La Fe.
A mis amigos de la red.
El Imperio dividió el mundo en Ciudades, Plantaciones y
Ruinas. Aquellos que decidían involucrarse con la producción se unían a las Ciudades;
un promedio de cuarenta kilómetros de fábricas, edificios de cien pisos,
instituciones educativas y centros de entretenimiento. El que no se adaptaba
era expulsado a las Ruinas; cientos de kilómetros de construcción libre sin
protección del estado. Las Maquinas se encargaban de las Plantaciones;
producían vegetales y animales, genéticamente modificados para aguantar las
altas dosis de polución y radioactividad.
La Energía, que antes había unido a la humanidad, fue
desestimada por el imperio como inservible y poco productiva, miles de años
antes habían declarado sus intenciones bajo el lema “la religión es veneno”.
Los primeros quinientos años, después de la toma absoluta de
poder, los Sacerdotes de la orden de la Nada, caminaron por las ruinas buscando
hombres dispuestos a dar El Primer Paso hacia la Energía. La Orden de la Nada
conservaba las fórmulas secretas. A veces un Sacerdote pasaba toda su vida con
un solo hombre, a veces uno solo podía convertir a toda una tribu, nunca
midieron su trabajo en cantidad. Su método era el siguiente; primero
establecían contacto con la persona, segundo se aseguraban de entender su
realidad, y tercero, de acuerdo a su realidad y en su lenguaje, les enseñaban a
dar el Primer Paso.
La Nada funcionaba en silencio, se alejaban de la
masificación y de la propaganda, las maneras del imperio, ya que para ellos
sería necesario aferrarse a reglas específicas y la Nada buscaba la manera de
cada hombre, no al revés. Los Sacerdotes no tenían contacto entre ellos, a
veces se reconocían en una comunidad o se encontraban en un camino, entonces se
saludaban como hombres. Eran escogidos y educados por los Maestros, que se
comunicaban entre sí a través del Segundo Paso.
Después de quinientos años las ruinas se llenaron sin
control y el caos se adueñó por completo de sus habitantes. Algunos grupos,
pequeños, lograban unirse, protegerse y amarse, si crecían demasiado el imperio
los disolvía. Bajo estas condiciones, un consiglio de Maestros decidió cambiar
el proceso, instaurar un orden, agilizar el intercambio de información, simplificar
el conocimiento sobre la Energía. Decidieron construir establecimientos en las
ruinas y comunicar a los sacerdotes, estos establecimientos unirían a un grupo
grande de hombres al mismo tiempo y facilitaría la tarea de comunicación, ya no
aceptarían a los hombres como individuos, los verían como un grupo. A través de
la Energía que podían Materializar los maestros desde el Tercer Paso, construyeron
Portales, estos dirigían al individuo, a través del Segundo Paso, a las
estrellas. El Primer Paso, el necesario para la comprensión espacial, se
convirtió en una formalidad, dar literalmente un paso hacia al vacío, entrar,
atravesar un umbral. Se creó una desviación del orden natural. Aquel hombre
cansado del imperio, huyendo hacia las ruinas en busca de otra verdad, o
expulsado por su desobediencia, se vería atraído hacia el camino del universo,
pero entrenado en el seno del imperio y sus maneras, elegiría el camino más
rápido y aprovecharía el atajo de saltar el Primer Paso utilizando el portal,
aceptaría un camino establecido en vez de encontrar el propio. Así quedan las
almas perdidas en las estrellas, funcionando en esta realidad, con una visión
cosmológica, pero no sabiendo utilizarla, perdidos en una mentira, ayudando en
su ceguéz al imperio, ya que la fuerza imperante se beneficia de la neutralidad
de las inferiores. Diez mil almas se
perdieron en los primeros intentos, doscientas mil en los primeros años, y el
consiglio de Maestros, lejos de cerrar las puertas, aumentó las invitaciones y
perfeccionó los discursos.
Un Maestro llamado Pla se rebeló contra el método. Entonces,
contactó a un joven sacerdote llamado Sesiom, y lo educó en las artes de los
Tres Pasos, le enseñó los lenguajes de los Tres Niveles, y le enseño a levantar
el velo que oculta el corazón de los hombres, y así ver su verdad. Cuando
terminó su educación le dijo, “tu misión es encontrar y cerrar los portales, el
imperio ha corrompido nuestra casa de conocimiento, los maestros han olvidado
el orden exponencial, están cegados por la impotencia y la desesperación”.
Sesiom comprendió al instante.
Pla cortó comunicaciones con el Segundo Paso para no ser
visto, se empezó a mover en el mundo de los mortales colaborando para que los
hombres dieran el Primer Paso por sí mismos, sin la falsa ayuda de la
estandarización, y en el tercero, para ayudar a Sesiom a conseguir las fórmulas
correctas que lo ayudarían a triunfar en su empresa.
Sesiom se vistió con la túnica de Próxima Centaura, empuño
el libro de las fórmulas y se dirigió hacia las tierras de Otpige, dónde los
maestros corruptos habían instalado el primer portal, protegido por soldados
reales, primer señal de la desviación de la energía.
Esta historia me fue revelada por el mismo Pla una vez que
di el primer paso junto con el consejo supremo “Los hombres pertenecen al
mundo, el mundo es parte del universo, la verdad es lo que pasa y es
compartida, la realidad es manipulable, la nada no existe y todo cabe en ella”.
Sesiom continúa su lucha.
El funeral
Magaly termina su té parada frente a la ventana. Está mirando a su perro jugar con un hueso, el can se revuelca sobre él, lo muerde, lo lanza en el aire. Ayer se murió su padre, por la noche, así que el funeral va a ser hoy por la mañana. Magaly tiene dos niños, que esta mañana no ha visto, son de levantarse temprano y salir a buscar comida, son activos, les gusta cambiar y conseguir herramientas y utensilios, son buenos cazadores, así que consiguen mucho. En la pantalla anuncian un día soleado, pide ver la cocina de su madre, la pantalla la muestra, la mujer está atareada con las festividades, prepara un cerdo para meter en el horno, y en una gran cacerola está hirviendo distintas verduras, cuando lleguen los invitados freirá el pescado. Magaly sale de su casa, hecha de madera y barro y se va hasta el taller, su hombre trabaja en un prototipo de motor, está intentando reducir el consumo de la batería agregando un panel solar, ya intentó agregando otra batería, pero el peso extra le entorpece la maniobrabilidad en el agua. Magaly se acerca por detrás y le besa el cuello, su hombre es fuerte y a ella le gusta. Le pregunta si vio a los muchachos, si, contesta, salieron temprano, querían cazar algo para el abuelo. Escuchan a lo lejos un vehículo, Magaly sale a recibirlo, sabe que son los oficiales, la muerte de un padre amerita un reconocimiento por parte del estado, por dos años uno de sus hijos dejará de pagar el impuesto de existencia. El trámite es rápido, un escáner de retina cierra el trato, el funcionario descarga las nuevas formulas en su brazo y listo. Magaly pasa por la huerta a cosechar tomates, pimientos y berenjenas, planea llevar eso al funeral de su padre. Se le está haciendo un poco tarde. Los chicos no vuelven. Se acerca a la pantalla y llama su madre, ya están casi todos esperándola, que pase rápido por su casa a dejar los vegetales y que venga con su hombre, que se olvide de los niños, por supuesto, que más da.
Van caminando de la mano, el perro los sigue, son unos dos kilómetros
por el campo, uno por las ruinas, eligen el campo. Cuando llegan a la casa los
muchachos, de 13 y 14, los estaban esperando con trozos grandes de venado fresco.
Van todos juntos hacia el hueco, son unos tres kilómetros por el campo o dos
por las ruinas, deciden ir por el campo, es temporada de fateliz, cosecharan
unos pocos.
En el hueco esperan varios habitantes de la P56, Magaly levanta la mano y todos contestan, después su hombre y los muchachos hacen lo
mismo, todos contestan, el cuerpo de su padre espera al borde del hueco, su
madre al lado con una sonrisa, le dice, gracias por todo, y empuja el cadáver,
todos aplauden se escuchan algunos gritos, los perros ladran, la madre de
Magaly se ríe y llora, abraza a su hija, todos siguen gritando y aplaudiendo,
los muchachos se suben a un árbol y comienzan a gritar, uno que logra subir más
alto, puede ver el cuerpo de su abuelo, se emociona, grita más fuerte. Todos
gritan, eufóricos, no dejan de aplaudir.
Magaly se separa del grupo, encara hacia la casa de su
madre, el grupo la sigue. De lejos comienza
a oír los tambores, han empezado a tocar, su madre va a estar contenta. Hoy hay fiesta.
Stephen Hawking y la estupidez.
Yo lo conocí a Stephen Hawking, fue en una galería de arte
en Los Ángeles. La invitación era para mi padre, que es productor musical, pero
a él no le interesan esas cosas, está siempre muy ocupado, así que fui yo, que
no hago nada, y siempre tengo tiempo. Ya por la calidad de la invitación me imaginé
que iba a ser algo importante, el artista era una nueva maravilla californiana,
muestra mixta, hiperrealismo y arte conceptual, el hombre quería demostrar su
talento en todos los campos, por qué no, la idea no me parecía aborrecible si
era mejor que el resto que lo demostrara. Cuando llegué y vi la seguridad
confirmé que era algo grande, así que para estar bien preparado me fui hasta
una callejón cercano y me armé uno de chemdog, bien grueso, sabía que adentro
iba a comer bien. Estaba en lo cierto, después de ver los cuadros por unos
veinte minutos me fui hasta una mesa, bastante alejada, que tenía comida increíble,
cara y fresca. Estaba llenándome la boca de salmón ahumado cuando noté que al
final de la mesa medio separado y solo, estaba el profesor Hawking, a mi
parecer un poco de mal gusto que se estacione cerca de la comida, pero inteligente
no es bien educado. Tragué como pude la delicia nórdica y me di un buen trago
de mi ron con tónica, trago que siempre va a acompañado de una mala cara del
barman cuando lo pido, me acerqué y lo saludé, él me contestó y me saludó de
vuelta, le pregunté si le habían gustado las pinturas, algunas me contestó, “some”,
entonces nos quedamos callados unos segundos y le pregunté por la estupidez, “stupidity”,
y me contestó, está en todos lados, “it´s everywhere”, y continuó, pero de
alguna manera logramos avanzar yo tendría que estar muerto y sin embargo estoy
hablando contigo ya vas a ver algún día la erradicaremos por completo, eso me
dijo. Yo me quedé pensando en su respuesta, cuando terminé de pensar saqué la
pajita de mi trago y me la llevé a la boca y le soplé en la cara lo poco que
quedaba adentro, alrededor nuestro se hizo un silencio profundo, un par de
gotas le cayeron en la pantalla y se le podían ver también en los lentes, entonces
le dije, no lo harán, “you won´t”, y me fui a comer la mayor cantidad posible
de dulces antes de que me pidieran, muy respetuosamente, que dejara el
establecimiento.
Baldomero.
Baldomero hace arepas en la playa. Dejó el colegio a los
dieciséis años, en cuarto de bachillerato, y se fue a la playa. Consiguió una
buena casa en la que necesitaban un cuidador y se puso a hacer arepas para
ganar dinero, le gustó, de esto hace veinte años. Pasó por varios lugares hasta
tener suficiente para armarse su ranchito, cerquita del mar, se hizo un carrito
con chapa, con un bracero en el medio, y se marcó una ruta, la misma, todos los
días y todo el día. Baldomero pasa diez horas diarias caminando por las calles
del pueblo, vende arepas solas, con mantequilla y con queso. Baldomero no cree
en la monogamia, no cree en Dios y no cree en el gobierno, cree en el pan, y lo
dice siempre, “el paraíso es la panza llena”, y por eso el nombre de su carro,
“El cielo en una arepa”.
La verdad sobre el asesino del parque San Martin
Cuando asesinaron de tres balazos, realmente tiraron nueve
pero el homicida bisoño no derrocha en puntería, a German el nazi justiciero,
en la calle se habló de un castigo por parte del Topo y sus delivery de drogas,
por un momento hasta yo pensé que esa historia podía ser cierta, y tenía
sentido, ya había llevado a juicio a dos y estaba realizando averiguaciones
sobre el tercero, unas semanas atrás se había envalentonado con un treinta y
ocho sobre la puerta de la casa de un pudiente, en plena transacción el
delivery todavía sosteniendo la mercancía y el comprador en pantuflas con la
plata en mano, la escena no terminó en tiros por que el delivery quiso proteger
la identidad del comprador desapareciendo como prueba, astuto el muchacho,
violento el German, torpe el cliente, así que todos aceptamos la historia. Aunque buen cliente, el German no dejaba de ser Nazi, no jugaba al ajedrez con
las piezas negras, todos los libros de la segunda guerra eran mentira, igual me
los compraba, para después desmentirlos, y su placer por el ocultismo era del
negro, que aunque acá también pagaba con creces un hallazgo extraordinario, uno
no se siente muy bien cuando vende un libro de hechizos de probada efectividad a alguien que de entrada se muestra oscuro,
así que todos aceptamos que German el Nazi fuera baleado en la puerta de su
casa, por un ajuste de drogas, ahora, unos días después, tres días para ser
exactos, Hugo, el comprador compulsivo que me pide una bolsa por libro, pasa
buscando libros de ciencia y más precisamente sobre el método científico, y me
pregunta si tengo algún específico sobre el desarrollo completo de un
experimento, tenía un libro de Manilow, uno de Fabre y uno de Wacquant, el de
boxeo, y como el vendedor de libros que consume su mercancía es un mago en
hilar un tema con una necesidad para conseguir una venta, le vendí los tres, y
cuando se iba su ego no lo dejó y Hugo me dijo, la perfección está en la práctica,
y así se fue el hombre, y me recordé de esa vez que me dijo, quién sabe por qué,
aunque al vendedor de libros algo de confesor le ven, yo tengo el método
perfecto para matar a alguien espero nunca tener que utilizarlo pero a los míos
los protejo, a lo que yo le contesté, si lo cuentas no es perfecto, y él me
contestó, no te lo conté, y yo le dije, tampoco es perfecto eso que no se puede
practicar, y ahí quedó la cosa y el hombre se fue con su bolsa, en la que mete
todas las bolsas, por supuesto que el hombre puede estar practicando cualquier
cosa, y no hay indicio alguno o prueba concreta de un supuesto que todavía no
es explicado como tal, pero resulta que también recordé aquella vez, que por
pura casualidad, mientras Jugaba ajedrez con el Roberto, el German observando y
el Hugo comprando, este último me preguntó un precio, a lo que German contestó,
ese libro no vale nada, de un libro sobre Sócrates hablamos, La Muerte de Sócrates
de Robert Waterfield para ser precisos, acá
Hugo lector incansable de los clásicos griegos y fanático de la libertad y el
libre pensamiento, se enganchó en una discusión con el Justiciero Nazi, la discusión
fue resuelta por un tercer integrante de la mesa, esta del sexo femenino, que
con su buen aspecto preguntó un precio y disipó los conflictos, que todos se
rinden ante la belleza, y en una futura compra Hugo me preguntó por tal
individuo, y seguro a otros habrá preguntado y todos habrán respondido, es un
Nazi, así que yo me quedé con esos recuerdos, masticándolos, y cuando ocurrió el
asesinato del turista Belga y a los tres días volvió a pasar el Hugo y me
recuerda sobre la práctica y la perfección, y cuando encontraron el cadáver del
jugador de fútbol apuñalado entre los árboles, y a los tres días de la noticia
pasa Hugo y me recuerda sobre la práctica y la perfección, yo lo retengo y le
pregunto si se recuerda de German, del Nazi, y me dice, si el antisocrático el enemigo
del pensamiento, le pregunté si sabía cómo lo habían matado, si había escuchado
algo que en los diarios nada dijeron del cómo, él me dijo, nada sé lo mismo que
saben todos y se cuenta por las calles que mientras abría la puerta de su casa alguien
se le acercó por detrás y le pegó tres tiros en el pecho y después descargo el
resto del arma en el pasillo.
Es en la otra puerta.
Augusto, viejo sencillo, y Héctor, joven aturdido, estaban parados afuera de la comisaria
mientras Victoria, joven hermosa, y Brunilda, sabia hermosa, entraban a
preguntar, mientras entraban Augusto les dijo, es en la otra puerta, pero ellas
no escucharon y entraron igual, entonces ahí Héctor le dijo a
Augusto, así se forman los lideres, Augusto le contesta, no
te entiendo, no importa dice Héctor, entonces se escucha que adentro el policía
les dice a las mujeres, el trámite es en la otra puerta, pero ellas se
quedan hablando, entonces Augusto enfila hacia la otra puerta y Héctor lo sigue
y le dice, viste hasta te sigo, y Augusto le contesta, no te entiendo, no importa
dice Héctor, y llegan a la otra puerta y justo sale un policía y les pregunta, que quieren, y Augusto le dice, los chicos van a comenzar el trámite de
residencia, y el policía les dice, es en la otra puerta, el policía se va y
Héctor le dice a Augusto, como los lideres, y Augusto contesta, te entendí.
Realidades
Estaba recién mudado a los Estados Unidos, tenía 15 años, y
estaba alucinado, en un año ya podía manejar, un auto era accesible con un
trabajo de medio tiempo, mis padres soltaron la cadena al estar en un lugar con menos inseguridad,
las tiendas de discos eran gigantes, los juegos de Nintendo eran regalados y los podías
comprar usados por monedas, una hamburguesa con papas fritas era la comida más
barata posible, no un premio de domingo, todo aquello que en Caracas era un
lujo acá era resto, de un día para otro, así de rápido, y el cine, todos los
viernes, seis, siete, diez películas nuevas, más los dvds en oferta por todos
lados el título que sea, accesibilidad, en su momento hermoso, después se
sumarían los libros, pero por el momento, era música, películas y comida,
bueno, pastas procesadas en forma de comida, que a los quince son ambrosía. El
único problema del cine por supuesto, es que era en inglés sin subtítulos, y yo
el inglés al cien no lo tenía, le estaba dando duro con revistas de la NBA y
las letras de los discos, compraba cds solo con librito, y fui afinando, y un
día sin darme cuenta ya estaba entendiendo, entendía las canciones, entendía
las revistas, me animé con algún libro, y me dije, pruebo con el cine. Había
una película nueva que causaba furor, no se podían conseguir entradas, así que por
supuesto nos dieron muchas ganas de verla, nos fuimos un día temprano, mi
prima, mi hermana y yo, y conseguimos entradas para la última función de ese
día, el resto del día lo pasé en el arcade gastando fichas y en Wendys comiendo
hamburguesas, mi hermana y prima se fueron no sé a dónde. Cuando entramos al
teatro, era un desastre, se habían colado un montón de personas, esto fue una
gran sorpresa porque quién iba a pensar que
la gente se colaba en Estados Unidos, y no habían asientos, es más las
escaleras estaban bastante llenas, nos tuvimos que sentar en el piso cerca de
una salida de emergencia, bien a la derecha del teatro, por lo menos estábamos
en el centro. Esa fue la primera película que entendí en Inglés, y fue la
primera película que disfruté sin subtítulos, y fue una puerta gigantesca hacia
el entendimiento de que había otros mundos, otras culturas que se representaban
a sí mismas, y que una traducción es otra cosa, estaba entendiendo un producto
desde otro punto de vista, desde otra perspectiva, había cambiado como
consumidor, al toque entendí que estábamos programados y que entendíamos las
cosas de acuerdo a esa programación, el idioma era algo que escribía en mí. La película
que veía mientras pasaba todo esto, era Matrix.
Todo es centro al infinito.
Todo es centro,
y dentro de ese centro,
hay centros,
y todo disemina
líneas de energía,
y si las líneas entre varios centros
son armoniosas
y fluidas,
lo que pasa es bello,
y si
son agresivas
son agresivas
y violentas,
lo que pasa es doloroso.
Y así los átomos
a las células
y las células
a los órganos
y los órganos
a mi cuerpo
y mi cuerpo
al infinito.
Mis dos libros auto publicados.
El primero fue “Filosofía Momento”. Tenía diecinueve o veinte
años, había dejado la segunda universidad a la que asistía, tan asqueado como
la primera, si vas a la universidad y no te sientes que estas asfixiando al último
panda, eres un insensible, si terminas o no, es otra cosa, pero tienes que
sentirlo. Me quedaba un poco de dinero de mi último trabajo, y quería el libro
para salir a venderlo, realmente quería hacer plata con mi libro. Lo imprimí en
una imprenta de Abasto, una impresión, no una edición, simplemente fui por toda
la ciudad buscando el lugar más barato para imprimirlo, no editarlo que es otro
precio. El dueño de la imprenta tenía una kombi pintada con la cara de Gardel,
su mujer vivía en el El Bolsón y yo estaba con ganas de irme a vivir a la Patagonia,
estaba en abasto como extranjero, la
kombi y Gardel, en su momento todo parecía bastante profético. El imprentero
era un peruano alcohólico, siempre que lo veía tenia una botella de gaseosa de
las grandes, dos litros, en la mano y tomaba frenéticamente. La sed. Todos los días
iba a la imprenta y todos los días era lo mismo, mañana. Mañana. Mañana.
Mañana.
Un día me cansé y le dije al dueño, lo hago yo, córrete, me
metí en la pequeña pieza donde tenían dos imprentas que parecían haberse
estrenado con la noticia “ayer crucifican al supuesto hijo de Dios” y el
peruano me dice, sin señalar, “el papel ahí y la tinta ahí, no pongas mucha
tinta, pero primero necesitas las placas”, trago largo de gaseosa, la espalda. El
dueño de la imprenta me agarra del brazo y me dice vamos por las placas. Fuimos
caminando, en el camino me preguntó, “porque todos los cuentos tienen tipografías
diferentes”, estoy intentando usar el medio le digo, que cada cuento tenga una
personalidad visual. Se quedó callado. Siempre me preguntaba cosas y después se
quedaba callado. Pasé mucho tiempo en
ese cuartito, tomando gaseosa con el peruano, sacamos el libro e imprimimos
algunos panfletos de putas en el medio, me ofrecieron trabajo, no gracias me
voy a vender libros a la calle. El libro terminado me salió dos pesos, yo lo vendía
a cinco. Vendía bastantes, realmente hice dinero con mi primer libro, tenía que
hablar muchísimo y mentir y pretender que todos me caían bien y exagerar el
acento y hacerme amigo, un asco, pero vendía, era mi trabajo en ese momento. El
libro se caía a pedazos, el pegamento era malísimo, y seguro para el segundo
cuento te quedabas con algunas páginas en la mano. Lo único que me dio Filosofía
Momento, fueron golpes, mi padre acostado en la cama y en calzoncillos se
encargó de subrayar todo lo que estaba mal con el libro, mi amigo Juan que a veces
me ayudaba a venderlo me decía “por lo menos era barato”, y todos me
recordaban, constantemente, que el libro se caía a pedazos.
Me enserié. Escribí mi primera novela, “Suero”, la empecé a
escribir en Buenos Aires y la terminé en Mendoza, y fue perfecto porque la
ciudad encajaba perfecto en al novela, la utilicé muchísimo. Terminé Suero, a
buscar editorial, por supuesto nada.
Después de un año de silencio, me dije, la quiero ver en papel, la saco
yo, esta vez con calidad. Desastre. Caí
en manos de un estafador hijo de puta abrigado bajo un sello histórico, nada
peor que un ladrón con recursos. Por más de dos años sufrí en las manos de esa
basura, reuniones inservibles, excusas ridículas, vueltas y más vueltas,
micros, llamadas, tiempo, impotencia. Y durante todo este tiempo, la gente a tu
alrededor, “te estafaron”, “te robaron”, “lo hiciste mal”. Listo, no aguanto
más, a conseguir con que imprenta trabaja el hombre, la encontré, Pompeya,
vamos a ver que pasa, el imprentero me dice, el tipo me debe treinta mil pesos,
no le sacó ningún libro, y que culpa tengo yo le digo, ninguna, pero es tu
editorial, yo insisto, cuanto quieres por sacar el libro, tanto, es demasiado,
tanto, sigue siendo mucho no tengo esa
plata, mira, te doy tanto, y el resto se lo sumas a la deuda de este hombre,
silencio, bueno, pero le sumo tanto a la deuda, trato. A lidiar ahora con el
imprentero de Pompeya, lo primero que me dice el hombre es “porque no te saco
mejor los siete locos de Roberto Arlt” , a explicarle, pero yo no quiero los
siete locos, quiero mi libro Suero, el
insiste, si pero los siete locos lo vas a vender mejor, claro, no me queda
duda, pero yo quiero mi libro no el de Roberto Arlt, pero mirá que no te cobró
más y te llevas un mejor libro, ya sé que es un mejor libro, pero no es el mío
yo quiero ver mi libro impreso, si me dice, te entiendo, pero vos sacá los
siete locos y son tuyos porque los pagaste y los vas a vender, esta discusión tardó casi una hora, bueno me
dice al final, como tu quieras, es tu libro, acá yo tengo una copia de ese suero que me pasó el editor, para le digo, seguro es vieja, déjame que te
traigo otra, dicho y hecho era vieja, contrato una correctora que lea el libro
y lo corrija, yo lo leo una vez más, lo imprimo en mi casa para asegurarme que
esta bien, soy una molestia, quieren usar el internet, y yo estoy al lado de la
impresora que se traba cada dos segundos, terrible. Le entrego al imprentero la copia final, y le
digo que tengo que corregirlo una vez más, no me dice, esto ya está, yo
insisto, pero el insiste más y realmente a estas alturas, estoy agotado. Hace
el libro, lo voy a buscar, imprimió una copia vieja, que no sé como la tenía,
el editor seguro le habrá dado varias, el libro sale plagado de errores
ridículos. No puedo hacer nada, qué hago me sigo peleando hasta la eternidad, ya
fue. Esta vez el libro estaba cosido, no se caía a pedazos, pero la tinta de la
tapa era una porquería, el libro era azul y se decoloraba, lo ponías en la
mochila, al lado de otros libros, todo azul. Y mientras tanto todos se aseguran
de recordartelo, las dos cosas, que el libro pinta todo azul, y que está mal
editado, todos, mi padre hace su tanto desde la cama. A un par de personas les
gustó el libro, logré un poco de prensa, una crítica buena en un diario de
circulación mayor, una presentación en la feria del libro de Mendoza, todo
solo, a punta de empuje no más, y sabiendo que con cada copia que vendía venían
dos comentarios, está mal editado, pinta todo azul. No perdí plata, es más gané un poco. Por cinco años trabajé en
mi siguiente novela “Nodo”, esta vez me dije, si que si, sale bien, mucho
trabajo, sale lindo. Por dos años, editoriales, concursos, Argentina, España,
todos lados, cuatro copias doble espacio una sola cara anilladas, hasta cinco
copias te llegan a pedir, eso pesa y mucho, envíos para todos lados, la mitad
de mi sueldo se me iba en impresiones y envíos. No. No, no, no , no y no.
No.
No.
No, no , no.
No y no.
No.
Tal vez, no.
Tal vez, mejor no.
No.
No.
No.
No.
Si, dame guita.
No.
No. No.
Definitivamente no.
No.
No y por favor retírese del establecimiento.
No. No. No y no.
Mientras tanto, todo el mundo a tu alrededor, cuando no es
condescendiente, se aseguran de recordarte que no lo estas haciendo bien.
Muchos amigos te recuerdan lo difícil que es lo que estás haciendo, las
posibilidades, la suerte, la soledad, no haces sociales, escribes encerrado y
mandas manuscritos, no conoces a nadie, así no sirve te recuerdan, tienes que
salir.
El silencio.
Nada.
Todo el dinero, todos los envíos, nada.
Las cuatro líneas energéticas del mar.
- Terminó su experimento.
- En el sentido de que todo en la vida es una experimentación
si, pero en el sentido práctico de algo que comienza y termina con valores
determinados, no, nunca lo vi de esa manera.
- ¿Cuanto tiempo duró?
- Poco, seis meses.
- Poco o mucho, según como se vea.
- Claro que si, tiene usted razón.
- Lo mismo pasaría con las condiciones en las que se
encontraba.
- Si. Para algunos pueden haber sido de extrema solead y
dureza y para otros unas vacaciones.
- ¿Estaba usted solo?
- No, la verdad que no, a veces pasaba semanas sin hablar
con alguien pero era una decisión personal más que una condición impuesta por
las circunstancias.
- Tengo entendido que lo hizo para encontrar su animal de
poder.
- Así es.
- ¿Lo encontró?
- No.
- ¿Cómo lo buscó?
- Rituales sencillos, marihuana, fuego, intensa meditación,
piedras, ayunos, etc.
- Diría que fue una perdida de tiempo.
- Por supuesto que no, me endurecí de muchas maneras y
encontré otras cosas, no las que buscaba, pero cosas igual, cosas poderosas, y
aparte de eso me divertí mucho la pasé muy bien, no siempre ya que fui a los
lugares más profundos de mi mente, y salir de esos lugares no es fácil, no es fácil
tampoco lidiar con lo que se encuentra.
- ¿Qué encontró? ¿Qué nos puedes compartir?
- De mi experiencia personal no le puedo decir mucho, ya que
es personal, pero le puedo decir que confirmé una creencia que siempre me
pareció algo ridícula.
- ¿Cuál?
- Una creencia de los Kula Lumaya.
- Pensé que los Kula lumaya eran un mito, una leyenda.
- En parte lo son, muchas personas creen que son un invento
de Alfred Fainzaig, en parte porque su investigación lo llevó a lugares tan poco
comunes que parecen fantasía, en especial la distancia de sus descubrimientos,
es difícil de creer que una cultura tan precaria y antigua haya podido viajar
alrededor del globo.
- ¿Cuál fue el descubrimiento que pudo confirmar? me intriga.
- Confirmé las cuatro líneas energéticas del mar.
- ¿Cómo es eso?
- Los Kula Lumaya decían que hay cuatro líneas energéticas en
el mar, la primera va desde el lugar que nunca se moja por las olas hacia
adentro, hacia la tierra, la segunda es toda la línea que alguna vez se moja,
según las mareas, la tercera es la parte en la que uno puede caminar digamos,
la línea de mar que siempre está bajo el agua pero que es accesible, y la
tercera es la línea de flotación, un hombre flotando en el mar sin tocar el fondo.
- Obviamente entonces depende del tamaño del hombre.
- Las líneas energéticas no son trazos rectos, no son una
tabla de madera, el mar no es estático, la altura de un hombre no tiene nada
que ver.
- Y que hacen estas líneas energéticas, para qué sirven, en
qué modifican la vida del hombre.
- La energía balancea, no hace nada para un hombre en cuanto
a su situación en una sociedad o su ubicación dentro de un lenguaje, la energía
balancea a un hombre para que pueda conectarse con su parte animal, su conocimiento
básico, lo conecta con el universo.
- No entiendo muy bien. Me parece a mi, que son supersticiones,
disculpe si soy duro, pero usted pasa un tiempo en soledad, en la naturaleza,
desconectado de todo, y vuelve para decirnos de líneas imaginarias de energía y
culturas de las que no se puede confirmar su existencia y admite que consumió alucinógenos,
la información que nos da no es muy confiable.
- Es porque no es información, no es dato, no es conocimiento,
solo se puede confirmar a través de la experimentación, es sabiduría.
- Con más razón, como le digo, muy brumoso, poco creíble.
- Todo lo extraordinario lo es.
Querida Vecina
Como soy el “escritor” del barrio, un vecino me trajo un
documento para su corrección, me dijo que tenía que dar, esa fue su palabra,
dar una carta, y que se quería asegurar de que estuviera correcta, yo por supuesto no soy quién para corregir nada a nadie, pero por intriga le
dije que sí, que me la dejara y que en un rato se la llevaba a su casa, él
obviamente se fue desilusionado ya que esperaba una operación inmediata, pero
yo aludí tareas domesticas impostergables y como esto se entiende en las
soledades del pueblo, el hombre aceptó, me agradeció y partió para su casa a
unos escasos cuatrocientos metros. Sé que el hombre no tiene computadora y como
es hombre mayor lejos está de aprender o entrar en el internet, así que me tomo
una licencia y publico su carta. Es esto una violación de su intimidad, si, es
esto una bajeza de mi parte, si, pero me justifico en el hecho de que me
entregó la carta abierta, y en ningún momento especificó que era de dominio
privado. Transcribo palabra por palabra un documento que por supuesto, no
necesita corrección.
“Querida vecina,
Perdoneme, pero que hago. Yo la quiero mucho a la perra. Esta
conmigo desde bien cachorra días tenia cuando la agarre. La perra me hace compañia.
Por falta de trabajo no termine el cierre me faltan materiales. Si ato a la
perra se me pone triste y no come se queda parada con la cabeza gacha y me
mira. Yo se que le ladra pero tambien se que no le muerde. Mi perra nunca mordio
a nadie. Usted tiene razon la perra sale a su encuentro usted nada le hace. Yo
hice el corralito en el fondo no se como se escapa. Usted me avisa y yo la
guardo pero no le pegue. Yo no le saco razón pero tampoco le entrego
privilegios.
A sus ordenes, el
vecino de la casa amarilla. ”
Algunos ejemplos de los cuadernos de Samuel Schuberstein.
Supersticiones.
Ente abominable.
Premonición certera.
Pecado olvidado.
karma cumplido.
Oración vigorosa.
Grito silencioso.
Energía ilimitada.
Muerte esperada.
Dios presente.
Calidoscopio Cósmico.
Realidad controlada.
Imágenes.
Mujer desnuda.
Niño sonriendo.
Ropa mojada.
Sangre brotando.
Cigarro encendido.
Cabeza rapada.
Radio apagada.
Hombre insomne.
Cuaderno lleno.
Padre dormido.
Esposa llorando.
Sensaciones.
Agua helada.
Piel caliente.
Seguridad confirmada.
Aire fresco.
Chocolate amargo.
Pan tostado.
Amor correspondido.
Pezón erecto.
Diente infectado.
Fruta dulce.
Cama propia.
La brecha.
Cuando en la estación, la metódica calidad de la circunstancia nos llevó al encuentro fortuito de la esperanza, nos encontramos embalados en un sinfín de inquietudes. Quién era yo para adentrarme irresponsablemente en ese mundo, quién era ella para dejarse hacer, nuestro encuentro, aunque real, no era realizable, ambos lo sabíamos, y es por eso que desde ese momento, me veo forzado siempre a distinguir entre la verdad y lo realizable, lo verdadero y lo que existe, la verdad y el mundo están en desacuerdo, los separa una larga lista de creencias, determinaciones y tiempos. El mundo es una serie de circunstancias creadas, la verdad a veces pasa.
J.C. y el Yo II
J.C. y el Yo
La religión se basa en una triada, el padre el hijo y el espíritu santo. El tiempo doble en la persona que está, en la descendencia y la continuación de la regla establecida y en un misterio que es la existencia misma. La religión es el sistema perfecto en miniatura, jerárquico, político, con el poder centralizado, estéticamente atrayente, y generador de su propia teoría.
La religión se basa en una triada, el padre el hijo y el espíritu santo. El tiempo doble en la persona que está, en la descendencia y la continuación de la regla establecida y en un misterio que es la existencia misma. La religión es el sistema perfecto en miniatura, jerárquico, político, con el poder centralizado, estéticamente atrayente, y generador de su propia teoría.
Todos los pequeños cosmos que rodean la academia siguen el
mismo patrón. El arte, las ciencias, el deporte. Con las mismas reglas se crean
nichos, que se multiplican dentro de si mismos en el infinito y corren
paralelos, de vez en cuando surge una herramienta que crea un salto dentro de
los mismos, modificando la manera en que se trabaja dentro de ellos (la tv, el
internet) pero manteniendo las reglas específicas de los mismos, principalmente
dos: el sistema se tiene que auto-sustentar (Generar dinero por si mismo), y
para entrar en el mismo necesitas la aprobación de alguien ya adentro. Puedes
escribir un libro sobre futbol, puedes publicar un libro sobre tu experiencia
en el futbol, pero los dos mundos nunca se van a unir, el producto tiene que
pertenecer a un mundo o a otro.
Este ordenamiento hace que los productores, o hacedores,
parezcan olvidarse por completo de su situación dentro del sistema, por algún
motivo una vez que entran en la rueda parecen olvidarse de su condición y pasan
rápidamente a ocupar el puesto que le es asignado. El hacedor pierde su noción
de yo y lo reemplaza por el yo que le han otorgado. De ahí que se ofenda por su
producto, de ahí, que se crea especial, de ahí que todo cambio que intente
realizar dentro de su sistema es inútil. Los sistemas funcionan como ciclos,
los ciclos solo se rompen si una de las partes deja de funcionar por completo,
el hacedor que quiera provocar un cambio real en su ciclo tiene que destruirlo,
y para a hacerlo tiene que destruir eso que lo hace tal, tiene que dejar de
ser, y como ha reemplazado su yo por el yo que el sistema le entregó, se tiene
que destruir a si mismo.
Cuando el arte incurre en el yo, se cuestiona el papel del
hacedor, no solo en su ubicación con respecto a su producto, sino al producto
con respecto a su sistema y a los sistemas que lo rodean y tocan o hasta
comparten las mismas formulas, los mismos lenguajes. Para entenderlo con un
ejemplo, si yo invento un motor que funciona con aire, no solo voy a
influenciar a la industria automotriz, voy a influenciar a toda industria que
use un motor. Cuando el artista, utilizando un lenguaje particular, digamos un
escritor las palabras, intenta cuestionar su lugar en su sistema, su trabajo se
va a extender a todas las áreas que utilicen palabras, ya que si los sistemas
se prestan herramientas, también son dañados por las mismas armas.
Entonces tenemos, un control del presente del pasado
y del futuro, por medio de la herencia, principalmente cultural, y un elemento
místico poderoso generador (Dios, la musa, el publico), que al final tiene la
última palabra, pero que como no puede ser cuestionado es menester de las
autoridades (que tienen el control y por lo tanto la razón ya que el
conocimiento es autogenerado) decir que puede estar dentro del sistema y que es
aceptable. Este microcosmos se repite en cualquier organización, diarios,
colegios (prácticamente toda institución educativa) empresas, etc.
Cuando el arte juega con el yo, pone todo este sistema en
cuestionamiento. Ya que plantea que arte es lo que se está haciendo, y no el
resultado. Hoy en día conseguir un resultado, en cualquier ámbito, es muy
fácil, la cantidad de profesionales, a precios relativamente bajos que pueden
hacer cualquier cosa, es apabullante, no hay campo fuera del alcance del hombre
común, llevar a cabo una idea es extremadamente sencillo, y no requiere de gran
capital, al menos claro que tu idea sea extraer petróleo del polo. Que dice la
incursión del yo, yo como artista estoy haciendo este producto, y eso es lo
importante, es tan importante, que de eso va a tratar mi producto, y al hacerlo
cuestiona toda la cadena. Cual es el conocimiento entonces que guardan las
autoridades? Por qué me importa el tiempo si lo importante es lo que estoy
haciendo? de que me vale la evaluación? La evaluación tendría que valer para
hacer mejor, para afinar el producto, para ayudar al artista, no para colocarlo
en un lugar, una ves que una evaluación o una crítica te coloca en un lugar, la
esencia misma del producto queda comprometida, si arte es lo que estoy
haciendo, algo suspendido en el tiempo y
puesto en un lugar, es algo muerto, ha perdido su esencia, ya no es porque no
está haciendo. Y esa es la fuerza y la grandeza de las grandes obras artísticas,
que siguen haciendo y generando, más allá del artista mismo, y más allá de los obstáculos
que se le pongan en el camino.
J.C. y el Yo.
Todo se escribe a partir del yo. No importa dónde nazca el
texto, cualquier texto, incluidos textos periodísticos e históricos, escribir
es un proceso centrado en el escritor.
La objetividad es una serie de elecciones, de parámetros,
limitaciones, para juzgar determinada acción, historia o trabajo artístico.
En los últimos tiempos en la literatura y el cine con mayor
asiduidad (porque no es nada nuevo) se potencia la figura del yo por medio de
la inclusión del personaje/autor en la obra, esto no es más que una herramienta
que funciona.
Funciona porque blanquea algo que ha estado presente ( y
define) desde el principio del arte o la expresión, la obra artística es la
traducción que el artista hace de la realidad, esta herramienta crea una
comodidad entre el producto y el espectador, crea la ilusión de acercamiento.
Este yo juega con la noción, bastante acertada, de que todo
pasado es ficción.
Esta inclusión desafía todos los géneros, porque pone de
manifiesto que la persona que produce está primero. La historia, el periodismo,
hasta la autoayuda, se mira en este espejo y lo único que puede hacer es
cuestionar la información que presenta, ya que lo verdadero, queda de
manifiesto como falso, verdad es solo lo que pasa. Todo lo que se cuenta pasa a
hacer información procesada. Cuando Javier Cercas habla de Bolaño, no es
Bolaño, es un recuerdo, que es el recuerdo de un recuerdo, que tiene Cercas de
Bolaño, todo pasado es una ficción, ya que la mayoría del caudal de información
que tiene el presente se pierde, una verdad parcial no es una verdad.
La realidad tiene información ilimitada, sabemos que
nuestros sentidos absorben caudales ilimitados de información (porque se genera
constantemente), está información es
procesada y organizada por el cerebro siguiendo los parámetros del lenguaje, la
educación y la cultura. Yo no vivo en la naturaleza, yo vivo en una
construcción sobre la naturaleza.
En el film JCVD (Jean Claude Van Damme) producido por el
mismo Van Damme, el actor actúa de sí mismo. Es un film de acción, como todos
los que hace, pero a través de esta
herramienta del yo, se permite escenas, profundas y sentimentales, que no
tienen cabida en sus otros films, por la dureza y rigidez que presenta una
trama inventada, que precisamente por ser inventada es dura, porque contiene
menos información. Al utilizar la herramienta del yo, la rigidez se pierde en
la teoría, no tiene cabida porque dice esto es la realidad, todo vale. En la realidad
la imaginación tiene todo lo que necesita, en la ficción la pobreza de
información no permite ciertos caminos, hay que elegir y seguir una línea.
Si alineamos a cincuenta saxofonistas de jazz, y le damos a
cada uno el mismo instrumento, digamos un Mark VI con boquilla Runyon S.R. y
una caña Vandorem 2 (utilizo esto porque es la combinación de mis sueño es lo
que conozco, escribo a partir de mi e intento atraerte a mi mundo), y haces que
cada uno toque la misma partitura, digamos Summertime, con la consigna de que
tienen que seguir textual la partitura, todas van a sonar un poco diferente. Si
te alejas de la rigidez y les das libertad a partir de otra consigna que la
partitura sea solo una herramienta, no solo potencias la personalidad, sino que
abres nuevos caminos, “My Favorite Things” de John Coltrane está muy lejos de
ser el de Hammertein y Rodgers y en nada se parece al de Bjork.
El artista está en su derecho de utilizar todas las
herramientas que estén a su alcance para llevar a cabo su traducción, tiene que
presentar al mundo, en un idioma particular, algo que propio o no, está en su
interior, con la inmensidad que esto representa. Tarea tan difícil y ardua no
puede ser juzgada con nimiedades, generalizaciones o modas.
Esta incursión del yo está muy lejos de estar fuera del
mercado o “pasada de moda” (termino absolutamente ridículo cuando se habla de
arte ya que cada artista es un mundo y nunca puede estar pasado de moda frente
a si mismo) o de ser un recurso acabado, al contrario. Los artistas cada vez
comparten con mayor rapidez y con mayor cantidad de información sobre si mismos
su trabajo. Dentro de muy poco el artista va a poder compartir muchísima
información en su obra, olor, color, sensación térmica, etc., esto va a
disminuir el proceso de traducción y va a aumentar la experimentación de la
obra artística, va a ser algo más “cercano” a la realidad. La literatura y el
cine arman a partir del tiempo, una situación es desglosada, editada y
presentada fuera del tiempo, acá se pierde y se agrega información, creando
ficción, una mentira, las mentiras son rígidas, si la disfrazas de realidad
agregas espacio.
Lo que la audiencia va a sentir cuando el artista lo lleve a
su mundo es imposible de imaginar, pero esta leve incursión en la que el protagonista
es el hacedor no hace más que pavimentar el camino hacia esa sensación.
James Cameron en Avatar empieza a prepara la psique de los
consumidores. Psique que no estaba preparada hace quince años cuando Disney y
las redes de Arcade en U.S.A. instalaron juegos de realidad virtual en sus
locales, fracaso total, era necesario un acercamiento más pausado y ordenado.Pr0t3ctor
Alguien dejó esto en mi blog como un comentario anónimo, lo copio y lo pego textual.
" Pr0t3ctor.
" Pr0t3ctor.
Por años he intentado hacer públicos mis conocimientos pero
el ojo abrasivo del pr0t3ctor no me lo ha permitido. Dado el carácter ficticio
de este comentario, creo que podrá pasar desapercibido por un tiempo. Estoy
seguro que el lector informado, sabiendo que todo está indexado, entenderá las
tácticas distractoras del mismo.
Ya por los años 5o tenía una necesidad imperiosa de
comunicarme con otros fuera del proyecto, pero el estricto celo que nos
guardaban no lo hacia posible, sin contar que en ese tiempo nadie me hubiera
creído cuando les hablara del Internet o de la tecnología inalámbrica. El
proceso de divulgación de los conocimientos lleva un tiempo preciso y tiene que
ser cumplido rigurosamente para asegurar la viabilidad del plan, de ninguna
manera nos permiten hablar de lo que hemos visto.
Arriesgo mi vida por
una sencilla razón, el plan está fuera de control. Durante la última expedición
al depósito en el abismo Chall3nger varios de los que estaban en conocimiento
del plan decidieron modificarlo, su razón, egoísta y banal, fue que deseaban
ver en uso, la mayoría de la tecnología. Esto ha desfasado la cadena o el ciclo
de Alim3ntación, como llamamos al proceso de uso y conservación, que mantiene
viable los recursos del planeta. Es necesario, o trazar un nuevo plan o volver
el cauce al mismo. Soy partidario de la primera, ya que en el plan original la
mayoría de los habitantes del planeta son piezas funcionales y no organismos
productivos, cosa que los aleja de su naturaleza, creando malestares innecesarios,
conocidos y sufridos por la mayoría.
El pr0tector entiende de ciclos y lenguajes, los maneja, los
controla, su poder se basa en entender procesos y manipularlos, su poder no
alcanza la naturaleza y no alcanza la espontaneidad. La única manera de
liberarnos de su dominio es a través de la levedad de los gestos. Una serie de
gestos fuera de los ciclos, o fuera de un resultado inesperado, llamará la
atención de otros hombres, y así de otros y otros, creando de apoco espacios en
los que se verá la realidad y así el hombre será capaz de forjar su propio
camino. Un gesto inesperado puede salvar
a la humanidad. "
Explotar
- Cual es su meta en la vida?
- No puedo tener metas, sé cual es mi final.
- Cual?
- Explotar.
- Como un soldado Kamikaze?
- No, no voy a destruir nada, y no voy a utilizar nada.
- Cómo planea explotar?
- Va a pasar, este sentimiento se va a electrificar, se va a
multiplicar y ramificar por todo mi cuerpo, la carga va a ser tal que mis células
no lo van a aguantar y van a explotar, va a ser como rellenar un melón con
plutonio, me voy a desintegrar en un instante.
- Qué sentimiento? lo que describe no es físicamente posible.
- Veremos.
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