Siempre me costó dormir, pienso mucho
en la cama. Muchas veces no sé si estoy despierto, tengo una especie
de sueño en el que puedo tomar decisiones, no sé si estoy pensando
o soñando. Doy vueltas y vueltas en la cama, me paro, me pongo a
leer a escribir, me cuesta dormir. Siempre fue así, tal vez de joven
era aún peor, me era muy normal no dormir en toda la noche, me
quedaba viendo películas, leyendo, haciendo la tarea hasta que me
tenía que ir al secundario. Como pasaba mi insomnio encerrado en mi
cuarto, a nadie molestaba en mi casa. Una noche me quedé haciendo un
trabajo que tenía que entregar al día siguiente, siempre hice todo
a ultimo momento, sabía que tenía unas siete horas de la nada misma
antes de la entrega así que nunca me preocupaba, terminé a eso de
las tres de la mañana, yo no tenía impresora, tenía que ir a
imprimirlo a Kinkos, un lugar abierto las 24 horas dónde podías
imprimir, entrar a Internet, etc, así que me puse el uniforme y me
fui al Kinkos de Coral Gables, siempre iba a ese porque a la salida
pasaba por Barnes & Noble a comprar libros. Yo tenía un Jeep,
fue mi primer auto, tenía 16. Manejar a esa hora me encantaba, las
calles vacías, todos los semáforos en amarillo, la noche abierta y
mía. Kinkos a esa hora era un lugar bastante extraño,
extremadamente blanco y brillante, los empleados llenos de tatuajes y
piercings bajo las camisas azules y los pantalones kakis, un par de
estudiantes de facultad imprimiendo y discutiendo, alguien
imprimiendo posters, una señora comprando cuadernos. Cuando había
terminado de imprimir el trabajo eran las cuatro y media, tenía que
estar en clase a las siete, tenía mucho tiempo, decidí matarlo en
el Denys de la US1 único lugar que imaginaba abierto a estas horas,
tenía unos cuadernos para escribir y un libro de Hemingway así me
podía poner a leer, todavía estaba todo negro, los semáforos
amarillos. Me monté en mi Jeep, totalmente descapotado, y me puse en
marcha. A unas dos cuadras, pasando un semáforo en amarillo, vi, a
la derecha, dos luces que se venían sobre mi a una velocidad
inevitable. El auto, que resulto ser otro Jeep, una Grand Cherokee no
pego de lleno en el costado porque no sé cómo, logré acelerar, así
que me golpeó en la rueda de atrás, mi auto salió dando vueltas y
mi cuerpo, por la fuerza centrifuga se me salia del auto, podía ver
el asfalto dando vueltas, no salí disparado porque tenía puesto el
cinturón de seguridad. El auto se detuvo con las luces apuntando a
la Grand Cherokee que tenía la trompa bastante hundida, casi un
metro, el conductor yacía acostado sobre el airback, su auto había
quedado justo debajo del semáforo, titilando en amarillo. Entré en
pánico, no había nadie alrededor, agarré el teléfono y marque el
911, expliqué rápido lo que había pasado, abrí la pequeña
puerta, me saqué el cinturón de seguridad y me caí al piso, no
sentía las piernas. Comencé a arrastrarme hacia el otro auto, pasó
un auto de alta gama y el conductor me miro por la ventana, le hice
señas, le pedí ayuda, el hombre que manejaba no se bajó, iba con
alguien, charlaron, hicieron señas, y se fueron. Seguí
arrastrándome hasta la Gran Cherokee blanca, cuando llegué al lado
del conductor la puerta estaba abierta, me tenia que parar, puse todo
de mi, empece a sentir mis piernas, lo suficiente para levantarme,
empecé a gritarle al hombre, "hey man!" " wake up"
" wake the fuck up", empecé a silbar, a aplaudir, a gritar
"wake up!". El hombre comenzó a reaccionar, levantó la
cabeza, y un segundo estaba fuera del auto, caminando, tenía unos
cuarenta, estaba en perfecto estado, me ayudó a moverme un poco, mis
piernas empezaron a volver, llegó una patrulla. Sin heridos, mi
palabra contra la de él, ambos cruzamos en amarilla, el venía a
gran velocidad me dijo el policía, pero no se puede peritar. No
importa. Llamo a mi casa, contesta mi mamá, estaba durmiendo, le
digo que estuve en un accidente, me pregunta por el auto, esta todo
bien no te preocupes le digo, tranco y llamo al seguro. La grúa vino
rápido, más rápido que el policía, eso fue extraño. Agarro la
mochila, el trabajo que había imprimido del piso del auto, y me voy
a la parada de micro, me voy a la escuela. Me pierdo la primera
clase, y cómo no tengo ningún papel que declare que he estado en un
accidente, me pierdo un recreo en la sala de castigo. Esa noche, sin
poder dormir, repasaba una y otra vez el accidente, cada vez que
cerraba los ojos veía un semáforo titilando en amarillo.
Me saqué un B+ en el trabajo, no
llegué a la A por un tecnicismo, se me había olvidado aclarar mis
fuentes.