El Problema.

El problema es que se mezcla todo. La línea es ya demasiado borrosa. Fantasía y realidad son categorías para la ficción. Lo imposible siempre ha sido imposible, y lo seguirá siendo, porque atravesar una pared es imposible, no en el sentido de que es poco probable, sino en el sentido de que la realidad no lo permite. Uno se confunde, no sabe, lo que se inventa también queda en el pasado, a veces no se sabe si es el recuerdo de una invención o el recuerdo de una experiencia lo que uno está pensando. Todo mezclado. Y estábamos los dos borrachos, y dijimos de ir a la montaña, y yo lo vi caer, porque juntos no lo pudimos ver caer, y después me fui caminando, y después el hombre me preguntó si habíamos peleado, y yo, yo ya lo tenía todo mezclado.

Publicado originalmente: 10/2/2010

Azul y tibio.

     Sus últimas palabras fueron: "mi destino es el sol". 
     Entonces, se convirtió en una bola de fuego azul y tibia, y ascendió con la velocidad del águila hacia los cielos. 

Amadeo Salvatierra.

Amadeo Salvatierra siempre fue poeta. De pequeño escribía versos en rima que le entregaba a las maestras en busca de Amor y aprobación, no porque no lo recibiera en casa o con sus amigos, dónde lo conseguía de sobra, sino porque necesitaba mucho de ambos, ya que su ambición era grande, su espíritu gigante y su alma insaciable. Amadeo Salvatierra, era un romántico incurable.
Salvatierra, en su infancia y hasta su adolescencia, sufrió ser un hombre que gustaba de mujeres. Con o sin razón pensaba que si fuera una mujer o un homosexual, sería más libre y pensaba en esta palabra: "frondoso". Libre y frondoso, y frondoso “no puede ser palabra de hombre en busca de tetas, frondoso es palabra de lesbiana, de maricón", pensaba el pobre Amadeo en los recreos mientras miraba los desarrollados senos de la rubia, las caderas turbulentas de la morena y sentía el frondoso aroma de la maestra. Así fue la infancia de Amadeo Salvatierra, dividida, por un lado su cuerpo de hombre y su seriedad de caballero, y por el otro la lágrima y el celo.
Después creció y viajó y la división se convirtió en una unidad fuerte que le permitió desarrollar una mirada nueva, y con ella escribió muchos poemas, y editó lindos volúmenes, y trabajó, y enseñó.
De toda la obra de Amadeo, dos particulares me intrigan y entusiasman.
El primero son dos anexos que se encuentran en su primera edición de poesías reunidas, ellos son "5 poemas místicos" y "La vida", ambos anexos constan de cinco poemas de una frase cada uno, que tenían que ser editados, según indicaciones precisas del autor, en una página cada uno, al comienzo de la página par del libro, osea que una hoja de papel por delante y por detrás sólo contenía ese poema.
Acá vemos en forma reducida dicha antología:

5 poemas místicos:

Espíritu gárrulo.
La voz de Dios.
La voluntad del silencio.
La fe.
El dolor.

La vida:

Mariposa en el espinillar.
El escándalo de los loros.
El frondoso mar que habita en la mirada.
La exuberancia de las frutas.
El sol brillando sobre las flores.

Jamás explicó dicha antología y quedó en los anales de la literatura en el rincón reservado a las licencias poéticas y los sin sentidos que les permitimos a los maestros.

El segundo elemento es una respuesta que dio en una entrevista. Le preguntaron a Salvatierra a propósito de su cuento "El tigre", por la soberbia calidad en su uso del color, y esto fue lo que contestó:

- Los colores son formas de luz, lo primero es hablar de la luz. Si es un día nublado, si es de noche, si hay fuego, si estás afuera o adentro. Primero dices día soleado, después pasto frondoso, cielo despejado, una flor amarilla y un cardenal, y él en la terraza de madera acaricia a su perro negro. Primero la luz, después el color.  

Amadeo Salvatierra siempre fue poeta, y su gran triunfo fue confiar en su mirada.

Buba.

Inteligencia artificial, chatgpt, creadocon IA, creado con inteligencia artificial, apple, vission googles, 3,499,




- Yeny sal de ahí un segundo. Yeny. Yeny, sal. Yeny te estoy llamando, sal un segundo.
- ¿Qué quieres?
- Te puedes quedar acá un rato por favor.
- No me molestes, ya estuve acá durante la comida, y ya hice los ejercicios, déjame estar adentro.
- Yeny, por favor, un rato más, quédate conmigo, charlemos un poco.
- Nos vemos adentro si quieres, déjame estar.
- Yeny, no entres.


Pero Yeny ya no oyó estas últimas palabras, estaba sentada a su lado, pero totalmente ausente, Yeny estaba conectada.
Buba se levanta y va hacia el refrigerador, está cada vez más gordo, cada vez hace más ejercicios, pero parece no importar, ya leyó y sabe que los resultados son lentos, y esto lo desbalancea, no está acostumbrado a resultados lentos, y no puede dejar de comer, saca un trozo de queso amarillo, agarra el pan de arriba del refrigerador y se sienta en la pequeña mesa circular viendo a Yeny.
El departamento es pequeño, un ambiente único que integra cocina y estar, y un baño. Está limpio. Buba mantiene una casa ordenada. Pica un trozo de queso, un trozo de pan y empieza a comer fuerte pero educado. Come para no estar en línea. Lo sabe. Desde hace un tiempo, no sabe bien cómo o por qué, siente rechazo por la conexión. Buba quiere estar afuera, pero ya no sabe estar sólo. Si tan sólo Yeny lo acompañará un poco más, pero es mucho pedir, él lo sabe, ya pasa bastante tiempo desconectada, y lo hace por él. Yeny es hermosa, esta hermosura le da inseguridad, y pedirle algo también.
Otro trozo de queso, otro trozo de pan.
Buba termina y limpia la mesa, se sienta en el sillón al lado de ella, cierra los ojos y espera un segundo, Yeny se levanta sin abrir los ojos, se baja los pantalones y se saca la camisa quedando completamente desnuda, Buba la ve y en seguida tiene una erección, ella mueve la pelvis hacia adelante y abre las piernas. Buba la ve y se masturba, acaba en unos segundos, cierra los ojos y Yeny vuelve a vestirse. Buba sabe que es una buena chica, se lava las manos, y se sienta de nuevo en la mesa. No sabe qué más hacer. Ayer arregló la tapita del cosito ese para guardar las galletas, hoy no hay nada roto.


- Qué sentido tiene, por qué no puedo estar conectado, cuál sería la diferencia, acá estoy hablando solo, conectado me escucharía.


Buba se queda pensando en la soledad. Después de un rato, decide salir.


- Caminar, sí, caminar.


Sale del edificio y se va camino al parque. Últimamente le gusta mucho el parque. Hay niños corriendo, amigos jugando a la pelota, personas con sus perros. Buba a veces piensa en comprar un perro, pero la responsabilidad lo paraliza, un par de veces hasta ha entrado a las tiendas de mascotas, los levanta, los huele, pregunta precios, ve los distintos tipos de comida, calcula dónde pondría el plato en su casa, dónde la cucha, una vez hizo lista de nombres, anotó siete posibles nombres, tres de macho y cuatro de hembra, pero después, nada. Le han dicho que los perros pueden vivir hasta quince años, y siempre piensa lo mismo, quince años es mucho tiempo, mucha responsabilidad, y se va a morir después, lo voy a cuidar quince años para que se me muera, esa idea lo entristece.
Se sienta en un banco.
El día está radiante, hace calor pero no es abrumador, la contaminación se ha despejado junto con las nubes y se puede ver el cielo. Piensa en Yeny, en lo hermosa que es Yeny, piensa en su cabello castaño, sus ojos verdes, su piel blanca, nunca comprendió por qué se había mudado con él, por qué lo amaba. Buba le pide una conexión al banco y la llama.


- ¿Yeny?
- Sí Buba. ¿Estás en el baño?
- No, salí, estoy en el parque, caminé hasta acá, el día está radiante, no quieres venir, quiero estar contigo acá, sentados, viendo a la gente y a los perros, los árboles, podemos alquilar unas paletas o un frisbee.
- No sé Buba, vamos a tardar mucho.
- No importa, ven, tenemos que aprovechar este día, tenemos que aprovechar el sol, adentro está todo igual y va a seguir estando, no va a cambiar, todo va a quedar ahí, todo ya está ahí, da lo mismo, el dato es el dato y va a seguir estando por siempre, pero esto no, esto está acá ahora y desaparece para siempre, ven.
- A veces hablas tan lindo.
- A veces quiero salir, eso es todo. Ven conmigo, disfrutemos del sol, yo quiero caminar un poco más, te busco, bajas y venimos caminando hasta acá.
- Bueno Buba.
- Gracias Yen, te llamo cuando esté abajo.
- Te espero.   

La Tristeza.

No es fácil
ser honesto con
la tristeza;
es tabú,
es pornografía.
La tristeza es desnudez.
No es la rabia
que se esconde en la violencia,
o la melancolía
que corre tras el suspiro,
ni el dolor
que corre con la lágrima.
La tristeza no tiene escudo,
no tiene excusa,
no es una carencia,
no es una emoción,
dista mucho de revelar
un significado.
La tristeza es lo que queda cuando todas esas cosas se han caído.
Es si acaso una oportunidad,
un suspiro,
que muy lentamente
y
con un cariño sincero,
te recuerda tu humanidad.
Hay que ser honesto con la tristeza.
Pobre aquel que se ofende con la desnudez,
pobre aquel que mira para otro lado frente a las verdades del
cuerpo y de la mente,
que predica que no se muestre la piel,
los muslos,
los pezones,
que no se muestre
eso que puede causar vergüenza.
Aceptar la tristeza como los lunares,
las cicatrices,
la vejez.
Satisfecho y hasta feliz
de estar triste.
Honesto.

El Otro.

   
Héctor Baptista, borges, bolaño, literatura, filosofía, kabala, cortazar, cuento, literatura latinoamericana, autores jóvenes, blog literario, vuelta de campana, novela

     Estaban desnudos en la cama. Ella se había quedado dormida. Él, sin miedo a ofenderla, se salió del abrazo, se puso el jean sin ropa interior y se fue a la cocina. Se sirvió un vaso de agua y mientras se lo tomaba vio que quedaba medio cigarro de flores en el cenicero. Se sentó frente a la estufa y lo encendió. Era invierno, como a él le gustaba el calor quemaba leña. Todavía había un poco de fuego. No había sido tan largo, pero sí bueno, muy bueno e intenso, ninguno de los dos puso todo, pero tampoco guardaron nada, fue como siempre tendría que ser, descubrir al otro y a través del otro a uno mismo. Por un momento el trabajo ocupó su atención, pero enseguida recitó su mantra y logró desechar el pensamiento. Se terminó el cigarro. Empezó a pensar en la mujer acostada en la cama y enseguida repitió el mantra: los otros no existen.
     Una cosa es estar solo, y otra es estar en soledad con la compañía de los otros. El recuerdo y la memoria generan sentimientos, pero las proyecciones generan compañía. Se sentó un rato a ver el fuego. El silencio lo rompió ella desde la cama preguntando si estaba todo bien, él contestó que sí y nada más, ambos se dejaron. Aprovechó y fue hasta la nevera y sacó una lata de malta. Se volvió a sentar en la silla y esta vez se puso a pensar en el proyecto, pero antes sabía que tenía que pensar en ella. Se sabía movido, era una bella mujer con la que había estado, eran todas bellas, infinitas, desastrosas. Era cuestión de irlas conociendo, de saberlas, y después nada, el vacío. Se quedó viendo una mancha de humedad en la pared y se preguntó, ¿estoy deprimido?, y después se dijo lo que siempre se decía, la depresión es general, no soy yo, no es el otro. Que lindo hacer el amor, que lindo amar, que lindo dar y recibir, que lindo el orgasmo. Con ella había tardado, ella a él le había exigido un largo cortejo, y él sin saber bien por qué, había acepado. Ahora estaba en la cocina y pensaba: el otro es un mundo, y es como yo, y piensa lo mismo, así que es infinito e igual.
     Y el pensamiento de dos infinitos paralelos le dio una imagen, la imagen necesaria para pensar en el proyecto.

Mirada.

- Me juego todo por la mirada de esa Morena.
- No me cabe duda.
- Mira lo que es esa mujer, mira como ve.
- Es muy linda si, pero nada más.
- Hay que ser de piedra, por Dios, si es que te estruja la medula con la mirada. Ni siquiera es tan linda, es flaca, nada más, y tiene mucho maquillaje, pero mantiene esos ojos arriba, que cosa más linda. 
- Exagerado, hey, a dónde vas.
- A hablar con ella.
- Tranquilo hombre.
- La tranquilidad es para los muertos y yo todavía estoy vivo.
- Ah, te cagaron.
- Si, no importa espero a que dejen de comer, mejor, así la veo un poco más.
- Bueno, disimula un poco.
- Claro claro. Mira como come, esa mujer es una bestia en la cama.
- Si, come bien. Pidamos otro trago. Te pones como un animal.
- Soy un animal. Ya bastante me cuesta estar acá sentado, calmando las ganas con alcohol, me aguanto todo, los culos, las tetas, los rulos, lo que quieras, pero esa mirado es demasiado animal, aguanto lo que quieras y no me muevo, pero eso, eso es demasiado. Ver todo el tiempo el objeto de deseo y comportarse es una cosa, pero eso de la mirada es otro mundo, otra galaxia, otra profundidad, ahí no me controlan y soy libre.
- Venga. Tragos.
- Tragos.
- Te vuelves loco hombre. Así te pusiste con la que cocinaba raro y mira como te fue. En una fiesta, una vez la viste cocinar y eso fue todo.
- Esa mujer cocinaba que era un encanto, cero receta, totalmente instintivo, delineaba con dos o tres cosas y se mandaba.
- Si, si.
- Resolvía los problemas en el momento, el pollo medio duro, lo tostaba, y hacía una salsa rápido, el arroz se le estaba pasando, aceite de oliva fuego al máximo un segundo y adiós problemas, un poquito más acá, más fuerte, más suave, era una maravilla, nada la sorprendía, y encaraba todo, una caradura.
- Si, nunca un plato igual esa mujer.
- Una Artista.
- Una psicótica! y te fue muy mal! como te hizo llorar esas mujer, y ahora te vas con una mirada bonita, tal vez te llama la atención porque te quiere matar, te debe odiar y todavía no te conoce, y eso es lo que te calienta.
- Oye hombre, qué te pasa, cuál es la hostilidad.
- Nada. Bueno si, que ya se ve que no vamos nada al cine y si vamos ya sé de que vamos a hablar.
- De lo que siempre hablamos.
- Si, de qué más, de mujeres.
- Mira, que bocados, esta te deja seco.
- Dale, esa es tu linea de entrada.
- ¿Linea de entrada?¿Cuantas veces al día piensas que esa mujer dice que no?
- Tres, cuatro veces que tiene que decir literalmente que no, después unas tres o cuatro más que directamente ignora, todos los días.
- Y cuántos tipos debe tener a los que no les dice que no, pero tampoco que si, de esos que mantienen ahí.
- Debe manejar unos diez tipos.
- Por lo menos.
- Estamos muy en desventaja amigo
- Muy en desventaja ¿qué crees que haría falta para que diga que si?
- Nada. Esa mujer se viene limpiando hombres desde los trece años, olvídate, ya lo escuchó todo y lo vio todo, no tienes nada frente a ella, y si lo tuvieras no lo podrías mantener.
- No.
- Anda con la verdad y que ella elija.
- No hay otra, es esa, nada más, siempre eligen ellas igual.
- Pero no exageres esta vez, dosifícale la verdad, no le digas que te gusta como come.
- Pero tu mismo lo acabas de decir, por qué andarme con medias tintas, que vea lo que hay de una y listo.
- Mira, ella ya sabe.
- Si, esta sabe todo.
- Pues entregue, no tienes otra.
- Ninguna otra, voy y le muestro la pancita.
- No literalmente por favor.
- Me encantaría mostrarle la pancita.
- Lo sé.
- A que pide tremendo postre, y con eso ya sé que no se me escapa sin que por lo menos pueda decirle algo.
- A qué no.
- La próxima cerveza a que sí.
- Juego. Esa está a dieta. La amiga no está nada mal.
- Eso, vamos, levante que ayuda. La amiga es más linda todavía, es hermosa directamente.
- Soy un poco más lento ya sabes. Y si es muy linda.
- Es más linda.
- Si, es más linda.
- Claro, si esa Morenaza lo que tiene es una bazooka por mirada. La otra carga armamento pesado por todos lados. 
- Yo voy tranquilo.
- Lo sé, pero si la idea es conocerlas. Los dos estamos de viaje, yo voy con un poco más de entusiasmo eso es todo. 
- Si con la pancita al aire. ¿Te está mirando?
- Nos estamos mirando. 
- ¿Y mantiene? 
- Obvio que mantiene. Ojalá que no pase nada porque esta mujer me va a hacer sufrir. ¿Estás adentro?
- Estoy.
- Listo. Mira postre!
- Suerte.
- Esperemos que continúe.
- Adiós cine.
- Ojalá. Y sea lo que sea, un encanto haberme cruzado a esta mujer, ya con lo que me ha dado estoy satisfecho. 
- Una mirada, eso es todo, sales barato.
- Al contrario amigo, al contrario.  
- Es verdad. Terminamos esto y vamos. 
- No y que tranquilo, que terminen en paz, pidamos esa cerveza que me gané y vamos. 
- La amiga está buena. 
- Eso campeón, a sacar la pancita. 

Bruce Lee y Jimi Hendrix.

Bruce Lee sale de un restaurante en San Francisco, son las dos de la tarde, es verano y hay cuarenta grados, está acompañado por siete hombres, productores de Hollywood, estudiantes de artes marciales, un cocinero. Caminan una cuadra y hacia ellos viene caminando un negro flaco con afro, bruce lo reconoce y le dice: hey, no eres tu Jimi Hendrix. Y Jimi contesta: si Bruce, soy yo. Y Bruce le dice: charlamos un poco en esa plaza. Y Jimi contesta: Claro. Bruce le hace una seña a sus seguidores para que lo dejen tranquilo y se van caminando, muy lentamente, hacia la plaza, Jimi le lleva una cabeza a Bruce, pero de alguna manera parece más pequeño. Caminan hasta un banco.

- Oye Jimi, me encanta tu estilo.
- Vamos hombre, si tu eres el rey del estilo.
- No digas eso, si lo que hago es vender el no estilo.
- Así es bruce, tocar todo, escuchar todo.
- Sentir todo, Jimi.
- No nos van a dejar vivir, moriremos jóvenes.
- Si, y no importa, de alguna manera viviremos por siempre.
- Mira que chica Jimi, parece un zorro.
- Si señor, lo parece, y tú que estás haciendo ahora.
- Tengo ganas de hacer una película en la que mando un hombre al espacio, pero estos retrógrados nunca me lo van a permitir. Imagínate, un chino en el espacio, es el futuro, y no van a dejar que pase. Me imagino que voy a otro planeta y tengo que pelear seres de otra galaxia, ya pelee contra el más grande y contra el más rápido, me falta pelear con alguien que tenga más brazos, más piernas, es el futuro, ya vas a ver, pronto vamos a mostrar la energía en las películas, vamos a pelear con todo y contra todo. Pero no me van a dejar hacerlo, el hombre blanco lo tiene que hacer primero.
- El chino a tirar patadas y el negro a limpiar los pisos.
- Oh Jimi y hay que ver que mal que limpias los pisos.

Entonces se quedan en silencio un rato, viendo los árboles. Bruce rompe el silencio.

- Oye Jimi me encanta tu camisa.
- Hey B, la compré acá cerca, quieres que te lleve.
- Claro.

Bruce se para de un salto y hace un backflip, cae como haciendo una payasada y dice:

- Nada como una buena camisa para continuar con el espectáculo, además, me encanta la buena ropa.
- Claro B. Vamos por ese estilo.
- No estilo Jimi, no estilo.


Y Bruce Lee y Jimi Hendrix se van a comprar ropa.  

Bizcochos.

El señor tiene 43 años, es gordo y lleva chaqueta de cuero marrón y boina negra. La señora tiene 51 años, es flaca y alta, lleva el pelo castaño y canoso atado en una cola de caballo, va con jeans y una blusa de flores. El dueño de la tienda es flaco y tiene una camisa de cuadros. Manuel lleva bata blanca de trabajo, es pelado y usa bigote, se acerca con una escoba.

- Disculpe señora, qué está haciendo, yo estaba acá primero.
- Y?
- Que está usted agarrando los bizcochos de queso, son los últimos, yo los iba a agarrar.
- Bueno, yo ya los agarré.
- Si pero yo estaba acá primero.
- Usted simplemente está ahí parado.
- Si pero porque no podía abrir la bolsa, estás bolsas vienen muy pegadas y es difícil abrirlas, estaba intentando abrirla.
- Mire la verdad que ese es su problema, usted ni siquiera está frente a la bandeja.
- Estoy bastante cerca, y no hay que estar frente a la bandeja, algunos agarramos un poco de costado.
- Nadie agarra de costado.
- Yo agarro de costado.
- Bueno, si es por eso, esta usted cerca del pan y las galletas también.
- Señora yo estaba acá primero.
- Si, pero no estaba haciendo nada.
- Estaba intentando abrir la bolsa.
- Exacto, su problema, si por lo menos hubiera tenido la pinza en la mano, bueno, por supuesto era su turno, pero si usted tiene un problema con abrir las bolsas no podemos todos acompañarlo en su discapacidad, o de última avise que tiene un problema de antemano, los bizcochos ya están en mi bolsa.
- Si pero son mis bizcochos.
- Son de quién los agarra primero.
- Son de quién llega primero.
- Los agarra el que llega primero, y quién tiene los bizcochos?
- Me va a decir que no existe un periodo de tiempo para el que llega, no existe una ventana para agarrar lo que uno quiere, un periodo de gracia digamos.
- Claro que existe, pero para eso uno tiene que tener la bolsa abierta y la pinza en la mano.
- Estaba intentando abrir la bolsa.
- Exacto, usted llegó pero no pudo completar la operación, así que tengo derecho a agarrar lo que quiera.
- Esto es inaudito, tener la bolsa en la mano claramente habla de una intención de agarrar.
- Bueno, intención puede tener cualquiera en la tienda.
- Usted se me coló y esos son mis bizcochos.
- Pues no, usted entró en la operación sin estar preparado, eso me da derecho a los bizcochos.
- Señora! le pido un poco de urbanismo.
- Señor! yo le pido un poco de razón.
- Qué pasa acá?! no me gustan estos problemas en mi tienda, por qué se pelean ustedes dos.
- La señora se coló y agarró los últimos bizcochos de queso.
- El señor pretende que todos esperemos por sus operaciones lentas y torpes.
- Un momento. Quién tenía las pinzas?
- Yo.
- Si pero yo estaba intentando abrir la bolsa y estaba acá parado.
- Dónde?
- Acá.
- Usted llegó primero
- Exacto.
- Pero él también está cerca del pan y las galletas, cómo iba yo a saber qué era lo que él hacía ahí. 
- Difícil. Un momento, Manuel! Manuel ven.
- Qué pasa?
- El señor dice que los bizcochos son de él porque estaba acá parado antes, pero la señora los agarró.
- Quién llegó primero?
- El señor. 
- Y quién tenía la pinza?
- La señora.
- Yo.
- Y señor por qué no los agarró?
- Yo estaba intentando abrir la bolsa.
- Ah, esas bolsas son difíciles de abrir.

Palabra.

Que continúe por siempre el eco cósmico de este momento maravilloso,
que de tan completo y hermoso esa primera vez,
generó un incontenible e irreversible big bang 
que reverbera en la eternidad.
El eco hace su viaje infinito y vuelve,
desafía la lógica,
pone en evidencia el carácter cíclico de toda imagen.
Lo espero con ansias,
lo disfruto a pleno cuando aparece,
y confirmo con dicha lo que corrobora su regreso,
una vez descubierta una verdad,
jamás desaparece.
Así pasa esto,
la palabra como triunfo del lenguaje,
Uróboros de significado,
hacer para estar haciendo,
escribir por escribir.

Milagro.

     Su entendimiento del texto sagrado se confirmó con el siguiente pensamiento:
     "Al final es mucho más sencillo de lo que parece, porque no se trata de buscar o esperar un evento extraordinario en la vida, se trata de aceptar el evento extraordinario de la vida. "  

Un futuro clásico.

(Opinión)

dick, shakespeare, Héctor Baptista, Cuento, Chesterton, borges, cortazar, roberto  bolaño


1. G. K. Chesterton escribe al principio de un ensayo sobre El Libro de Job: "Cuando se trata de creaciones artísticas antiguas, no hay que creer que las desmerece el hecho de haber sido creadas gradualmente. El Libro de Job ha crecido poco a poco, de la misma manera que creció la Abadía de Westminster. Pero ni los autores de la antigua poesía popular, ni tampoco los constructores de la Abadía de Westminster, daban importancia a la fecha exacta o al verdadero autor; esa importancia es obra exclusiva del excesivo individualismo de los tiempo modernos. " (The Book of Job. S. Wellwood, 1907; Cecil Colmer, 1916. Traducción de Manuela María Conde.)
     Unas lineas después refuerza su idea con la conocida cuestión homérica.

2. Si a principios del siglo XX, ya se hablaba de un excesivo individualismo, solo se puede definir el final como una vulgar demostración de lo monstruosa que puede ser la personalidad, pero el XXI puede ofrecer un retorno a niveles aceptables de narcisismo.

3. La historia general está plagada de héroes y figuras. Todavía más marcada están las figuras en la historia del arte, que se basa directamente en personajes, se estudian artistas, que nos enseñan, crean coyunturas que generan cambio.

4. Desde la psicología lo advirtieron, el ego controla todo.

5. El genio existe. Todo ser humano es testigo de él en algún momento de su vida. La diferencia claro está en la mirada, el genio elevando el proyecto, o el genio como proyecto.

6. Después de todos estos años de elevar la individualidad, el Internet celebra el anonimato, fomenta el trabajo en equipo y alimenta la efectividad más que la tradición, por lo tanto no teme destruir la figura.

7. Al igual que en la antigüedad nos encontramos con el mismo fenómeno: es difícil regular lo que ocurre, es más, no existe la imposibilidad de hacerlo.

8. La rebeldía de avanzar sin compromisos es lo que genera el trabajo colectivo. El libre acceso. Al igual que el hombre que no tiene nada y avanza porque no tiene nada que perder, el que lo tiene todo avanza porque no le molesta perder algo. La posibilidad de acceder a todo hoy, es la nada del pasado. Se plantea todo un cambio de reglas, el conocimiento como cascada, la autoridad de las instituciones, el poder de tener acceso exclusivo, todo se balancea frente a la democratización del conocimiento. Así por ejemplo hoy un niño modifica el conocimiento para un adulto tanto como un adulto para un niño, uno no tiene nada que perder y al otro no le molesta hacerlo. Ambos trabajan bajo las mismas circunstancias, la única cosa que detiene el avance es la voluntad. 

9. Nos encontramos una reducción del personaje autor, el hombre se encuentra de nuevo con que no es nada, la ilusión que se creó de que se puede llegar a ser héroe se desvanece frente a la competencia infinita. Así como el obrero que sabía que no era nada pero se enorgullecía de ser parte de algo grande, hoy nos encontramos con que individualmente muchas veces existimos y colaboramos como otro, y sin embargo colaboramos en la construcción del todo.

10. La Ilíada y el artículo de Wikipedia sobre La Ilíada podrían ser lo mismo, la creación de un grupo de mentes que buscan una misma cosa, crear algo, y que ese algo sea lo importante.

Diente de León.

     Max Der Ring (nacido Von Hausen) se alejó de la carrera militar al ver un cuerpo mutilado y esparcido en un campo frondoso, la visión de la sangre sobre el verde, la piel mezclada con la tela del uniforme, los huesos a la vista sobre las flores de diente de león, lo iniciaron en el camino de la incertidumbre y de ahí el efecto inevitable de la búsqueda. 
     Esta imagen se dio en las laderas del río Aisne dónde, el para entonces Comandante Von Hausen, ordenó una retirada. Experto militar no era ajeno a la muerte y a la sangre, pero algo captó su ser en ese momento que antes, tenía vedado. 
     Nuestro soldado dejó el ejército al instante, cierto rango y acomodo familiar lo dejaron ir después de una bien servida carrera militar. No muchos días después comenzó su búsqueda y sus viajes.
     El soldado y explorador visitó templos, habló con maestros, siguió rituales, probó plantas y animales, experimentó con lenguajes, y se entregó por completo y absolutamente a su inquietud. En medio de eso, conoció a los Kula Lumaya.
    Der Ring siguió los pasos de los Kula Lumaya lo más que pudo. Conoció las cuatro lineas energéticas del mar, hizo los ritos del atardecer y siguió los ejercicios físicos. Se sabe que estos ritos organizaron su búsqueda, y delinearon su día a día, el hombre había podido al fin perdonarse ser parte de la escena macabra que lo seguía todos los días, no la había olvidado, se había reconciliado con ella.
     Cuando Der Ring llegó a su casa después de diez años de viaje, con el bigote afeitado y un físico embellecido, muchos se sorprendieron que a su edad y con tanta lucidez decidiera volver a los estudios, y más aún emprender una carrera como letras, y más todavía que fuera para seguir los caminos de la poesía, ya que todos pensaron al verlo que sería un maestro espiritual, así de cambiado estaba.
     Igualmente el hombre, aunque sumergido en la ciencia del lenguaje, no pudo escapar al misticismo. Max Der Ring cuenta en el prólogo de su primer libro de poemas: " El hombre, ya sea soldado, artesano o vagabundo, vive bajo el yugo de todo aquello que lo conoce." y más adelante, " ... en que no entendemos el Diente de León está la clave ". Muchos lo criticaron por su secretismo en esta época de retorno, aunque a veces hablaba bastante sin repetirse, una vez dijo el explorador a uno de sus colaboradores: "Los Kula Lumaya hablaban de "La suprema prueba para entrar en el conocimiento", está prueba consistía en un diálogo, el maestro le decía al posible aprendiz: "Sabes tan poco, que ni siquiera puedes hacer la pregunta adecuada para comenzar a aprender", entonces el maestro medía la actitud y la reacción del posible aprendiz, y en base a esta, decidía si lo iniciaba o no en los caminos de la sabiduría. No existía respuesta correcta o modelo de respuesta, variaba de candidato en candidato, ya que los Kula Lumaya no creían en una historia única o un criterio igualitario, cada candidato se media contra sí mismo, y cada maestro enseñaba de acuerdo a su pupilo."
     Nuestro explorador y autor vivió escribiendo libros olvidados, trabajó como asesor en distintas áreas, manejó los bienes familiares, llevó una vida sin sobresaltos, conoció mujeres, era conocido por su sentido del humor en círculos pequeños, cuidó siempre su alimentación y su cuerpo. 
     Max Der Ring murió atropellado por un auto. Iba saliendo de su casa en la campiña a buscar una botella de vino. El conductor del auto dice que el hombre venía por el medio de la ruta, la autopsia reveló altos niveles de alcohol en la sangre de la víctima. Sus admiradores lo defienden siempre con la misma frase, "Si, iba alcoholizado, pero iba en bicicleta".
     Su vida en estos momentos es importante por su legado. La organización Diente de León, que desde hace años aterroriza el mercado comercial con sus hurtos, destrozos y secuestros, llena los sitios públicos de pornografía y llama constantemente a la revuelta social, dícese llamarse así por Max Der Ring.  

Saber el amor.

- Mira Kari, lo que te estoy diciendo, es que si te asustaba, es porque te amaba.
- Maxi, por favor. La marihuana te pone tarado. Te estoy hablando en serio vale.
- Yo también chica, piénsalo, es muy difícil asustar a alguien, tienes que pensar mucho, tienes que planear, ser paciente, tener al otro en cuenta, conocerlo, tienes que tener ganas de consolarlo después, ese consolar tan lindo, después de los golpecitos y los estúpido no lo hagas más, ese abrazo cuando sientes el corazón del otro a full, uno asusta para acurrucar. Tú no decías que te asustaba todo el tiempo pues, te vivías quejando de eso. 
- Si. Si me dejó tonta, siempre estoy mirando detrás de las puertas y bajo la cama.
- Entonces? Te digo Kari, el susto planeado es un acto de amor, piénsalo.

Eustasio Rivera el Detallista.

     En su bio de Twitter Eustasio Rivera, que así se llamaba por el poeta, había puesto inocentemente: "Detallista". Muy profundamente su inconsciente planeaba con esa palabra encontrar al amor de su vida. Ya algo adentro le hacía ruido cuando lo leía del pinned tweet del Maestro Shifu, que decía que ahí como en todos lados, lo que uno busca es amor, se sentía como oliendo una trampa. Eustasio Rivera no mentía con esa palabra, era un detallista, y esto lo aislaba y al mismo tiempo lo acompañaba.
     El detallista es pesado. Puede ser más o menos pesado, digamos un tipo aguantable, o un completo imbécil. Eustasio se encontraba, y lo sabía, por entre los medios, capaz de seguir adelante sobre cosas que llamaban poderosamente su atención, pero obligado a comentarlo, a veces de manera no muy agradable, eso si, ejercía un gran esfuerzo para llegar a ese nivel, y de ahí su pensamiento recurrente: "El trabajo espiritual consiste en mantener el control sin importar las circunstancias".
     Eustasio no era religioso, pero si muy curioso, la posibilidad de otra cosa le llamaba poderosamente la atención, más aún si era comparable, los detallistas adoran un antes y un después, y el placer del detalle es entendible solo en el trabajo que cuesta conseguirlo, de acá también otra palabra sobre la cualidad suprema del espíritu: "Hacer del modo, el fin".
     Ser detallista es como ser rápido, o lento, no garantiza ningún tipo de estética en particular, es una forma, una manera. Así el detallista, como cualquier otro, puede hacer bien con lo que tiene, o buscar aquello que necesite, así como obsesionarse por lo que no tiene. Eustasio hacía bien con lo que tenía, gran ventaja. 
     Dónde Eustasio resaltaba su calidad de detallista era en la cocina. Si hay un lugar en el que el detalle se siente a sus anchas, es en el paladar, y si a parte se hace bien con lo que se tiene y se es curioso, la buena posibilidad encuentra su resultado y la variable de lo malo se reduce considerablemente. Eustasio podía cocinar muy bien, con muy poco.
     Con cuatro ingredientes hacía comida, con cinco manjar y con algo de dinero no conocía límites. Sabía cortar, cocer, guisar, asar, mezclar y por sobre todas las cosas y tal vez la más importante, comprar. Que para el detallista, el tiempo no es una cosa recta que avanza y atropella, el tiempo para el observador es más un infinito, un ocho acostado, una cosa que va y vuelve y se encuentra en el medio, el círculo apretado por el presente. Se planea, se visualiza, se prepara y se tiene que disfrutar el resultado, presente, pasado y futuro se ven por encima y se viven con intensidad, sabiéndose complementos. Esta cualidad para la buena cocina, es indispensable.
     Así que la soledad que le generaba su ligera pesadez se veía compensada en el espacio que le generaba trabajar a sus anchas, hombre que trabaja con soltura no busca consuelo en otra parte.
Pero tal vez por eso de que comparar trae conocimiento y novedad, sus profundidades pensaron que demostrando, la que tal vez era para el mundo su peor cualidad, encontraría eso que más sabor da. Que a panza llena corazón contento, y aquí también que una mujer de verdad haría de dos más dos cuatro, y sabría que gourmet, es también buen amante. El detallista es bueno en la cama, o en el auto, o en la playa, o en el monte, o dónde le toque. 
     El plan del subconsciente era preciso, dejar la debilidad al descubierto y una vez atraída la presa, enseñar como toda debilidad es también una fortaleza. Así Eustasio Rivera puso "Detallista", pensando superficialmente en mostrar un escudo, cuando en realidad mostraba una invitación.

Fluidez.

Solo una cosa 
tiene la capacidad
de impedir
el desenvolvimiento
natural 
del 
universo:
Retener el amor. 

Dos Hermanos.

     Eran dos hermanos. Dos varones. Uno quiso ser Militar, el otro resultó Delincuente. Al principio ambos se intentaron convencer mutuamente de que seguían el camino equivocado, pero ninguno lo logró. El Militar era callado, pero muy expeditivo, esto le daba un aire más bien de extrovertido, lo que ocurría era que mientras otro realizaba una actividad él realizaba tres, y hablar poco de tres cosas parece hablar mucho de una, así que pocos leían bien su personalidad y esto le generaba cierta incomodidad en el mundo. Y algo parecido le pasaba a su hermano, que metido como estaba en el mundo de los libros y la filosofía, parecía que le quedaba poco tiempo para delinquir, cuando al contrario era lo único en lo que pensaba.
     Al principio, cuando se hablaban, y por supuesto antes del tiroteo que culmina esta historia, sus conversaciones eran más o menos así, el Delincuente hablando primero:

- El problema principal es que los productos terminan y la vida no, por supuesto termina, todo se muere, pero se termina una vez, y estamos acostumbrados a consumir cosas que tienen un principio y un fin. Las películas, los libros, los discos, todo tiene un principio y un fin en un periodo muy corto de tiempo, y nada en el mundo real es así, en la realidad todo es largo, todo se entremezcla, se divide, se bifurca, se desvanece y cambia, ese cambio constante que sufre la misma cosa a través de un periodo largo de tiempo, digamos un año, o cinco o diez, es incomprensible dentro de la lógica de producto, así que existe un diálogo constante entre lo que nuestro cerebro consume y las realidades con las que se encuentra.
-No entiendo mucho, si claro te entiendo lo que dices, pero no estoy seguro que así sea como las personas vemos la vida, muchos ven las cosas para toda la vida.
- Pero qué es toda la vida. Eso es una medida que nadie entiende, por mucho que se repita.
- No es tan complicada la vida.
- Si lo es. Los diálogos entre las instituciones, la convivencia de los lenguajes, el desarrollo de las teorías, todo se relaciona entre sí, y si consumimos tanto productos de cierta manera, todo el resto se va a ver afectado.
- Escoges algo para hacer y lo haces al máximo de tus capacidades.
- Y los otros?
- Hacen lo mismo.
- Y si los caminos se cruzan y los caminos se entorpecen.
- Entonces el mejor gana, como en todo, no es tan complicado.

     Estas conversaciones iban subiendo de tono y cambiando de forma, hasta que llegaban a la violencia, más de una vez llegaron a los golpes y siempre terminaban a los gritos.
     Se dejaron de hablar gracias a uno de ellas, ya la madre muerta, por más de diez años no se dirigieron la palabra, se mandaron un par de mensajes, estaban atentos de noticias cruzadas, pero poco más, sus condiciones laborales ayudaban a acentuar la separación.
     Ahora, los militares y los delincuentes no son de cruzar sus caminos normalmente, a menos por supuesto que compartan un interés económico, cosa posible y real. Pero quién comprende los caminos de la casualidad.
     Lo que ocurrió fue que hubo un cambio de gobierno en el país y con el cambio hubo movimiento, con la promesa de los nuevos mandatarios por una ciudad con más seguridad, se aumentó la presencia militar en la calles. Y si hay una cosa que tienen en común los Delincuentes y los Militares, es que ambos odian a la Policía, y acá que cuando los tres grupos están en la calle, dando vueltas y trabajando, cosas están destinadas a pasar, y aquel odio leve que sintió alguna vez un grupo por alguno, está destinado a cambiar por amor gracias a un odio todavía mayor.
     El delincuente estaba en la calle, cerrando transacción frente al restaurante de Carlitos en pleno centro, mucho tránsito mucha gente, y atento y vigilante con un ojo en cada esquina a dos grupos divisó, los militares, escondidos en la cuatro por cuatro, uniforme completo, con armamento y seguro con apoyo no muy lejos, y en la otra, torpes y perezosos, los policías, también cerrando trato, pero exprimiendo y pidiendo, corruptos y sin código.        
     El Delincuente se vio en una encrucijada, qué hacer, desde hace tiempo que la policía lo viene molestando, ignoraba si los militares estaban ahí por él, y acá que la casualidad da lo que la mente no encuentra, y divisa, de civil, a su hermano no muy lejos de ahí. Sin más, los años de silencio se derribaron en la corta caminata:

- Vienes por mí.
- Venimos por todo.
- Solo los del auto.
- Solo los del auto.
- Son pocos.
- Somos suficientes, somos profesionales.
- Y por qué no se mueven.
- Indecisión de arriba, es ustedes o los puercos aquellos, ustedes son el enemigo, los puercos son peores, pero son estado, y son más, hay varios en lo de Carlitos, truchos y corruptos como son, esto se puede ir todo al carajo.
- Nosotros somos tres, estamos bien armados, y tu bien sabes que entre tu y yo y lo que hacemos, ellos están antes, y juegan para los dos, y nos joden a los dos, en la confusión tiramos para tu lado, nos vamos como vinimos, y después vuelves al ruedo, que yo a ningún lado voy a ir, y tu tampoco. Puedes terminan mañana lo que empezaste hoy. Los de arriba saben que somos hermanos.
- Saben.
- Pero te conocen.
- Me conocen.

     Entre los dos ocurrió un momento de reflexión, y el Militar por primera vez rompió primero:

- Yo cierro por detrás del auto, agarro a policías y malandrines todos por igual. Tu agarra a los que salgan del restaurante, los tiras al piso que crean que están de civil, enseguida va uno de los míos y los esposa, tu a volar, y escúchame bien, si una bala toca a un civil te quiebro, y sabes que cumplo.
- Lo sé.

    Y así frente a lo de Carlitos ocurrió, que dos hermanos y dos mundos y dos historias, se confiaron, y salieron ilesos ellos y los suyos. La sangre, una vez más, como siempre fue y siempre será, probó ser más dura que el plomo, que el dinero, que la educación.  

El Futuro.

lo que hago es apagar el monitor
y dejar la luz del teclado encendida
escribo con el ritmo que me dicta la frase
separo con el enter
y sigo
como venga y adónde vaya
pero en control 
escribo así y me siento que estoy escribiendo en Tron
o que de alguna manera
esta palabra
o esta ahora
es cibernética
o nuclear
si hago eso
esta palabra se siente
como el
futuro
como estar en una nave espacial decidiendo en que planeta aterrizar
y no como una palabra atada a mi sillón
motor auxiliar encendido
cabina de combustible aislada
tranquilizantes a disposición
comienzo maniobras evasivas
por un campo de asteroides en el fondo más negro de los negros
y con la luz cercana de una estrella moribunda
así
desde este lugar y este tablero
manejo el destino de mi nave

Un día más.

    Hoy me fui por la playa desde mi casa hasta el murito del puerto. Yo estaba muy tranquilo porque me habían dado el día libre en el trabajo. Cuando fui estaba atardeciendo, después de las seis de la tarde. Había estado lloviendo todo el día y el cielo estaba partido en pequeñas nubes grises muy oscuras, algunas se acumulaban a lo lejos, sobre el mar y también sobre la tierra. En esta época del año el sol todavía empuja, así que había mucha luz entre las nubes, la mezcla generaba muchos colores, se formaban algunos rosas entre negros y azules claros. El mar estaba azul oscuro, un poco picado, cuando le tocaba un poco de luz la espuma de la costa se veía muy blanca y el agua más clara.
     Como había estado lloviendo la arena estaba uniforme y compacta. Estaba fresco, pero como iba corriendo estaba muy bien, solo necesitaba una remera y los shorts. Hay unos cuatro kilómetros hasta el murito del puerto, unos cinco tal vez.
     Algunos como yo se estiraban de la lluvia. Había hombres de a caballo, gente jugando con sus perros, un par de surfistas. Todos iban bien abrigados.
     Ayer había llegado al hospital con la garganta cerrada por una reacción alérgica, por eso mi día libre. Me pasó que estaba cortando leña en el bosque y me interesó un nido de avispas, por tonto y curioso me picaron unas diez o doce, mi novia me llevó al hospital de emergencia, cuando llegamos tenía la garganta cerrada, no podía respirar y tenía el cuerpo todo brotado, piernas, espalda y brazos, no sentía la cara... Nada que un poco de ciencia no pudiera solucionar. Una inyección y listo. 
     Ahora, terminar de hacer este párrafo, y cuando termine empiezo con la última temporada de Walking Dead, anoche se terminó de descargar. 
     Mañana tengo que volver al trabajo, y después tengo que ir a cortar más leña. 

Almas gemelas.

- ¿Existen las almas gemelas? - Si. - ¿Cómo se encuentran? - No se encuentran, se reconocen. - ¿Cómo se reconocen? - Cuando dejas de mi...