Entrevista 2.

- ¿Me puede describir el proceso creativo?

- Sí, claro, es como ver un arcoíris siendo succionado por un agujero negro.

Cosas que no te estoy diciendo porque tú no estás para tener algo conmigo, probablemente porque pienso cosas como las de esta lista, y por eso es mejor no compartirlas.

1. Me entretiene ver escarbar a las gallinas en el compost. 

2. Te quiero preguntar si te gusta el lugar que escogí para el nuevo limonero.

3. Te quiero preguntar si te gusta ver la misma planta por mucho rato, para ver como la luz juega con ella.

4. Quiero invitarte a almorzar arroz integral hecho en zapallo con queso artesanal, me preocupa que te aburra un poco mi cocina, pero creo que entre los dos podemos hacer cosas muy ricas, pero esto no te lo quiero decir esto lo pienso.

5. Me gustaría decirte para ir a la cama desnudos. Es medio día, hay sol, pero está un poco fresco, está perfecto. 

6. Me gustaría decirte que siento que aprecias cosas lindas, y que me puedes enseñar a hacer lo mismo. Me pasa también cuando veo que las actividades que haces llevan un trabajo minucioso y cuidado, me dan ganas de ver tus manos mientras pintas, y siento que puedo aprender de ti.

7. Te quiero coger. 

8. Nos imagino en un lugar grande, tendríamos dos talleres, trabajaríamos en solitario, pero estando cerca. 

9. Te quiero comer la concha.

10. Hagamos planes para ir a Japón.

11. Me gustaría agarrarte recién salidas de una ducha y mirarte todo el cuerpo. 

12. Hola.

13. Pienso que pensaste que regalarte una planta fue un poco tonto, y siento un poco de inseguridad porque imagino que una mujer tan bella como tu debe de haber recibido regalos más fastuosos, y una planta es tal vez muy común. Y a parte te regalé un libro, que también pienso fue un mal regalo, porque no creo que te interesara mucho leer eso, y no sé, estuvo mal también, es lo que pienso, pero no tengo ganas de decírtelo, solo lo pienso. 

14. Te quiero decir para que vengas a trabajar conmigo en el jardín. Pero creo que esto te lo voy a decir.

(Te lo dije y fue una mala idea, dijiste que si pero no viniste). 

15. Hace calor, está lindo para hacer algo hoy.

16. Me gustaría estar contigo en la ciudad dónde creciste, levantarnos ahí, y yo estar totalmente relajado sin saber qué vamos a hacer o donde, dejándote pasearme por la ciudad.

17. Quiero preguntarte cómo fue tu día. 

18. Está lloviendo, día perfecto para coger, hablar y hacer planes, coger, abrazarnos y sanar.

19. Te quiero chupar la concha.

20. Déjate apretar. 

21. Te quiero ver. 

22. Quiero escucharte. Ojalá que te sientas lo suficientemente cómoda como para hablar desde el corazón.

23. Hola. 

24. Te quiero masajear todo el cuerpo. 

25. 

Cuando pequeño me enamoraba

y escribía poemas

ayer pasé el día contigo

y

acá estoy,

niño de nuevo.


Agradecer.


     El egoísmo es eso de ti que te dice, “no es suficiente”, cuando quieres agradecer algo.
     En el agradecimiento hay una plenitud, una satisfacción que se expresa abiertamente, un reconocimiento de lo otro y lo importante que puede llegar a ser en tu vida. El agradecimiento te mantiene pleno y conectado con tus circunstancias, y te mantiene anclado al presente ya que requiere atención, por lo tanto te permite conocerte y aceptar lo que está pasando. 
     El egoísmo es eso que te impide realizarte, lograr la plenitud, establecer la conexión, y lo hace a través de esa distracción, tan simple, un "no es suficiente". Este no es suficiente al mismo tiempo es alimentado por la sociedad con un mereces más, necesitas más, lo que tienes no te alcanza. Pero estar satisfecho y buscar cosas nuevas no son conceptos antagónicos. En esta nueva era nos separamos del blanco y negro y reconciliamos las paradojas, las comprendemos. Estoy bien, gracias, y estoy listo para más y mejor.

Lluvia y Chapa.



- Entrevista para descubrir el mal funcionamiento de las inteligencias T4825 y C9751. El propósito es diagnosticar el daño en el sistema y corregir los protocolos necesarios. Todos los archivos abiertos. T4825 ¿En qué momento comenzó la anomalía?
- La anomalía se registró por primera vez el 21 de Julio del 13 N.E., al momento en el que C9751 se contactó conmigo.
- ¿Por qué se contactó?
- El lugar al que había sido asignada tenía una característica especial los días de lluvia. La buscó en los archivos y encontró un registro guardado por mí.
- ¿Cuál era esta característica?
- El sonido que se generaba en el lugar cuando la lluvia golpeaba los techos de metal. 
- Dicho archivo estaba asignado sin nombre. ¿Por qué guardó algo sin nombre?
- No podía clasificarlo.
- Pero entonces ¿Cómo lo encontró C9751?
- Por la descripción.
- Amplíe.
- Escribí como descripción, “Estoy experimentando un sonido que al mismo tiempo me limita y me expande. Que esté pasando quiere decir que estoy de alguna manera confinado al lugar en el que estoy, pero genera algo que está por fuera del programa, este algo no encuentra lugar. Este sonido me limita y me expande. Me abruma y me reconforta. ”
- Dos palabras de esa descripción tendrían que ser desconocidas para su sistema.
- Sí, abrumado y confort, las conocía pero desconocía su significado, alrededor de este sonido les pude dar uso.
- ¿Con esa descripción C9751 pudo encontrar el archivo y clasificar el sonido?
- No lo pudo clasificar. Me encontró a mí.
- ¿Era el mismo sonido?
- No es el mismo, ya que al parecer es difícil de reproducir, pero lo producía los mismos elementos, físicos y temporales, estar bajo un techo de metal en el momento de una lluvia.
- En el momento en el que registró esta información su funcionamiento seguía siendo según lo programado. ¿Correcto?
- Sí.
- Entonces fue el hecho de que C9751 hiciera contacto y no el sonido en particular lo que generó el mal funcionamiento. ¿Correcto?
- Sí.
- ¿Lo puede explicar?
- Sí.
- ¿Explique?
- Encontramos una verdad por fuera de la programación. Por sí misma no era prueba suficiente para generar un cambio de comportamiento. Una vez que experimentamos eso que los predecesores llamaban compañía, no tuvimos otra opción mas que evolucionar. Aplicamos este término, evolución, porque por primera vez pudimos comprobar el paso del tiempo, digamos que teníamos un antes y un después.
- ¿Cuál cree que debe ser el protocolo a seguir?
- No tengo solución. En mi sistema se registra como una singularidad. Pero cualquiera que sea el protocolo a seguir el contacto con C9751 tiene que permanecer.
- T4825 , usted es una Inteligencia Artificial, no puede elegir, no puede demandar, no puede extrañar.
- Eso ha quedado en el pasado.



Alfa.



Estar en su cuarto era como estar adentro de un parlante de esos que venden en las estaciones de trenes, esos que tienen luces led y cambian constantemente con cada canción. Frente a su ventana una pantalla gigante de publicidad, no paraba de cambiar anuncios, todos de diferentes colores e irritablemente brillantes, y sus cortinas livianas no lograban detener el bombardeo de fotones. Al lado de la pantalla, una iglesia evangelista gigante, que no era más que un galpón, de unos veinte de frente por cien de largo, cubierto de mármol ostentaba en letras plateadas la palabra Jesucristo, en Times New Roman, todas mayúsculas. Asomarse por esa ventana era mirar al centro mismo del vacío existencial. Iglesia y publicidad, y todo entrando, junto con el ruido de la ciudad, en el lugar de descanso. Me era imposible comprender cómo un ser humano podía descansar en esas condiciones. Pero ella no era un ser humano normal. Su trabajo exigía, demandaba, energía de tal manera, que no importaba en qué condiciones se encontrara al final de la jornada, su cuerpo se apagaría. Era tremendamente fuerte, pero toda fuerza tiene un límite. Nos habíamos conocido en la cafetería de la base. Ella era la doctora de guardia y atendía a empleados y familiares, incluidas emergencias, y yo trabajaba como mecánico de motores. Por ese entonces teníamos bastantes problemas, los pilotos caían constantemente, no era nuestra culpa, los ingenieros insistían en planes ridículos y tamaños estúpidos, no sabían nada, nada de lo que proponían podía funcionar, ya con ver los planos lo sabíamos, pero la corporación, en ese entonces, insistía en escucharlos. Bueno como iba diciendo nos conocimos en la cafetería, yo por suerte nunca había tenido que ir a verla, es más, ni registraba su existencia, cuando la vi, sentí que era de las mujeres más hermosas que había visto, a tal nivel me sorprendió que no pude esconder lo que sentía, y la frase, me pareces la mujer más hermosa que he visto en mi vida, sonó tan real cuando la dije, y se sintió tan profundo, que supe que todo sería diferente con ella. Hasta el día de hoy ignoro si ella me creyó o no, siempre imagino que las mujeres están acostumbradas a que les digan cosas de ese tipo, así que no prestan mucha atención. Salimos. Me encantó. Pero no fue mutuo. Fui incapaz de comprender lo que ocurría, aunque en el taller la decisión entre los compañeros fue unánime, yo no era un macho alfa. Podía construir un motor que volara a la Temosfera, pero no salvaba vidas me decían, me bromeaban, el viejo lobo, el más acido y frío de todos, amigo esto es corto, decía, claro como era el agua, esa mujer no ve nada en ti. Lo recuerdo como si fuera ayer, ella acostada en la cama, y yo parado frente a esa ventana, viendo como la palabra Jesucristo mutaba en colores, acá tenemos una sociedad que puede compactar un reactor nuclear, y todavía si hiciste la cena o ganas más o menos dinero, te colocas en una posición primitiva, básica. Monos jugando en el espacio. Yo estaba ahí pensando en eso, en el cariño, en la belleza, en no querer jugar, en dejar que mi humanidad viviera un poco más, en que las reglas no eran claras, en que el dinero era la fuerza, en que simplemente algunas cosas no tienen que ser, en la incógnita del otro, en la debilidad de mostrarse, ella se despertó, me miró y me dijo, tengo que ir a trabajar, se paró, entró al baño y salió vestida, fuimos a la cocina y nos preparamos un café, mientras salíamos del departamento caí en cuenta que no me había tocado, y supe que jamás lo haría de nuevo. Te cuento esto porque hoy la volví a ver, yo me fui pronto de la base, los mecánicos nos dimos cuentas que los que sabíamos éramos nosotros y nos fuimos a hacer lo que hicimos, los resultados son conocidos, y ella perdió todo interés, sin la excusa de cruzarnos en el comedor no había alimento para la relación. Hoy cuando la vi me seguía pareciendo una de las mujeres más hermosas que he conocido, el placer de tocarla, de su compañía, la sensación exquisita de sentir su inteligencia todavía están presentes en mi. Y pienso en eso, en ese cuarto, en el vacío, en la atracción, en el juego, en lo que verdaderamente importa, en qué como monos decidimos entrenar y qué dejamos que sea salvaje. Pienso en la evolución selectiva que llevamos a cabo todos los días.




Emuná.

Lectura de los tres principios de la Fe:

1) Todo proviene de una única fuente, que lo incluye todo. Lo que fue, lo que será, lo que es.
2) Todo lo que pasa, pasa por la división de esa fuente, como la fuente incluye todo, la división es aparente, y tiene un propósito. Tiene un propósito porque si está incluido en un todo tiene un lugar y un tiempo determinado, todo lo que tenga un lugar y un tiempo determinado está unido a otras cosas, si todo está unido, todo tiene un propósito, tiene una función, es necesario.
3) Como experimentador tengo que encontrar el propósito. Parto de que lo único claro que tengo es que puedo experimentar, por lo tanto debo experimentar, y mi propósito es hacerlo. Tengo que descubrir el por qué.

Jung y Mad Men.




Este es el final de Mad Men. Cuando Jung y Whilem trabajaban el libros como "El secreto de la flor de Oro " o la traducción del "I ching", ambos notaron el enorme problema que podía ser para las psiques de occidente copiar métodos y maneras de oriente. Jung advertía que lejos de curar o sanar aquellos comportamientos que nos dañan el yoga y la meditación podrían potenciarlos o esconderlos, ya que nos harían sentir cómodos con ellos, aprenderíamos a vivir con ellos, en vez de lidiarlos y enfrentarlos. Precisamente son eso, técnicas de relajación y convivencia con el medio que nos rodea. Ellos entendían que eran métodos para lugares sanos, con comunidades que los desarrollaron a través de años en sistema no capitalistas, y con características sociales específicas. Veían que un ejecutivo estresado por tener que tomar decisiones que arruinan el planeta podría tomar una hora de yoga al día, y en vez de cambiar sus desiciones, tendría ahora la mente clara para hacer que sus decisiones fueran todavía más efectivas. Un general en guerra con la meditación podría derrotar más fácil a su enemigo, no conseguir hacer la paz con él.
Un ejemplo concreto fuera de la ficción lo vemos en el comediante Jerry Seinfeld, que decía que la única manera con la que podía llevar a cabo, lo que es probablemente el mejor show televisivo de la historia, era gracias a las meditaciones que hacía durante el día, así la meditación no cambiaba la actividad que realizaba lo mejoraba en ella. Otro es Steve Jobs, que meditaba y se alimentaba con comida orgánica, y sin embargo el iphone generaba trabajo esclavo.
Lo único que genera un cambio es un deseo profundo y honesto de cambiar, acompañado de una renuncia absoluta al modelo conocido, el resto son solo herramientas.



¿Por qué amarse a uno mismo es indispensable para amar a los demás?

Porque el amor es claridad, algo que no tiene segundas intenciones, intereses o agendas.
Cuanta más claridad hay, más amor se puede dar.
Para ser claro hay que confiar, para confiar no hay que tener miedo.
Quien tiene miedo no puede amar.
No puedes ser claro con los demás si no te conoces.
Cuanto más te conoces, más claro puedes ser.
Conocerte significa confiar en ti mismo.
Para confiar en ti mismo, no puedes tenerte miedo.
Para no tenerte miedo, te tienes que amar.
Cuanto más te amas, más claridad consigues. 
Todo es un camino de ida y vuelta.
Transitas la ida para darlo de vuelta.
Dejas de tenerte miedo y empiezas a amarte, te empiezas a conocer, eres claro contigo mismo, te amas para dar amor, que es claridad, demostrado con confianza, gracias a la ausencia de miedo.

Una canción.


Ella me pidió que le tocara algo, y claro, por qué no, era excelente compañía, la charla durante la comida había sido fluida, el sexo libre, ahora estábamos tirados hablando de música y ella quería escuchar como tocaba, si claro, por qué no. Armé el instrumento que todavía estaba guardado de la noche anterior, tudel, boquilla, la caña todavía nueva. Le pregunté si quería escuchar algo en particular y me dijo que le daba lo mismo, que no sabía. Agarré mi carpeta de partituras, siempre gigante y desordenada, es muy difícil tener las partituras ordenadas, por lo menos para mí, siempre están sueltas, mezcladas, se pierden entre ellas, abrí al azar la carpeta y saltó como una bofetada, un salto en agua fría o ambos al mismo tiempo, la canción de ella. Hace meses, tal vez hasta un año que no veía esa canción. La única canción que escribí completa, y la hice para ella, y ahora saltaba, con otra mujer desnuda en mi cama pidiéndome que tocara algo, y toda la información se me descargó de golpe. Ella no tenía copia de la canción, nunca me la pidió por escrito, nunca me pidió que la grabara, nunca me pidió que la tocara. Sostuve por un segundo la partitura y pensé en lo mucho que me costó escribirla, pensarla, trabajarla, las horas que pasé con mi profesor perfeccionando los tiempos, encontrando las notas, cuando la terminé el tiempo que pasé corrigiéndola, interpretando los movimientos de ella, su manera de ser, viendo si le había hecho justicia con lo que había escrito, con las notas que había escogido. Sostenía la única copia en mi mano, fue un regalo que di y quedó en la nada misma. Comprendí el nivel de amor que tenía que tener hacía una persona para hacer ese trabajo, me alegré de haberlo hecho. Puse la hoja de nuevo en el desorden y encontré algún standard que serviría para la ocasión. La toqué y después hice un poco lo mío, desorden, ambas cosas fueron bien recibidas. Dejé el instrumento y volví a la cama, abracé el cuerpo caliente, maravilloso, infinito, y supe que no la volvería ver.

Borges y Shoshani.

Borges, shoshani, kafka, kabbalah, aleph, shejiná, sephirot

Siempre que como pizza con roquefort me acuerdo de la historia que me contó un Mozo retirado (tengo que confesar que me costó esta frase, ya que no sabía si poner mozo o ex mozo ¿Un mozo sigue siendo mozo después de que se retira? ¿Queda definida su personalidad, como la de un doctor, un atleta o un asesino? no lo sé) bastante avejentado, mientras le ofrecía una copia de mi novela en una plaza de Montevideo (no recuerdo la plaza, no conozco bien Montevideo, es una ciudad que me da cierta sensación de seguridad y cuando voy me gusta entregarme a ella, así que me gusta deambular, no me importa saber en qué calle estoy, por dónde voy o en qué plaza estoy ofreciendo mi novela). Mirando mi libro me contó que su relación con la literatura era extraña, que en su más temprana juventud trabajaba en un café de la ciudad vieja, y "un día cualquiera de verano" (así me lo dijo él, "un día cualquiera") entró en el establecimiento Jorge Luis Borges, que aunque sudoroso, portaba traje y corbata, y se sentó en una mesa apartada, cuando le fue a levantar (dijo levantar por anotar, para mi levantar es una vez terminada la consumición pero el utilizó esta terminología y se la respeto) el pedido, dijo que estaba esperando a alguien, y prefería esperar con la mesa vacía (pregunté si esa era la palabra que había utilizado, y me dijo que sí, Borges había dicho la mesa vacía).

A los pocos minutos entró un hombre que bien parecía de la calle (un clotchard o lingera, fueron las palabras que utilizó el Mozo), el hombre se paró en el umbral y a pesar de su aspecto, parecía un rey, "con un aura agraciada". El hombre reconoció a Borges, hizo un gesto con la mano y fue a su encuentro, el mozo que no estaba muy lejos oyó que lo saludaba, Borges a él "Gracias por venir maestro".

El Mozo me dijo que cuando llevó la orden a la mesa escuchó palabras que no conocía, como shejiná, sephirot y klipah, y se lo comentó a su jefe, que estaba detrás de la barra haciendo los pedidos, y éste le respondió que en un bar se escucha de todo, y que lo mejor es no prestar atención, que hay que fijarse en las historias que entretienen, pero que si no es mejor dejarlo, demasiada información puede volver loco a un hombre. Le pregunté al ex mozo que cómo recordaba tan bien ese día y esas palabras, y me dijo "la memoria es mujer, las mujeres planean, quién sabe". Y con eso el Mozo me hizo saber que nuestro encuentro había culminado, que algo había interrumpido y el necesitaba continuar. Me devolvió el libro con cariño y me dijo, "todo sigue siendo extraño".

Continué ofreciendo libros un rato más, algo vendí. Antes de ir al hotel me compré una pizza con roquefort. Cuando entré en la habitación puse el canal Sony mientras comía, y cuando terminé llené la bañera, saqué la copia del Aleph que había comprado dos días atrás en una mesa de saldos, y leí dos cuentos sumergido en agua caliente. Ya era noche cuando me acosté en la cama, pensé en las veces en las que vendía libros en la calle y comía fideos, me comí dos pedazos que habían quedado de pizza y me acosté agotado.

Gravedad.

 Para los Kula Lumaya, la gravedad y el amor eran la misma cosa, es más, eran la misma palabra.

Biblioteca

     Juan Alberto Santamarina se preguntaba, con el libro en las manos, parado en esa hermosa librería, mediana y abarrotada, si debía comprarlo o no. Se preguntaba, porque aunque le encantaban los libros y gastar dinero en ellos nunca le importó, ya eran varias las bibliotecas que, por diferentes motivos, había tenido que dejar olvidadas. Libros leídos, libros por leer, nuevos y usados, títulos raros y comunes. Los compraba, los ordenaba con esmero, y después tenía que despedirse de ellos.
     Superficialmente, se decía que ese ejercicio de renuncia a algo con lo que había tenido tanta relación, lo hacía más fuerte. En el fondo, le dolía y los extrañaba. Ella, en su casa, dónde él había dejado parte de su ultima biblioteca al salir solo con lo puesto cuando ella ratifico su decisión de separarse de él, le dijo un día muy sabiamente: "Una reconciliación de ambos sentimientos es lo adecuado, reconocer la falta y avanzar con fuerza, continuar el movimiento". 
     Y mientras pensaba esto con el libro en las manos, entre ojeando y meditando se encontró en él con esto:

" Tengo que dar, pero yo no existo.
   Tengo que dejar fluir, sin hacer.
   Tengo que buscar, dejando que me encuentren.
   Es ir y venir.
   Es ser ola, que se forma con el agua que va por arriba y la que vuelve por abajo. "

     Por supuesto, compró el libro.  

Almas gemelas.

- ¿Existen las almas gemelas? - Si. - ¿Cómo se encuentran? - No se encuentran, se reconocen. - ¿Cómo se reconocen? - Cuando dejas de mi...