Romper.


Despacio. Ahora caminar es lo suyo. Otros fueron los tiempos de la efectividad. Ahora camina. Tiene que pagar las cuentas y se va por la playa, con el perro, que va saltando y persiguiendo las gaviotas, un perro grande y peludo, y negro. El perro está todo sucio, a él le encanta. Él también está muy sucio, antes estaba limpio, muy limpio, su mujer le lavaba y planchaba la ropa, y cambiaba las sábanas de la cama y lavaba los platos. Y ahora extraña a su mujer pero no extraña lo limpio. Lo limpio no le importa, pero si extraña a su mujer. Va caminando, ya no tiene tiempo para ser delgado, pero si ha bajado de peso. Se está cocinando, cosas simples, compra milanesas hechas, o bifes de carne, se hace salsas para comer con fideos, ha hecho dos guisos, los dos de lentejas, y le han salido bastante bien. Dejó las gaseosas y la cerveza, toma vino. Sigue caminando. Le preocupa un poco su hijo, no su hija, su hija es fuerte y es mujer, pero su hijo es débil y es hombre, le preocupa que finalmente pierda el control, que ceda frente a la presión. Mucha presión, siempre lo pensó. Él sabía que cuando actuaba mal era por la presión, sabía que podía cambiarlo, pero no lo hacia, demasiada presión como para cambiar curso. Por eso salió cuando pudo, cuando se liberó todo un poco, todo más suelto, todo un poco más libre. Lo piensa, y lo sabe. Cuando el envase se rompe se libera el contenido. En eso piensa ahora, mientras camina por la playa y piensa en el pasado, piensa en que hay que romper el envase para liberar el contenido.  

1 comentario:

Anónimo dijo...

Retrato muy real de una realidad en el camino de la vida,tiene una profundidad poética .

Almas gemelas.

- ¿Existen las almas gemelas? - Si. - ¿Cómo se encuentran? - No se encuentran, se reconocen. - ¿Cómo se reconocen? - Cuando dejas de mi...