La Máquina.



Ira e impotencia. Eso es lo que siento cada vez que me doy cuenta soy una piecita más, una arandelita, un clavo oxidándose en esta gigantesca y compleja maquinaria que funciona por funcionar. Una maquina que se rompe, se mejora y se agranda hasta tener proporciones insondables, con sus partes trabajando por separado, independientes y unidas. Una maquina asquerosa, grasienta y desprolija, una maquina que por falta de ingeniería lastima sus partes, las rompe, las remplaza fácilmente. Yo no soy más que otra partecita de esa enorme asquerosidad, humeante, ruidosa, en permanente discusión. Se discute para que sirve, se discute como funciona, se discute como modificarla, y nadie tienen idea, y se convocan a las expertos, y los expertos tienen teorías, pero han estudiado dentro de la maquina, se han criado en ella, la suya es una ignorancia adiestrada. Y que hermosa seria la vida si fuera un clavo de los de adentro, una de esas arandelas o tornillos que viven en las entrañas de la maquina, que no conocen otra cosa que el oxido y por eso se contentan con el aceite. Pero no, a algunos nos toca el borde de la maquina, uno de sus bordes, bordes que desaparecen porque la maquina va creciendo y nos va tapando, pero por un momento, la vemos, vemos la vida fuera de la maquina, fuera de los engranajes, fuera del ruido. Y te das cuenta que eres un tornillo, o un clavo o una arandela. Porque  tal vez lo peor de todo, es que ni siquiera puedes ver la pieza que eres. Esta maldita conciencia que me dice que existo pero nada más, información perversa. La conciencia como diversión de Dios e instrumento del Diablo.

1 comentario:

Yosi H. dijo...

Bienvenido al club.

http://www.youtube.com/watch?v=lt-udg9zQSE

Almas gemelas.

- ¿Existen las almas gemelas? - Si. - ¿Cómo se encuentran? - No se encuentran, se reconocen. - ¿Cómo se reconocen? - Cuando dejas de mi...