I
- Alex, me lo puedes explicar de nuevo.
- Si, pero no te compliques con los
particulares, simplemente piénsalo así, un punto no puede hacer
mucho, se mueve de cierta manera, genera ciertas cosas, pero es un
punto, se puede mover como punto, listo, pero una cuerda puede
generar otro tipo de movimiento, generando muchas variables, no sólo
una. Entiendes?
- Si, lo entiendo.
- Bueno, entonces piensa en eso, si lo
más pequeño que tenemos en el universo es un punto, eso generaría
un movimiento de punto, y una relación con otros puntos, un poco
limitada, ahora, si fuera una cuerda la relación con otras cuerdas
sería mucho mayor, generando muchas más posibilidades.
- Si, entonces.
- Entonces nada, entonces eso, las
cuerdas generarían otras dimensiones, otras cosas.
- Y dónde están esas cosas?
- Estarían acá.
- Está bien, suena un poco a magia,
pero está bien. Un poco como preocuparse si hay vida en otros
planetas teniendo un muerto de hambre a la vuelta de casa.
- No tiene nada que ver.
- Si ya sé.
- Estas viejas de mierda, tenemos
veinte minutos para comer y nos pasamos la mitad caminando detrás de
las viejas, todos los días lo mismo.
- Nuestras enemigas a muerte.
Alexander se preocupaba por los
pormenores de la física y era un gran lector de revistas
científicas, blogs académicos y demás. Damián utilizaba el
internet para ver pornografía, y bajar juegos y música. Ambos
trabajaban en un salón de llamadas en la ciudad de Buenos Aires,
vendiendo servicios telefónicos a clientes de Estados Unidos. Se
conocieron en el entrenamiento, unos tres años atrás, ambos estaban
deprimidos por comenzar un trabajo así a los 32 años, coincidían
en edad, y eso los unió desde el principio. Alexander había perdido
todo en un emprendimiento digital, seis años estuvo al frente de su
empresa diseñando folletos técnicos para la industria farmacéutica,
vivía con su novia, pareja que mantenía desde hace siete años y
nunca amó. Damián nunca pudo encontrar su lugar en el sistema, así
que había entrado en el trabajo como se entra en cualquier empleo
por necesidad, era soltero, cuando tenía 28 años su novia se
suicidó, dejándolo incapacitado para tener una pareja.
Trabajaban seis horas por día ya que
el trabajo es considerado como insalubre y por ley no se puede
trabajar más que eso, cómo ambos tenían que tomar solo un medio de
transporte para llegar a su casa, tenían tiempo para conversas
después del trabajo, lo único que tenían en común era una
inconformidad hacia la vida. Alexander no se quejaba, sufría su
nihilismo en silencio, atascado siempre en las posibilidades, viendo
que todos los caminos eran siempre una variación de algún diseño
previo, y creyendo en su situación como un resultado de sus
acciones. Damián no paraba de hablar del "sufrimiento del
hombre contemporáneo" de su "desperdicio de esencia
divina" de su "situación descolocada frente al mundo
natural", de su "espiritualidad". Juntos se
entretenían.
II
Después del trabajo los amigos se
juntan a tomar un café.
- Mira estas viejas Alex.
- Si, qué pasa.
- Por qué van tan tranquilas por la
vida?
- Me imagino que porque llegaron lejos.
- Nada más?
- Nada más.
- Tal vez sí, llegar lejos es
suficiente, van tan tranquilas, no es que puedan correr de felicidad
por ahí, pero parecen imperturbables, parece que solo se molestan
cuando están detenidas, cuando están por pagar o cuando están en
la parada del micro, en movimiento son imperturbables.
- Di imperturbables una vez más.
- Imperturbables.
- A lo mejor solo pueden hacer una cosa
a la vez, si se están moviendo están haciendo algo, punto.
- No has leído nada sobre eso en tus
revistas científicas.
- Algo sobre el movimiento de las
ancianas, no la verdad que no, tu has visto porno sobre eso.
- Algo, pero la verdad que ver a una
vieja coger no es muy erótico.
- Hay mucho de lo que podemos hablar,
no tenemos que hablar sobre la sexualidad de la tercera edad.
- No estoy hablando de eso, estoy
hablando de lo imperturbable que son esas señoras al caminar,
demuestran una determinación sobrenatural.
- No es para tanto.
- Bueno, para mi lo es.
- Te apuesto lo que quieras a que no es
sobrenatural.
- Cómo?
- Bueno pues basta con hablarle a
alguna de ellas, mientras camina, eso demuestra que hacen dos cosas
al mismo tiempo.
- Hagámoslo.
- Por qué quieres molestar a las
señoras.
- Hagámoslo.
Damián pide la cuenta y Alexander
se le queda mirando y dice que no con la cabeza sin decir nada,
todavía no entiende como puede tener tanta energía para
desperdiciar, todos los días tiene un nuevo proyecto que no va a
ningún lado y es absolutamente ridículo, ha llegado a la conclusión
que es su situación de soltero, no gasta la energía que se gasta
normalmente en discutir, argumentar y pensar en la pareja. Damián
paga rápido dejando una propina exorbitante, obviamente ya solo está
pensando en molestar a alguna señora. Apenas salen del café ve a
pocos metros una señora caminando, se acerca y le pregunta la hora,
la señora se detiene y le contesta, en seguida le dice que siga
caminando y la señora se le queda mirando en silencio, el insiste y
le dice que continúe, que la acompaña, que charlen un rato, la
señora lo empuja asustada y continua caminando, está vez un poco
más rápido, sin darse la vuelta. Ve a otra en la vereda de
enfrente, se cruza y está vez dándose cuenta que su pregunta
inicial es muy sencilla, decide que tiene que cambiarla, esta vez
pregunta por un supermercado cerca, esperando una dirección, la
señora se detiene y le indica, rápidamente sigue su camino y el la
acompaña, cuando está por preguntarle otra cosa la señora se
detiene a escucharlo, el insiste para que continúes caminando, pero
la señora simplemente le dice que le pregunte lo que necesita que
tiene que continuar, el insiste diciendo que le pregunta mientras
caminan para no hacerla perder tiempo, la señora hace un gesto de
fastidio con la mano y sigue caminando, el la acompaña un par de
pasos, pero cada vez que abre la boca la mujer se detiene. Damián se
da cuenta que la señora se detiene para escucharlo. Hacen tres
intentos más, todos con resultados inconclusos.
- Te digo Alex que acá hay gato
encerrado.
- Gato de Schoringer.
- O siamés, no sé, pero hay gato
encerrado.
Los amigos desisten, caminan un poco
charlando sobre otros temas después parte cada uno a su hogar.
III
Pasan los días, pero Damián no puede
dejar el tema. Todos los días quiere hablar sobre eso, busca
información en internet sobre la tercera edad, sobre la
concentración.
- Te digo Alex que algo pasa.
- Mira no pasa nada, a lo mejor
simplemente se paran para hablar y punto, les cuesta hacer más de un
cosa a la vez, por viejas.
- No, estas mujeres son muy capaces.
- Damian, busquemos a una, y le pedimos
caminar con ella un rato, y listo.
- Esa es una buena idea, ser directos,
escuche señora podemos caminar con usted un rato, nada raro,
solamente queremos hacerlo, algo así.
- Si, a lo mejor no pasa nada.
- Bueno entonces lo que tenemos que
hacer es intentar que reduzcan el paso, ya sabemos que una vez que
están andando no se pueden detener, veamos cual es el punto de
ruptura.
Los amigos salen del trabajo, y antes
de molestar a las viejas, deciden ir a tomar una cerveza. Por ser
viernes, una se convirtió en dos, dos en tres y así hasta que
Alexander fue a vomitar al baño. Pidieron café y vieron la hora,
todavía era temprano aunque ya estaba bastante oscuro, entonces
Damián dijo, "vamos a molestar a alguna viejita",
Alexander estaba hecho una piltrafa, así que se dejó llevar,
caminaron un rato hasta que vieron a una señora, de avanzada edad,
caminar lento por la vereda, Damián se acerca medio llevando a
rastras a Alexander y le habla a la señora, apenas abre la boca la
señora se detiene, "Discúlpeme que la moleste pero mi amigo y
yo estamos un poco mal del estomago, hemos comido algo que nos cayó
muy mal, podríamos caminar con usted, por seguridad", la señora
se le quedó viendo casi un minuto, y no le dijo nada, hasta que en
un momento movió los hombros y la boca en señal de indiferencia.
La mujer comenzó a caminar y Damián
empezo a caminar con ella, pero enseguida la rebasaba, dos tres
pasos, y se le adelantaba, intentaba ir más lento, pero no podía,
tenía que detenerse, dar un paso detenerse, o dar dos tres normales
y ahí detenerse. Alex reaccionó un poco, se dio una bofetada, y
dijo en voz alta, esto dejámelo a mi, se recuesta de Damián y se
poné frente a la señora y empieza a medir sus pasos con respecto a
la cercanía con la señora, y así fue reduciendo poco a poco la
velocidad de sus pasos, empezó con un metro de diferencia y fue
reduciendo poco a poco, la distancia de sus pasos, la velocidad con
la que los daba, estaban por llegar a la esquina cuando notaron que
habían por fin igualado a la señora, entonces Damián va hablarle
a la señora cuando Alex dice, "No", y lo que hace es
reducir un poco más la velocidad, y el ritmo, para ver si puede
hacer que la señora disminuya la velocidad antes de hablarle, lo
logran, la señora disminuye un poco la velocidad, y cuando lo hace,
ambos sienten un golpe muy fuerte en la cabeza y caen desmayados.
IV
Los amigos se despiertan en la misma
vereda. El primero en despertarse es Alexander, ve a Damián tirado
en el suelo, está un poco raro, bastante más gordo, tiene un dolor
de cabeza terrible, no le presta atención, ve un kiosko que no
había notado la noche anterior, y se levanta para ir a comprar algo
con cafeína y azúcar. Todo en el kiosko es ligeramente diferente,
ve a un hombre hablando por un celular viejo, bastante viejo, compra
una gaseosa y cuando da el primer trago se sorprende al sentir un
bigote, salta de la sorpresa y corre a un espejo, no puede creer lo
que ve, corre donde Damián que seguía tirado en la vereda,
transeúntes caminando por arriba, lo levanta y lo lleva tambaleando
a una plaza cercana, lo abofetea y le dice, "mírame",
Damián se asusta, Alexander es mucho más joven y tiene barba,
Damián se toca la panza, está gordo, como estaba antes de empezar a
entrenar, mira a su alrededor, se lleva las manos a la cabeza y dice,
"Qué mierda está pasando". Ambos terriblemente aturdidos,
caminan como pueden hasta una plaza. Damián a mitad de camino se
tiene que desabrochar el pantalón.
- Damián es obvio que hemos viajado en
el tiempo.
- Obvio. Es obvio. De qué estás
hablando. Nos drogaron, esto es una broma, nada más.
- No.
- Cómo no.
- Mira a tu alrededor, todo ha
cambiado, todo, no es broma.
- Mírame, es un asco esto, sabes lo que
me costó bajar esta panza.
- Si te veo, no te hubiera imaginado
así, no estás tan gordo.
- Tan gordo.
- Hey, concentrate, viajamos en el
tiempo.
- Hemos viajado en el tiempo, entonces,
para qué año es.
- Vi un diario mientras caminábamos
para acá, viajamos diez años.
- Entonces Carmen está viva, la puedo
salvar.
- Carmen tu novia?
- Si.
- Y yo estoy soltero, no tengo novia.
- Con esa barba no me sorprende.
- Tengo que salvar a Carmen.
- Para un segundo, tenemos que pensar.
Qué ha pasado, no podemos cambiar la historia así no más.
- Oye, a quién le importa, tengo que
salvarla.
- Puede que haya otro como tu, acá y
ahora, no puedes ir y presentarte, no sabemos que puede pasar, qué
pasaría si te encuentras contigo mismo, o Carmen habla contigo por
telefono teniendote enfrente.
- Ok. Piensa Alex.
- Ok. Simple, somos nosotros de antes o
somos nosotros de ahora.
- Cómo?
- Revisa tus bolsillos.
- Tengo mi billetera, la vieja! somos
los de antes.
- Si yo también tengo la vieja. Tienes
teléfono.
- No, no tenía.
- Yo tampoco.
- Eso es bueno.
- Si pasamos la noche en la vereda
nuestras familias estan preocupadas.
- Yo estoy viviendo con Carmen.
- Yo estoy con mis viejos.
- Eras todo un ganador.
- Callate gordo.
Damián ve un locutorio y va corriendo
como puede, todo le queda muy apretado, Alexander lo sigue. Damián
entra desesperado y pide una cabina, entra y marca nervioso, cuando
del otro lado, escucha a Carmen, empieza a llorar desconsoladamente.
V
Los amigos vuelven a la plaza. No
pueden entender ni cómo, ni porqué, pueden deducir que pasó
caminando con la viejecita, pero nada más. Para Damián era difícil
concentrarse, Carmen estaba viva, poco más importaba, tenía que
salvarla esta vez. Alexander por el contrario se encontraba solo,
cuando tenía 25 poco pasaba en su vida, era un gran lector, estaba
estudiando programación, carrera que dejó al poco tiempo, vivía
con sus padres, no tenia novia, el viaje había reducido la vida de
Damián a una misión, para Alexander era un mundo de posibilidades.
Pero después de mucho discutir, sólo una cosa les había quedado
claro, no podían separarse, por una razón en particular, si lo
hacían perdían perder la cabeza. No sabían si el viaje era
temporal, si era para siempre, si habían viajado otros. Lo único
claro era que había pasado y le había pasado a los dos.
Lo primero, ir a ver a Carmen. Damián
entró a su viejo departamento, con la intensidad que solo se
encuentra en el milagro, Ella estaba tomando mate al lado de la
ventana, la abrazó y comenzó a llorar de vuelta, Carmen se
sorprendió, pero no tanto, Alexander comprendió que Damian en el
pasado era de lagrima fácil. Carmen ve a Alexander en la puerta y le
hace un gesto para que pase. Alexander está sorprendido por la
hermosura de Carmen.
- Damián qué te pasa y quién es el
barbeta.
- No tengo barba ya, la tengo ahora,
pero ya no la uso.
- Si y yo estoy más flaco, me pongo a
hacer ejercicio.
- Bueno, veo que la pasaron bien
anoche, la próxima invítame o llámame por lo menos.
- Dormiste algo?
- No, no pude, y si no sé dónde
estás, no me facilita las cosas.
- Alex, Carmen sufre de insomnio.
- Alex, asi se llama tu amigo.
- Alexander, Alex Carmen, Carmen Alex.
- Mucho gusto Carmen.
- Hola. Me puedes decir qué está
pasando?
- Nada. estamos nerviosos nada más.
Pero escúchame un segundo mi vida, necesito que me escuches muy bien.
- Te escucho, frente a un extraño.
- Es raro pero no es un extraño,
escucha, no importa lo que pase, no importa cómo pase, no importa si
puedes o no dormir, no importa nada, tienes que saber que nada
extremo va a resolver nuestros problemas.
- Qué.
- Carmen dime que entiendes.
- Que está pasando, y quién es este
hombre.
- Mi vida dime que entiendes.
- No entiendo nada.
- Carmen dile que entiendes.
- Oye Alex, no sé quién eres tu, así
que tranquilo.
- Mi vida, por favor, solo dime que
entiendes, dime que todo se puede resolver.
- Si no me dices qué pasa no puedo.
- Por favor , dime eso, mírame a los
ojos, necesito que me digas eso por favor, dime todo se puede
resolver.
- Qué pasa, qué hiciste, qué va a
pasar.
- Nada, no estamos en peligro, no hay
nada inminente, no te preocupes, por favor dilo, todo se puede
resolver.
Carmen lo ve a Damián, lo ve a
Alexander, y puede percibir una seriedad que no pertenece a la
emergencia, entonces dice:
-Está bien, todo se puede resolver,
ahora me puedes explicar.
VI
A Carmen no le contaron nada. Damián
intentó un par de veces, pero sabía que lo iban a tratar aún,
también sabía que ella era muy inestable y cualquier noticia de
esta índole solo iba a molestarla, así que nada dijo. Llegaron a la
conclusión de que lo mejor era continuar todo con la mayor
tranquilidad posible y continuamente reforzarle el hecho de que todo
se podía resolver.
Pasada la sorpresa, y meditando ya
sin ninguna duda de que lo que había pasado era real, los amigos
encontraron que el único problema y del que derivaban todas sus
posibles acciones, era si el viaje era temporal o permanente. Si era
temporal iban podían salir a destruir todo, robar, romper, caos
absoluto, ambos lo habían decidido, libertad absoluta, disfrutar sin
límites y con excesos, pero si el viaje era permanente, después de
esa pequeña fiesta podían pasar el resto de su vida en la cárcel,
o peor aún salir lastimados. Lo peor era que ninguno de los dos,
realmente sabía lo suficiente sobre su tiempo cómo para tomar una
ventaja real, ninguno apostaba así que no tenían datos para hacer
dinero fácil, ambos sabían lo que iba a pasar con el internet, pero
no tenían los conocimientos suficientes para hacer algo rápido,
tenían datos para hacerse ricos en el futuro, empezar a trabajar
ahora para lograr algo grande en unos años, adelantarse un poco a su
tiempo, claro, tal vez amasar una gran fortuna pero nada seguro. Por
un tiempo pensaron en ayudar a otras personas, pero qué sabían del
mundo? cómo podían evitar una guerra? quién les haría caso?
Se compraron celulares para estar
conectados todo el tiempo, Alexander tuvo que volver a su casa, no
tenía más remedio, no se podía quedar en casa de Damián porque
era muy pequeña, un poco en dudas ambos pidieron prestado todo el
dinero que pudieron, pensaban que una deuda si la podían pagar en
caso de que se quedaran en este tiempo, pero qué hacer con él, qué
harían diferente esta vez. A Damián sólo le preocupaba carmen, a
Alexander la paradoja espacio tiempo.
Decidieron gastar el dinero
recolectado en investigar un poco más sobre lo que había pasado.
Hablaron con físicos teóricos, escritores de ciencia ficción,
matemáticos, religiosos, todo era absurdo e imposible, estaban
atrapados en un delirio inimaginable. Damián le dijo a Carmen que
Alexander era cineasta o quería serlo y estaban investigando para
una película, a ella poco le importó, le gustó verlo ocupado y ya
que investigaban con tanto ahínco la imagen que daban era muy seria.
Así, entre investigaciones y
divagues, pasó un mes, ambos empezaron a creer que su lugar estaba
en el pasado. Carmen había empezado a ir a una psicóloga, Alexander
empezaba a tener ganas de salir de su casa, Damián estaba
francamente aburrido, quería hacer algo con esta maravillosa
experiencia. Empezar a hacer dinero. Pronto iniciaron una serie de
punto coms, que no tardaron en hacerse famosos, ambos sabían lo que
el publico iba a querer, e iba a tener, así que podían adelantarse,
nunca pudieron hacer un producto que se volviera famoso a nivel
mundial, pero si muchos pequeños que lograron amasarles una pequeña
fortuna.
Carmen no se suicidó. Alexander se
enamoró de otra mujer. Y pasó el tiempo.
VII
- Damián viajamos en el tiempo y no
sirvió de nada.
- De nada, tenemos más dinero, nada
más.
- Entonces?
- Entonces nada, parece una gran broma.
Tendríamos que haber descubierto alguna cura, salvado alguna vida,
romper algún récord.
- Salvamos a mi mujer.
- Bueno, si.
- Alex qué pasó esa noche?
- No lo sé.
- Fue la vieja.
- Damián, lo hemos hablado una y mil
veces, no puede ser. Ya lo intentamos, no volvió a pasar. No fue la
vieja no fue la esquina.
- Caminábamos los dos.
- Si.
- Borrachos.
- Si.
- Disminuimos la velocidad frente a la
señora.
- Si.
- Sentimos un golpe en la cabeza.
- Si a todo, y ya lo intentamos todo.
Te digo que son puertas que se abren y se cierran, momento justo en
lugar justo, y todo eso, no tendríamos que intentarlo más, te digo
que vamos a aparecer en cualquier lado, no nos conviene, volver a
tener diez o saltar hasta tener setenta. La sacamos barata.
- Han pasado casi dos años, tenemos
que hacer algo.
- Bueno, yo he estado pensando en algo,
todo, en esa noche, tenía que significar algo, para romper el
continuum espacio tiempo para encontrar una veta, todo lo que había
pasado hasta ese momento nos llevó hasta esa entrada, por lo tanto
si queremos encontrarla de vuelta tenemos que encontrarla a través
de lo que está pasando en este momento.
- Te escucho.
- Los datos siempre van a variar, es
como una fórmula, los datos pueden siempre cambiar, pero la fórmula
es la misma, la fórmula que nos hizo viajar es lo importante.
- Lo que estábamos haciendo.
- Exacto.
- Molestar a las viejas.
- Eso creo que sería un dato, no tanto
la fórmula, pero no sé por qué si creo que tiene que ver con las
viejas.
- Pues a por ellas.
- Y que vamos a hacer.
- Ir a buscarlas, intentar hablar con
ellas de vuelta, ellas tienen que saber que es lo que pasa.
Salen a la calle y empiezan a hablar
con señoras mayores, les preguntan cosas, intentan de nuevo caminar
con ellas, todo es inútil, cansados se meten en un bar y empiezan a
tomar, son jóvenes y tienen dinero, así que derrochan sin
miramientos. Entrada la noche Alexander se para para vomitar en el
baño, y salé del mismo con cara de asombro.
- Espera Damián.
- Qué pasa?
- No ves que eso es.
- Qué cosa.
- Las viejas, hablan o caminan. Pero no
hablan y caminan.
- Ya caminamos con ellas en silencio.
- Caminamos con ellas en silencio, pero
nunca reducimos la velocidad con ellas, como aquella noche y no
hicimos nada.
- No hicimos nada más.
- Si hombre, hay que hacer como hacen
ellas, una cosa a la vez.
Vuelven a la calle y buscan una vieja,
cuando la encuentran, no tardan en sentir un golpe muy fuerte en la
cabeza.