Amistad.

- Guats ap gansta!!!!!
Trabajando como negro - 

- Y eres muy blanco así que es una desgracia.

? -

- Acabo de encender uno, y en un rato me voy a 
 poner a laburar, vienes?

Que hijo de puta -

- Adeeeeeeeeeentro.

-Vienes? 

Imposible, no te fumes todo - 

- Esclavo de mierda.

Hippie - 

- Tu mujer te manda saludos, pero con la mano 
porque tiene la boca ocupada.

Mi mujer nunca se la chuparía a un pobre - 

- Es verdad es a ti al que le gusta sucia.

Finísimo - 

- Ven.

Imposible - 

- Que esclavo de mierda

Que hippie de mierda -

- Y qué más?

Estoy trabajando!!! -

- Daaaaaaaaale.

Qué se yo, todavía no encuentro depto -

- Cómo puede ser?!!! que tipo....

- Vas a terminar viviendo en la calle, rico y en 
la calle, todavía no te defines y tienes casi 
cuarenta, looser

- Todo el día ahí sentado, ganando kilos , y no 
tienes ni dónde vivir, eres la alfombra de 
bienvenida en la escalera corporativa

No es un tema de plata -

- Maldito burgues

- Es un tema de que no encuentras nada que te 
guste, y la ciudad es una mierda, y blah blah 
blah

Exacto -

- Igual qué más te da lo único que tienes es un 
puto TV gigante, que bruto que eres por dios

- Ni un puto cuadro

- Ni uno

Tengo libros -

- Si es verdad tienes libros

Igual no sabemos, puede ser un buen -
momento para hacer un  
viaje, españa, francia, tal vez  
inglaterra  

- Tu vida de playboy me da asco, dale vas a 
   venir o no?

Imposible -

- Es el momento, la mañana está hermosa, el 
   patio está que vibra.

Si te escucharas, estás deteniendo  
 el progreso     

- Gracias

- Puedes venir, no eres para nada necesario

Algo lo soy -

- No, nada

Alguien tiene que firmar los cheques - 

- No, nadie, eso lo hacen las computadoras, 
 eres obsoleto, si limpiaras baños serias 
 necesario, ahora ven a fumar un porro

Imposible, no tengo excusa, y hay trabajo -

- Que hijo de puta, me voy a quedar acá y me 
voy a fumar todo y me voy a quedar sin 
droga, y después vas a venir a llorar, y no 
vamos a poder trabajar y se va a ir todo 
al carajo

- No vamos a terminar el corto

- La canción se va a ir a la mierda

- Ni hablar de terminar el juego

- El campeonato de paleta, si seguimos con 
  este paso no llegamos ni a la segunda ronda 
  y planeamos seis, tal vez demasiadas, 
  para ya está ya empezamos.

- Y el Mrk57 ese nos está haciendo el orto online

Bueno no te acabes todo y listo -

- A bueno, esto es el colmo, que te pasa 
  hoy, estás tarado 

Tengo mucho laburo - 

- Jodete por pelotudo, me fui

Para -  

Bueno -  

Voy a la noche -

- No

Dame un rato -

- Ya me empiezo a armar otro

Lo peor es que sé que es verdad -

Dos horas, dame dos horas -

Tengo que terminar esto si o si -

Dale maricón -

- Me voy a poner a ver death proof, si no estás 
 acá para cuando aparece el segundo grupo de
 mujeres, no vengas, porque ya me fui a la 
 mierda

Eres una peste -

- Bueno no vengas

Espera - 

Dos hora, dame dos horas y la pones -

- Dos horas? demasiado.

Escalas! ponte a hacer escalas, estoy seguro -
que hoy no hiciste   

Unas escalitas - 

- Media hora y pongo play .

Una, dame una hora -

Haces escalas... -

- Una hora de escalas, y si me haces esperar al
  pedo te repito la clase de star wars.

No por todos los cielos, una, dale,- 
una y le das play   

- Una y pongo play, me fui

Cuando mis empleados se queden sin -
trabajo y mi mujer viva en la calle ya 
saben a quien culpar 

- Tu y tus empleados son todos infelices lo 
mejor que les puede pasar es que esa oficina 
cierre a la mierda, y tu mujer dice que no le 
importa, que igual no sabes coger, ningún 
ejecutivo sabe

Llevo algo - 

- Claro, acá no hay nada

Peste - 

- Burgués

Chupa sangre - 

- Me fui las escalas me llaman, puedes dejar 
  de distraerme!!!!

Vas a esperar? -

Peste -

El día que Huan y Lhei se olieron.

     Se movía inquieto en el cuarto de tres por dos. La cama estaba guardada, bien hecha, junto con la mesa, si ella quería ordenar comida la sacaría, se había asegurado de limpiarla bien. Había escogido como mobiliario un sillón de dos plazas y una pequeña mesa en el centro. Para las paredes eligió la vista de la ciudad, la vista que tendría su espacio si diera a una pared exterior y no a otro departamento, en un piso cuarenta y dos, casi en el centro de cien unidades iguales a la de él. Había comprado una botella de vino, unos cubos de queso, algunas zanahorias, galletas de harina y orégano, y unas bolitas de soja rellenas de pollo que calentaría cuando ella se sentara. Huan tenía todo bien preparado. Solo él sabía cuanto le había costado conseguir a alguien que realmente le agradara, horas y horas, días, meses en las redes mirando fotos, estudiando perfiles, viendo vídeos, escuchando la música que compartían. Había llegado bastante lejos con un par, hasta se vio en persona con dos, pero ninguna le había atraído tanto como Lhei. Estaba ansioso, pero con la ansiedad que genera una carrera o algo sabido, porque sabía que ella iba a ser puntual, y a sí fue, a las 7:01, sonó el timbre del edificio, él la hizo subir y tres minutos después le abría la puerta de su espacio. Huan la hizo pasar:

- Hola Lhei.

- Hola Huan.

- Pasa por favor, gracias por venir.

- Gracias por invitarme.

- Estoy nervioso.

- Yo también, pero hasta que no nos conozcamos mejor llevo mi pulsera de pánico, mujer precavida.

- Yo también la llevo, no te preocupes, siéntate.

- Gracias, traje vino.

- Yo también compré, gracias por traer. Abrimos la tuya.
     
      Por suerte era delgado, muchos ya saben mentir a través del vídeo, cuando los ves son más gordos, o más viejos, o más o menos de todo. Me encantó que abriera mi botella de vino, lo mismo que usara una pulsera de pánico y no tuviera vergüenza de mostrarla, lo vi como una señal de que era un hombre sensible y sin miedo a mostrarse realmente, muchos hombres se burlan de la pulsera. Sabía que el departamento iba a ser chico, en Buenos Aires ya no hay espacio, nadie tiene espacio, por qué lo tendría él, me gusto también que haya escogido la vista de la ciudad, todos los motivos son válidos, pero para una primera cita la mejor es escoger lo más neutral, y la ventana siempre es lo más neutral. Fue cuidadoso con todo, eso significaba que no tomó el hecho de que fuera a su casa como una victoria segura, como hace la gran mayoría, sino como el principio de la guerra, la cama estaba guardada, y había escogido un lindo sillón y una mesita que llenó con comida. Él estaba hermoso, con un pantalón azul y una camisa verde y rosa, olía bien, pero no a perfume, yo estaba muy caliente y con muchas ganas de acostarme con él.

- Tenía muchas ganas de conocerte, y puedo decir con sinceridad que eres mucho más linda en persona.

     Habían tenido varias conversaciones telefónicas, otras tantas por video, habían visto tres películas juntos.
- Si yo también a ti.

- Come por favor, te soy honesto, tengo mucha hambre, te estaba esperando con ansiedad y eso da hambre, así que permiso. Gran vino, gracias.

- Si, no soy muy gastadora pero me gusta el buen vino.

- Una vez fui a una bodega que tenía viñedo, les hicimos un logo para una etiqueta, ha sido la única vez que trabajamos con vino, nos dieron un pequeño tour, vimos las maquinas cosechadoras, las uvas, unos tanques gigantes que convierten el jugo en vino, después dónde guardan parte, el bueno, en barriles que todavía hacen a mano y de madera, y después dónde lo embotellan.

- Acabas de describir todo el proceso y de una manera bastante pobre.

- Si me di cuenta cuando llegué al embotellado.
    
     Realmente había traído un vino muy rico, yo no sé mucho, pero por el trabajo con la etiqueta y por el sabor nuevo imaginé que era muy bueno, y al final lo era, lo checkee en un momento mientras ella iba al baño. Desde que cruzó la puerta me dieron ganas de morderle el cuello, agarrarle las nalgas, besarla, y estaba contento, aunque no lo mostraba en las fotos, y es más, hacía un gran esfuerzo por ocultarlo, noté enseguida que tenía buenas tetas, lo suficiente como para decir que las tenía grandes, yo siempre he sido un hombre de tetas, imagino que todos los hombres también lo son, obviamente lo escondía como un proceso de selección, inteligente y calculadora, esto me tranquilizó muchísimo, y me abrió el apetito, ella obviamente estaba en control, lo único que tenía que hacer yo era comportarme correctamente, e insistir un poco a ver si ella también quería, me había costado mucho encontrar a alguien que me gustara realmente. Así que comimos y hablamos.

- Me llamó la atención siempre que no eres de hacer muchos vídeos, la mayoría de los hombres tienen miles de miles públicos, quién sabe cuantos privados. Tu tienes pocos.

- Si, no llego mucho al video, paso más tiempo con fotos y viendo lo que comparten. Hago vídeos privados como todo el mundo, no desde que dijimos de mantener los privados entre nosotros, he sido fiel con eso.

- Yo también.

- Tu si tienes muchísimos.

- Si. Yo pienso que para qué me voy a meter en la cabeza de alguien si tiene una voz horrible o me habla con un sombrero estúpido puesto, o tiene en la pared un escenario ridículo, prefiero poner el video, muchas veces no llego ni a dos segundos y ya los tengo bloqueados. Cuando hablé contigo solo había pasado lo del comentario, me había reído mucho con lo que dijiste, te dije que si al video, de una.

- Yo antes de escribirte vi tus cosas por largo rato.

- Yo pensé que me ibas a escribir enseguida .

- Y yo que me ibas a escribir antes de pedirme video.

     Antes de terminar la botella de vino, me intentó besar, y yo lo dejé, y me gustó mucho.

     Me dejó besarla rápido y me encantó.


     Después del beso siguieron hablando, hablaron de sus trabajos, de sus amigos, de sus familias, ella en un momento se paró para ir al baño, el lugar era pequeño pero con baño propio, cuando entró y vio que estaba todo limpio decidió acostarse con él definitivamente.


Kombi, Lluvia y Jazz.


     Yo lo había visto a él en el taller literario, él fue a la primera clase y después no pudo ir más porque tenía que quedarse a cuidar a sus hijas, por eso y porque odiaba profundamente al tipo que daba el taller, él y todos los que fuimos a ese taller, el primero día éramos catorce, el segundo fueron tres, y al final quedó el tipo solo con una viejita, que se joda por pelotudo, bueno no importa, no quería contar sobre lo pelotudo que es el tipo que daba el taller literario, quería contar sobre él, después lo vi en las clases de música, él estaba aprendiendo a tocar la trompeta y yo iba para practicar el saxo y preparar un par de temas para ver si me animo a tocar en público de una vez por todas, mi relación con el saxo es rara, yo no soy un músico de fogón, estoy casi seguro que no tengo nada de oído, y no me sé ninguna canción, me gusta agarrar el instrumento y tocar, muy afinado, lo que a mi me de la gana, bueno esto tampoco es sobre mi relación con el saxofón, el tema es que ahí lo vi otra vez, al final de una de las clase nos pusimos a charlar y en un momento yo tuve que cortar la conversación porque tenía que salir para la radio a dar las noticias, entonces fue cuando él me dijo que hace un tiempo tenía un programa de radio, en la misma estación en la que yo estaba, la comunitaria, un programa de jazz, pero que lo había dejado porque nadie lo escuchaba, entonces yo le dije, hey yo te escuchaba, tu programa una vez casi me salva la vida, y le conté que yo vivía en la Kombi, fue un tiempo que pasé solo con mi perra, un tiempo de mierda, no tenía un mango, me habían robado el celular y la billetera y no tenía suficiente dinero para alquilar nada, así que estaba durmiendo en el auto, en una playa de estacionamiento, en un colchón arriba de libros, mi cara quedaba a veinte centímetros del techo, con la ropa tirada en el asiento delantero, era verano y estaba cerca del mar, pero fue justo un verano muy lluvioso, y me pasaba horas adentro del auto, aturdido por la lluvia que golpeaba en el techo, agua contra lata, mi perra una genia siempre pendiente de hacerme un cariño, y yo a ella, el tema es que me había comprado un celular muy barato pero que tenía radio, y yo lo descubrí una noche que estaba lloviendo mucho y a mi se me había olvidado comprar comida, para comer lo único que tenía eran unas galletas y para tomar un poco de agua, una situación bastante desesperante si se le agrega que estaba en un país extranjero, sin familiares o amigos, entonces me puse a jugar con el celular y encontré que tenía radio, y la única estación que agarré fue la local comunitaria, porque estaba cerca, y justo estaba empezando un programa de jazz, yo tenía como un mes sin tocar porque el saxo había quedado escondido bajo cajas de libros, y escuchar eso fue maravilloso, costaba escuchar porque el golpeteo de la lluvia era muy fuerte, pero se escuchaba, la programación era salteada, jazz de todas las décadas y todos los estilos, una buena hora y media, casi dos, y bueno, fue un poco salvador, nada milagroso o extravagante, pero si justo y suficiente, se lo dije a él porque él me dijo que pensaba que nadie lo escuchaba y por eso había dejado de hacer el programa, y yo le dije, hay que hacer, porque siempre hay alguien que escucha.   

Fumar.

     El hombre se sentó frente a mi en una pequeña mesa redonda. Tenía una chaqueta de cuero marrón liviana, en la cabeza una boina marrón gastada dejaba salir un pelo corto gris, no recuerdo su camisa, pero tenía un color claro, recuerdo que era flaco, de unos cincuenta años, llevaba una barba fuerte de un día o dos, canosa, tenía los ojos verdes, un poco grises, y te podía sostener la mirada.
     Se sacó los zapatos, y del bolsillo de la chaqueta, una cartuchera de cuero marrón gastada, la abrió, sacó papel de liar, una lata de tabaco, pidió un café en alemán, y muy lentamente pero con gran firmeza, comenzó a armar un cigarrillo.
     Tomó el papel y lo acarició en su longitud con la punta de los dedos, con ambas manos, del centro hacia afuera, lo hizo dos veces, lo sostuvo con la mano izquierda y con la derecha tomó un poco de tabaco, lo pesó, y moviendo ligeramente la yema de los dedos soltó algunas hebras de nuevo en la lata, pesó de nuevo, volvió a un ligero movimiento de yemas y soltó un par de hebras más, pesó una vez más, conforme, soltó suavemente sobre el papel las hebras, parecían caer una a la vez, tal vez caían de a dos, movía a veces ligeramente la mano en la longitud del papel para esparcir el tabaco un poco más, cuando las hebras terminaron de caer, tomó el papelillo con ambas manos y con un movimiento en dos partes, lió el cigarrillo, primero con los pulgares rodó el papel hacia abajo, frente a sí, levantando la parte de afuera, y después los pulgares empujaron hacia dentro y se deslizaron hacia arriba, el tubo quedó armado. Sacó de la cartuchera un encendedor plateado mientras el mozo le traía el café, se llevó el cigarrillo a los labios, el encendedor encendió a la primera.
     El Hombre tomaba caladas lentas, intensas y cortas, parecía llenar sus pulmones mitad con humo, mitad con aire.
     No recuerdo que hizo con el café, sé que pidió otro, y que repitió la operación del cigarrillo.

Almas gemelas.

- ¿Existen las almas gemelas? - Si. - ¿Cómo se encuentran? - No se encuentran, se reconocen. - ¿Cómo se reconocen? - Cuando dejas de mi...