves que una evaluación o una crítica te coloca en un lugar, la esencia misma del producto queda comprometida, si arte es lo que estoy haciendo,  algo suspendido en el tiempo y puesto en un lugar, es algo muerto, ha perdido su esencia, ya no es porque no está haciendo. Y esa es la fuerza y la grandeza de las grandes obras artísticas, que siguen haciendo y generando, más allá del artista mismo, y más allá de los obstáculos que se le pongan en el camino. 

J.C. y el Yo.

     Todo se escribe a partir del yo. No importa dónde nazca el texto, cualquier texto, incluidos textos periodísticos e históricos, escribir es un proceso centrado en el escritor.
     La objetividad es una serie de elecciones, de parámetros, limitaciones, para juzgar determinada acción, historia o trabajo artístico.
     En los últimos tiempos en la literatura y el cine con mayor asiduidad (porque no es nada nuevo) se potencia la figura del yo por medio de la inclusión del personaje/autor en la obra, esto no es más que una herramienta que funciona.
     Funciona porque blanquea algo que ha estado presente ( y define) desde el principio del arte o la expresión, la obra artística es la traducción que el artista hace de la realidad, esta herramienta crea una comodidad entre el producto y el espectador, crea la ilusión de acercamiento.
Este yo juega con la noción, bastante acertada, de que todo pasado es ficción.
     Esta inclusión desafía todos los géneros, porque pone de manifiesto que la persona que produce está primero. La historia, el periodismo, hasta la autoayuda, se mira en este espejo y lo único que puede hacer es cuestionar la información que presenta, ya que lo verdadero, queda de manifiesto como falso, verdad es solo lo que pasa. Todo lo que se cuenta pasa a hacer información procesada.         Cuando Javier Cercas habla de Bolaño, no es Bolaño, es un recuerdo, que es el recuerdo de un recuerdo, que tiene Cercas de Bolaño, todo pasado es una ficción, ya que la mayoría del caudal de información que tiene el presente se pierde, una verdad parcial no es una verdad.
     La realidad tiene información ilimitada, sabemos que nuestros sentidos absorben caudales ilimitados de información (porque se genera constantemente),  está información es procesada y organizada por el cerebro siguiendo los parámetros del lenguaje, la educación y la cultura. Yo no vivo en la naturaleza, yo vivo en una construcción sobre la naturaleza.  
     En el film JCVD (Jean Claude Van Damme) producido por el mismo Van Damme, el actor actúa de sí mismo. Es un film de acción, como todos los que hace, pero a  través de esta herramienta del yo, se permite escenas, profundas y sentimentales, que no tienen cabida en sus otros films, por la dureza y rigidez que presenta una trama inventada, que precisamente por ser inventada es dura, porque contiene menos información. Al utilizar la herramienta del yo, la rigidez se pierde en la teoría, no tiene cabida porque dice esto es la realidad, todo vale. En la realidad la imaginación tiene todo lo que necesita, en la ficción la pobreza de información no permite ciertos caminos, hay que elegir y seguir una línea.
     Si alineamos a cincuenta saxofonistas de jazz, y le damos a cada uno el mismo instrumento, digamos un Mark VI con boquilla Runyon S.R. y una caña Vandorem 2 (utilizo esto porque es la combinación de mis sueño es lo que conozco, escribo a partir de mi e intento atraerte a mi mundo), y haces que cada uno toque la misma partitura, digamos Summertime, con la consigna de que tienen que seguir textual la partitura, todas van a sonar un poco diferente. Si te alejas de la rigidez y les das libertad a partir de otra consigna que la partitura sea solo una herramienta, no solo potencias la personalidad, sino que abres nuevos caminos, “My Favorite Things” de John Coltrane está muy lejos de ser el de Hammertein y Rodgers y en nada se parece al de Bjork. 
     El artista está en su derecho de utilizar todas las herramientas que estén a su alcance para llevar a cabo su traducción, tiene que presentar al mundo, en un idioma particular, algo que propio o no, está en su interior, con la inmensidad que esto representa. Tarea tan difícil y ardua no puede ser juzgada con nimiedades, generalizaciones o modas.
     Esta incursión del yo está muy lejos de estar fuera del mercado o “pasada de moda” (termino absolutamente ridículo cuando se habla de arte ya que cada artista es un mundo y nunca puede estar pasado de moda frente a si mismo) o de ser un recurso acabado, al contrario. Los artistas cada vez comparten con mayor rapidez y con mayor cantidad de información sobre si mismos su trabajo. Dentro de muy poco el artista va a poder compartir muchísima información en su obra, olor, color, sensación térmica, etc., esto va a disminuir el proceso de traducción y va a aumentar la experimentación de la obra artística, va a ser algo más “cercano” a la realidad. La literatura y el cine arman a partir del tiempo, una situación es desglosada, editada y presentada fuera del tiempo, acá se pierde y se agrega información, creando ficción, una mentira, las mentiras son rígidas, si la disfrazas de realidad agregas espacio.
     Lo que la audiencia va a sentir cuando el artista lo lleve a su mundo es imposible de imaginar, pero esta leve incursión en la que el protagonista es el hacedor no hace más que pavimentar el camino hacia esa sensación.
     James Cameron en Avatar empieza a prepara la psique de los consumidores. Psique que no estaba preparada hace quince años cuando Disney y las redes de Arcade en U.S.A. instalaron juegos de realidad virtual en sus locales, fracaso total, era necesario un acercamiento más pausado y ordenado.


Pr0t3ctor

Alguien dejó esto en mi blog como un comentario anónimo, lo copio y lo pego textual.

" Pr0t3ctor.
Por años he intentado hacer públicos mis conocimientos pero el ojo abrasivo del pr0t3ctor no me lo ha permitido. Dado el carácter ficticio de este comentario, creo que podrá pasar desapercibido por un tiempo. Estoy seguro que el lector informado, sabiendo que todo está indexado, entenderá las tácticas distractoras del mismo.
Ya por los años 5o tenía una necesidad imperiosa de comunicarme con otros fuera del proyecto, pero el estricto celo que nos guardaban no lo hacia posible, sin contar que en ese tiempo nadie me hubiera creído cuando les hablara del Internet o de la tecnología inalámbrica. El proceso de divulgación de los conocimientos lleva un tiempo preciso y tiene que ser cumplido rigurosamente para asegurar la viabilidad del plan, de ninguna manera nos permiten hablar de lo que hemos visto. 
Arriesgo mi vida por una sencilla razón, el plan está fuera de control. Durante la última expedición al depósito en el abismo Chall3nger varios de los que estaban en conocimiento del plan decidieron modificarlo, su razón, egoísta y banal, fue que deseaban ver en uso, la mayoría de la tecnología. Esto ha desfasado la cadena o el ciclo de Alim3ntación, como llamamos al proceso de uso y conservación, que mantiene viable los recursos del planeta. Es necesario, o trazar un nuevo plan o volver el cauce al mismo. Soy partidario de la primera, ya que en el plan original la mayoría de los habitantes del planeta son piezas funcionales y no organismos productivos, cosa que los aleja de su naturaleza, creando malestares innecesarios, conocidos y sufridos por la mayoría.
El pr0tector entiende de ciclos y lenguajes, los maneja, los controla, su poder se basa en entender procesos y manipularlos, su poder no alcanza la naturaleza y no alcanza la espontaneidad. La única manera de liberarnos de su dominio es a través de la levedad de los gestos. Una serie de gestos fuera de los ciclos, o fuera de un resultado inesperado, llamará la atención de otros hombres, y así de otros y otros, creando de apoco espacios en los que se verá la realidad y así el hombre será capaz de forjar su propio camino.  Un gesto inesperado puede salvar a la humanidad. "  

Lejos


Sin
ti
las
distancias
son
tan



































































































































































Largas.

Explotar

- Cual es su meta en la vida?
- No puedo tener metas, sé cual es mi final.
- Cual? 
- Explotar.
- Como un soldado Kamikaze?
- No, no voy a destruir nada, y no voy a utilizar nada.
- Cómo planea explotar?
- Va a pasar, este sentimiento se va a electrificar, se va a multiplicar y ramificar por todo mi cuerpo, la carga va a ser tal que mis células no lo van a aguantar y van a explotar, va a ser como rellenar un melón con plutonio, me voy a desintegrar en un instante.
- Qué sentimiento? lo que describe no es físicamente posible. 
- Veremos.

Sobre la luz.

Estoy con la luz apagada, no puedo decir que estoy completamente a oscuras, puedo dilucidar el cuaderno, mi mano, el bolígrafo , el papel lo sé blanco pero me es imposible ver lo que escribo, si después quisiera releer esto no sé si me va a ser posible, en especial las partes en las que comienzo un nuevo renglón, aunque quién sabe, tal vez la costumbre, el conocer el cuaderno, el conocer la distancia del papel, de los márgenes, la conciencia del borde, los renglones, utilizar siempre los mismos cuadernos debe ser / termina la pagina (esta palabra “pagina” ya en una nueva hoja) ahora estoy escribiendo hacia el espiral [ilegible, dos renglones ensimismados ] por qué me pregunto, en este dialogo interno interminable, por qué a oscuras, no tengo respuesta, si tengo una sensación, siento que estoy escribiendo liberado de la palabra, siento que me rodea y me penetra toda la fuerza del texto sin el texto, vida sin el lastre del cuerpo, la palabra muere en el papel. Lee, palabra. La palabra como fotografía. El pentagrama no es la música. Cuál es la música de la palabra, del texto. Así con la luz apagada, siento que estoy tocando, mi mano siente lo mismo que siente en el saxo, una utilidad de instrumento para la, ridículo explicar, desaparece, el ejercicio pierde sentido, se separa, se aleja, se autodestruye con la explicación. Este es el último renglón de esta hoja, no me cabe duda (comienzo de página) de que estoy haciendo un espaciado doble o triple, mi mano debe querer asegurar el texto, protegerlo. Cual es la música de la palabra? el significado tal vez, la definición, en conjunto una idea, un concepto, usamos la palabra para obtener un resultado, la música te abarca y después desaparece, la palabra es un final. Y la canción?

Por la ventana puedo ver las luces de la calle, no hay transito, me levanté caminé un poco, me vuelvo a sentar, imagino espacio suficiente para el punto y aparte. Quien dice que dijo que dijera, me senté para escribir eso. Tres tristes tigres comen trigo en Portugal. Tres, treinta y tres. Cuarenta. Los números como palabras, si es así, cual es la matemática de la palabra, la psique, la mente, que me dice a mi eso de la palabra, me duele, qué digo cuando digo que me duele (nueva hoja) y si no tuviera la palabra, el grito. Es el grito una palabra? lo antecede, el grito se vuelve letra, y ahí muere, y el que lee el grito, mira una fotografía. No hay palabra viva? no, la vida no se puede suspender en el tiempo, si es manipulable fuera del espacio está muerto. Toda palabra es una grabación. 

Qué regalamos cuando entramos a un concurso.

Sur.

     Estoy trabajando en un cuento que pienso mandar al concurso del Banco Itau, y me da bronca, me da una rabia visceral que se transforma en fuerza destructora, fuerza revolucionaria, fuerza que me da miedo, el tipo de fuerza que llena una molotov.

Los Números.

    El banco Itau tiene 504.000 millones (2011) en activos consolidados, es el Banco Privado más grande de América Latina. Tiene 120.00f0 empleados, más de 3.000 oficinas y 17 millones de clientes.
     Los premios para el concurso son: un premio (todos en dólares) de 2.000, otro de 1.000, tres de 500 y 7 tablets (tablets por todos los cielos, ni siquiera computadoras que sirven para escribir, tablets que solo sirven para entretenimiento), un total de 5.000 dólares.
     Es difícil calcular las horas que me lleva terminar un cuento para un concurso, pero vamos a decir que son unas 30 horas en total, no seguidas por supuesto, entre escritura creativa y corrección.  
     El banco no te paga por entrar al concurso, cosa que tendría que hacer ya que estas consumiendo su marca, y promocionando sus negocios, en la pagina, hablando sobre él con tus amigos, en tu comunidad. El banco se lleva la gloria, ya que es el organizador de un evento cultural y le da dinero al artista. Cuánto gana por hacer este concurso, el número debe ser bastante alto.
     Que pasaría si el banco te diera cien dólares por entrar al concurso. Primero que todo, no entrarían más personas, el que no escribe un cuento gratis no lo va a escribir por cien dólares. Los artistas que trabajan para el mismo serían reconocidos, aunque sea en una parte del costo por su trabajo, supuestamente entrar al concurso es gratis, pero necesitas infraestructura para trabajar, computadora, electricidad, tiempo y necesitas el medio, Internet, nada de eso es gratis, así que para entrar al concurso necesitas invertir. Al banco le costaría unos 20.000 dólares (obviamente depende de cuantas personas entren, me rijo por números actuales, pero cuantos más entren más publicidad, más gana el banco), el 0.000004 de sus activos, nada, y como dije antes, se reconocería el esfuerzo.  
     Veamos un ejemplo para que se entienda el poco respeto que se tiene para el trabajo del artista, socialmente aceptado hasta para los mismos artistas. Digamos que el papel higiénico sale 1 dólar (varía, pero con la recolección de varios datos este parece ser un buen numero) el rollo en Latinoamérica, el Banco Itau con más de 3.000 oficinas, digamos que necesitan, por la cantidad de visitas que tienen unos 10 rollos por día (que me parece bajo) eso quiere decir que gastan 30.000 dólares diarios en papel higiénico, en premios para los artistas del concurso literario proporcionan un sexto de lo que gastan diariamente en papel higiénico.

El Problema.

     El banco no tiene que darle dinero a nadie, es su decisión en que se gasta su plata, lo que me molesta de toda la situación, es el poder que entregamos los artistas de manera gratuita. Estoy seguro de que todos los analistas y todos los publicistas de los 120.000 empleados que tiene el banco, más servicios terciarizados, ninguna de esas personas le trabaja gratis. Por qué si lo hacemos los artistas. Por qué estamos reducidos al margen de la sociedad dónde solo se nos reconoce si ganamos, si logramos salir vivos de la carnicería, y por qué no tenemos la fuerza y la visión de controlar nosotros el poder que generamos en vez de regalarlo. El gran poder del arte es crear una visión nueva, una mirada diferente, expresar la verdad interna, el poder que genera abrir una nueva puerta es infinito, por qué lo regalamos. Por qué tomamos este menos precio hacia al trabajo del artista de una manera tan ligera, y no solo eso, sino que participamos del mismo, colaboramos, somos la pieza fundamental. Todas las personas que han trabajado en sus cuentos, todas las horas que le han dedicado, todo para que un par sean reconocidos, y nunca con un criterio publico para que de ultima los “perdedores” utilicen la crítica para seguir trabajando.   
     En estos días he pensado mucho en mi trabajo, en las horas que le he dedicado a la escritura (que siempre pueden ser más porque nunca son suficiente) y a la lectura, en la energía que he gastado en intentar traducir para los otros las ideas, sentimientos e imágenes que vivo e imagino, y mientras me siento una vez más, a crear algo de la nada, a trabajar en una historia, a formarla, a corregirla y adaptarla, no puedo más que sentir bronca, de que ese trabajo va a terminar con otros dos mil, en una carpeta digital rogando que alguien me tire una migaja y diga, si el tuyo es mejor que el otro, el tuyo merece esta miseria, alégrate! infla tu ego y navega en internet, o comprate algo de ropa, si eres el mejor de todos, te alcanza para una motito china. 

Conclusión.

     Yo sigo publicando en mi blog, sigo con mis libros editados a pulmón, que por muchos errores y fallas que tengan, son míos, son una expresión de mí existir, han nacido de una necesidad imperiosa de hacer algo, y mucho me han costado. No voy a ser un número más en un universo infinito de indiferencia, en el que entrar aparentemente no cuesta nada, pero al entrar se pierde mucho. 
     Me soy a fiel a mi mismo y la bronca desaparece.

Maldonado.

Es de noche, Maldonado esta parado en el borde de la carretera, tiene un pie en la banquina y el otro en el asfalto, mira el accidente, la Toyota Hilux tiene el costado de la caja contra un árbol, el frente golpeado, no destrozado, un faro delantero todavía encendido, el Renault Clio en medio de la carretera, una masa de metales retorcidos, se ve la cabeza salir por el parabrisas delantero, el conductor de la Hilux está tirado enfrente de la camioneta vomitando sangre, dice que no siente las piernas, Maldonado no entiende cómo el Clio ha quedado tan roto, decide acercarse al hombre, en el asiento de pasajero, una mina muerta, Maldonado la ve, sangre en la cabeza, pero con un hueco, el compadre sabe de armas, la busca, en el suelo, un revolver, y lo sabe, acá hubo crimen por amor. Se acerca lento pero firme al hombre y le pregunta, la mató antes o después, el hombre lo mira y le contesta, vos no sos cana, Maldonado lo estudia, el hombre sigue tosiendo, dígame la mató antes o la mató después, silencio, el hombre empieza a llorar, se lleva a la cara las manos con sangre, se atraganta con el llanto y la sangre que escupe, Maldonado va hasta el Clio, un muerto, no hay humo, no hay ruido, hay olor a combustible, noche oscura y cerrada, piensa el compadre, tengo tiempo. Vuelve al hombre, dígame me tiene que decir la mató antes o la mató después, el hombre sigue llorando, sacude los hombros, Maldonado sabe transar, bueno dígame su mujer o la del finao, el hombre asiente, se desahoga, mía el desgraciao ese la quería pa él, queda una pregunta y necesita respuesta, dígame me tiene que decir la mató antes o después, el hombre se increpa, pero quién sos vos maldito qué me preguntás qué te interesas salí por donde entraste que te lleve el diablo gaucho impertinente, Maldonado no explica, está parado frente a él, lo ve, y el hombre sabe, tiene que contestar, y entiende, habla con rabia, está bien está bien te digo la maté antes el desgraciao ha visto el disparo y no sé como hizo pa ponese  enfrente esa potra era mía y al infierno me la iba a llevar, Maldonado tranquilo, saca tabaco para armarse un cigarrillo, lo arma, lo enciende, fuma, se da la vuelta y le dice, vos al infierno te vas solito.  

El Desayuno.

     Es duro ser artista, pero el mundo se balancea, siempre tiene una manera peculiar de hacerlo. Yo no conozco el éxito, la realidad me mantiene con vida, en especial la comida y el sexo. No me sé separar de la angustia, soy un cazador nato, no importa cuales sean las circunstancias, mi mente va a buscar un inconveniente, y no se va a separar de el hasta que lo resuelva. En la búsqueda constante de eso inalcanzable, porque lo que se busca es la superación misma, de lo que sea, de lo que este pasando.
     Cada mañana, antes de levantarme, sé que nadie va a leer lo que escribo, sé que va a quedar en el limbo de lo inclasificable, porque nadie lo ha puesto todavía en algún lugar, porque es así, el arte entra en el sistema cuando alguien lo coloca en algún lugar, esto es bueno y se difunde acá, esto es malo y lo digo acá, así que como mis cosas están en el limbo de lo ignorado, trabajo de esa manera, en la nada, agarrado de la nada, así que la satisfacción que me da escribir es muy poca, me satisface el hacer, pero se diluye rápido, no deja residuos, si viviera en un estado de perpetuo presente no tendría problemas, pero una gran parte de mi vida es lenguaje. Entonces todas las mañanas, cuando me levanto, tengo que pelear eso, la nada, así que me aferro a la vida, a los sentidos, para conseguir satisfacción, y como no tengo dinero para hobbies costosos, las cosas que más me satisfacen son la comida, el sexo y la naturaleza. Sé cocinar así que con muy poco puedo hacer mucho, y el sexo y la naturaleza son gratis.
     No me levanta la perspectiva de escribir, porque nada me da hasta el momento, así que me levanta la perspectiva del desayuno, si, el desayuno es lo que me levanta, es lo que me ayuda a enfrentar el día, ahora por ejemplo estoy perfeccionando mis panquecas; una taza de harina, una taza de leche, un huevo, sal y un poco de bicarbonato, he descubierto que el secreto está en dejar la mezcla reposar un rato, yo la dejo unos cuarenta minutos, generalmente, me tomo unos mates mientras espero, enciendo la computadora, veo los mail, reviso el facebook. Me gusta la sartén bien caliente porque me gustan las cosas con harina un poco tostadas, lo que hago es hacer uno, poner un poco de miel en el plato, poner la panqueca arriba, ponerle miel arriba y así irlos apilando, barajo miel y panquecas, cuando termino,casi siempre me hago cuatro, están caliente las cuatro, con la miel tibia entre ellas, eso me lo como tranquilo, viendo el mar, pensando en cosas como esta que estoy escribiendo ahora, pensando en la clasificación de las cosas, en los lugares que le damos, en los conceptos que manejamos, en los títulos, en trabajar para hacer algo tan bueno, y tan bien hecho, que no necesite nada, que se levante y nunca vuelva  a mi, y que lo pueda ver, y decir, eso está bueno, eso es firme, eso es profundo, es accesible y es absoluto.

C.E.O. V Final.

(Existe una versión mucho más larga de C.E.O., acá publico la versión que salió en el libro Filosofía Momento)

Marta entra en el café, su café, que no es más que una franquicia de una muy conocida cadena de cafés-panadería-dulcería donde todo es casero pero viene congelado, todos sus empleados la saludan muy respetuosamente. Viene de su intento, fallido, por conseguir el divorcio, su esposo empezó a almorzar y la ignoro como se ignora a los locos, le dio la razón y le dijo que lo iba a pensar, ella sabía que no. Pero ella terminó de comer y se paró, y va a continuar con su vida y pronto lo intentará de nuevo.
La cajera se le queda viendo y le guiña un ojo. Marta responde con una leve sonrisa. Se acercan.
-     Y? Todo bien. Pregunta la cajera.
-     Carmen no tienes idea.
-     Idea de qué de Bien o de Mal.
-     La verdad no sé.
-     Pero le dijiste, de tus viajes, tus sueños, de Juan.
-     Si Carmen, le dije a mi esposo que me quería divorciar de él porqué me enamore de un tipo que quiere poner un Kiosco.
-     Entonces que le dijiste.
-     Nada, nada que quería divorciarme de él, le intente dar razones, pero el no escucha y además, pensó que le daba una orden. El no toma ordenes de nadie.
-     Tengo que ir a la caja, pero no te preocupes que después hablamos.
Se separan y Marta va a su pequeña oficina ubicada al final de la cocina. Entra y se sienta en su pequeño escritorio, abre una gaveta y saca una agenda, busca la letra G y lee el nombre Juan Gómez, levanta el teléfono y empieza a marcar mientras dice en voz alta: "Juanchi, espero estés pensando en mi".

           
            Diego se encuentra desnudo sobre una mujer de unos cuarenta años, tiene el cabello negro pero teñido a rubio, están tapados hasta los hombros con una sabana roja, o por lo menos ese parece ser el color, la luz es muy escasa. Sabemos que es un telo, un hotelito, un albergue transitorio, barato, de paredes con papel tapiz de flores en un principio anaranjadas, ahora marrones, hay un par de cuadros con figuras egipcias. Diego y la mujer están cogiendo. Bueno, el está cogiendo, ella espera a que él termine. Ella no emite sonidos y él tampoco, es hombre. El sigue por un tiempo.
          Y sigue.
          Sigue.
          Sigue.
          Sigue.
          Termina, sin mucho esfuerzo, sin mucha prisa, solo lo hace. El habla primero, mientras se le quita de encima y se sienta en la cama:
-          Te gustó?
-          En verdad quieres saber?
-          No. Ustedes las baratas ni siquiera hacen un pequeño esfuerzo.
-          Claro que no, por eso somos las baratas. Dame un cigarrillo.
-          Toma, no te vistas que quiero otro en un rato.
-          Si, no te preocupes.
-          Ya vengo.
-          A donde vas
-          Al baño. Espero que no haya nadie. No puedo creer que esta vaina no tenga ni baños privados, aunque sean sucios.
-          Tu puedes pagar algo mejor.
-          No importa.
-          Lo que tu digas.
Se para y se va. Sale del cuarto y da un par de pasos por un pasillo igual de mal iluminado y llega a una pequeña puerta, toca. se escucha un gruñido, un pedo y como alguien baja la palanca. Mira al techo como buscando una respuesta a sus gustos, como buscando una pastilla que le ayude a cambiar sus gustos. Piensa por unos segundos en su escusado limpio y caro en su casa. Piensa en su esposa dura y operada. Piensa en la puta que se acaba de coger y se excita. Se abre la puerta y aparece Sebastián.
            Ambos se miran a los ojos por unos segundos, Diego baja la cabeza y suelta una pequeña risa nerviosa, después habla:
-          Parece que al final si somos iguales.

-          No mi señor usted está muy equivocado, este es mi hotel, usted es mi inquilino.

Almas gemelas.

- ¿Existen las almas gemelas? - Si. - ¿Cómo se encuentran? - No se encuentran, se reconocen. - ¿Cómo se reconocen? - Cuando dejas de mi...