Esto fue, tal cual, lo que escuché hoy en la panadería, todo fue con mucha seriedad:
Cliente: Disculpe esas son sequitas de limón.
Panadero: Si, son sequitas de limón.
Cliente: ¿Y cómo son?
Panadero: Son bien secas y con sabor a limón.
Cliente: Como a mi me gustan, voy a llevar.
Cuarto oscuro. Frente a la pantalla de la computadora, documento Word abierto, en blanco. Se ven las manos en el teclado. Los dedos comienzan a teclear estas palabras: “Cuarto oscuro. Frente a la pantalla de la computadora, documento Word abierto, en blanco. Se ven las manos en el teclado. Los dedos comienzan a teclear estas palabras: “Cuarto oscuro. Frente a la pantalla de la computadora, documento Word abierto, en blanco. Se ven las manos en el teclado. Los dedos comienzan a teclear estas palabras: “Cuarto oscuro. Frente a la pantalla de la computadora, documento Word abierto, en blanco. Se ven las manos en el teclado. Los dedos comienzan a teclear estas palabras.”””.
Mira.
Si eres de esos que esperas para este año el fin del mundo, que se preocupa de los extraterrestres y la vida en otro planetas, que se impresiona con las nociones de infierno y paraíso, a vos, mirador y escrutador de lo paranoico, te invito a ver una ballena, un colibrí, el sistema nervioso, y una nube sobre tu cabeza, si necesitas algo más asombroso que un cetáceo más hermoso que un ave, o más interesante que el ser humano para llenar los huecos de tu imaginación, me parece que te estas perdiendo la película, eres de los que van al baño en la mejor parte, los que se visten por dos horas en ves de ir temprano a la fiesta, eres de los que se gasta la plata en la cama y no el colchón.
(en revisión)
(en revisión)
Muy claro.
A comienzos del año 399 antes de Jesucristo fue fijada el la puerta de la casa de Sócrates, para entonces unos setenta años, un pergamino con el siguiente escrito: "Ha sido registrada y jurada la siguiente acusación de Meleto de Pito, contra Sócrates, hijo de Sofronisco de Alopele. Sócrates comete un crimen al no adorar a los dioses que la ciudad tiene recibidos. Igualmente quebranta las leyes al corromper a la juventud. La pena que corresponde es la muerte."
Si piensas, y no te comes la mentira que te alimentan, te matan o por lo menos lo intentan.
Si piensas, y no te comes la mentira que te alimentan, te matan o por lo menos lo intentan.
Para mi fue así.
Nada de Adan y Eva. La verdad es esta:
- Bueno mira, tu eres el Caos, ya bastante difícil la tengo con que te quedes quieto mientras te hablo, así que la voy a hacer corta.
- Ya es bastante larga.
- Escucha, tenemos que hacer algo. Algo juntos, un proyecto.
- Imposible. Tu eres muy estructurado, a mi me gusta trabajar espontáneamente, con sentido, pero con libertad. A ti esa no te va.
- Un poco de libertad me gusta.
- No, contigo es todo en su santo lugar en su santo tiempo.
- Y bueno contigo nada se termina.
- Ves, aquí ya pinta una pelea, me gustaría, pero no podemos trabajar juntos.
- Un proyecto, uno más, para probar.
- Tu quieres meter la cuchara en todo, déjame tranquilo, tu lo que quieres es decir que hasta conmigo te metiste, el gran Señor tiene que trabajar con todos.
- Mira, no te miento, es así, todavía no trabajé con el gran Caos, dame una chance. Un proyecto chico, dame el gusto, a ti también te sirve decir que trabajaste conmigo.
- No sé. Qué querías hacer.
- Así me gusta. Y no sé. Algo chico.
- Mira, te digo la verdad, a mí me gusta lo que hiciste por aquel lado.
- Yo sabía que eso te había llamado la atención, ese sistemita, siempre te vi dando vueltas por ahí, en especial por el tercer planeta.
- Y sí, la verdad es que ese te salió bien, me gusta la simpleza, todo ordenadito, dando vueltas alrededor de esa cosa caliente, está bueno eso, me dieron ganas de desordenártelo todo.
- Eso si que no, sabes que cuando me molesto...
- Si ya sé la ira del Señor, todo eso, pero bueno si quieres hacemos algo ahí.
- Bueno Caos y qué quieres hacer.
- Algo vivo.
- Seguro.
- Algo grande.
- No, pequeño, ya hice muchas cosas grandes por el otro lado, quiero cambiar un poco.
- Bueno, mira, no empecemos a pelear, hagamos así tu haces tu parte y yo hago la mía.
- Bueno, me gusta, paso a paso.
- Tu eres el gran Señor, anda primero, te van bien las formas, los colores, todo eso, yo soy caos, me va bien la diversión.
- ¿Diversión?
- Si, diversión.
- Cuidado no se te valla la mano.
- Tu has lo tuyo y listo.
- Bueno ahí va, qué te parece.
- Rápido.
- Dale dime.
- Bien, pero… los va a hacer todos iguales.
- No. Pongo unos por acá otros por allá, y con el tiempo ellos se van cambiando solitos.
- Bueno, ahora yo hago lo mío.
- Pero que haces?!
- Lo mío.
- Pero, pero, se van a romper todos.
- Y bueno, yo te dije que lo mío era diversión.
- Me parece que es más destrucción.
- No te gusta cómo le queda.
- Me gusta, pero, va a ser para problemas.
- Y bueno. Tú querías trabajar conmigo, la cosa es así.
- Bueno, mal no queda. Cómo se llama eso.
- No tiene nombre.
- Y qué hace?
- Lo que ellos quieran.
- Pero si como son no pueden hacer lo que quieran.
- Ah, no te dije que iba a ser divertido.
- Eres malo Caos.
- Miremos un rato, te digo que acá va a pasar de todo.
- Dale miremos, divertido va a ser.
- Divertidísimo.
- Le ponemos nombre.
- No, deja, estos tienen pinta de que van a nombrar todo ellos solitos.
- Yo digo que esos de ahí se revientan primero.
- Apostamos.
- Dale.
- Bueno mira, tu eres el Caos, ya bastante difícil la tengo con que te quedes quieto mientras te hablo, así que la voy a hacer corta.
- Ya es bastante larga.
- Escucha, tenemos que hacer algo. Algo juntos, un proyecto.
- Imposible. Tu eres muy estructurado, a mi me gusta trabajar espontáneamente, con sentido, pero con libertad. A ti esa no te va.
- Un poco de libertad me gusta.
- No, contigo es todo en su santo lugar en su santo tiempo.
- Y bueno contigo nada se termina.
- Ves, aquí ya pinta una pelea, me gustaría, pero no podemos trabajar juntos.
- Un proyecto, uno más, para probar.
- Tu quieres meter la cuchara en todo, déjame tranquilo, tu lo que quieres es decir que hasta conmigo te metiste, el gran Señor tiene que trabajar con todos.
- Mira, no te miento, es así, todavía no trabajé con el gran Caos, dame una chance. Un proyecto chico, dame el gusto, a ti también te sirve decir que trabajaste conmigo.
- No sé. Qué querías hacer.
- Así me gusta. Y no sé. Algo chico.
- Mira, te digo la verdad, a mí me gusta lo que hiciste por aquel lado.
- Yo sabía que eso te había llamado la atención, ese sistemita, siempre te vi dando vueltas por ahí, en especial por el tercer planeta.
- Y sí, la verdad es que ese te salió bien, me gusta la simpleza, todo ordenadito, dando vueltas alrededor de esa cosa caliente, está bueno eso, me dieron ganas de desordenártelo todo.
- Eso si que no, sabes que cuando me molesto...
- Si ya sé la ira del Señor, todo eso, pero bueno si quieres hacemos algo ahí.
- Bueno Caos y qué quieres hacer.
- Algo vivo.
- Seguro.
- Algo grande.
- No, pequeño, ya hice muchas cosas grandes por el otro lado, quiero cambiar un poco.
- Bueno, mira, no empecemos a pelear, hagamos así tu haces tu parte y yo hago la mía.
- Bueno, me gusta, paso a paso.
- Tu eres el gran Señor, anda primero, te van bien las formas, los colores, todo eso, yo soy caos, me va bien la diversión.
- ¿Diversión?
- Si, diversión.
- Cuidado no se te valla la mano.
- Tu has lo tuyo y listo.
- Bueno ahí va, qué te parece.
- Rápido.
- Dale dime.
- Bien, pero… los va a hacer todos iguales.
- No. Pongo unos por acá otros por allá, y con el tiempo ellos se van cambiando solitos.
- Bueno, ahora yo hago lo mío.
- Pero que haces?!
- Lo mío.
- Pero, pero, se van a romper todos.
- Y bueno, yo te dije que lo mío era diversión.
- Me parece que es más destrucción.
- No te gusta cómo le queda.
- Me gusta, pero, va a ser para problemas.
- Y bueno. Tú querías trabajar conmigo, la cosa es así.
- Bueno, mal no queda. Cómo se llama eso.
- No tiene nombre.
- Y qué hace?
- Lo que ellos quieran.
- Pero si como son no pueden hacer lo que quieran.
- Ah, no te dije que iba a ser divertido.
- Eres malo Caos.
- Miremos un rato, te digo que acá va a pasar de todo.
- Dale miremos, divertido va a ser.
- Divertidísimo.
- Le ponemos nombre.
- No, deja, estos tienen pinta de que van a nombrar todo ellos solitos.
- Yo digo que esos de ahí se revientan primero.
- Apostamos.
- Dale.
Mario Levrero.
22 de Diciembre de 1989.
Aquello que hay en mí, que no soy yo, y que busco.
Aquello que hay en mí, y que a veces pienso que
También soy yo, y no encuentro.
Aquello que aparece porque sí, brilla un instante y luego
se va por años
y años.
Aquello que yo también olvido.
Aquello
próximo al amor, que no es exactamente amor;
que podría confundirse con la libertad,
con la verdad
con la absoluta identidad del ser
-y que no puede, sin embargo, ser contenido en palabras
pensado en conceptos
no puede ser siquiera recordado como es.
Es lo que es, y no es mío, y a veces está en mío
(muy pocas veces); y cuando está,
se acuerda de sí mismo
lo recuerdo y lo pienso y lo conozco.
Es inútil buscarlo, cuanto más se lo busca
más remoto parece, más se esconde.
Es preciso olvidarlo por completo,
llegar casi al suicidio
(porque sin ello la ida no vale)
(porque los que no conocieron aquello creen que la vida no vale)
(por eso el mundo rechina cuando gira)
Éste es mi mal, y mi razón de ser.
˟
He visto a Dios
cruzar por la mirada de una puta
hacerme señas con las antenas de una hormiga
hacerse vino en un racimo de uvas olvidado en la parra
visitarme en un sueño con el aspecto repulsivo de una babosa gigantesca;
he visto a Dios en un rayo de sol que oblicuamente animaba
la tarde;
en el buzo vileta de mi amante después de una tormenta;
en la luz roja de un semáforo
en una abeja que libaba empecinadamente de una florecita
miserable, mustia y pisoteada, en la plaza Congreso;
he visto a Dios incluso en la iglesia.
Mario Levrero.
Aquello que hay en mí, que no soy yo, y que busco.
Aquello que hay en mí, y que a veces pienso que
También soy yo, y no encuentro.
Aquello que aparece porque sí, brilla un instante y luego
se va por años
y años.
Aquello que yo también olvido.
Aquello
próximo al amor, que no es exactamente amor;
que podría confundirse con la libertad,
con la verdad
con la absoluta identidad del ser
-y que no puede, sin embargo, ser contenido en palabras
pensado en conceptos
no puede ser siquiera recordado como es.
Es lo que es, y no es mío, y a veces está en mío
(muy pocas veces); y cuando está,
se acuerda de sí mismo
lo recuerdo y lo pienso y lo conozco.
Es inútil buscarlo, cuanto más se lo busca
más remoto parece, más se esconde.
Es preciso olvidarlo por completo,
llegar casi al suicidio
(porque sin ello la ida no vale)
(porque los que no conocieron aquello creen que la vida no vale)
(por eso el mundo rechina cuando gira)
Éste es mi mal, y mi razón de ser.
˟
He visto a Dios
cruzar por la mirada de una puta
hacerme señas con las antenas de una hormiga
hacerse vino en un racimo de uvas olvidado en la parra
visitarme en un sueño con el aspecto repulsivo de una babosa gigantesca;
he visto a Dios en un rayo de sol que oblicuamente animaba
la tarde;
en el buzo vileta de mi amante después de una tormenta;
en la luz roja de un semáforo
en una abeja que libaba empecinadamente de una florecita
miserable, mustia y pisoteada, en la plaza Congreso;
he visto a Dios incluso en la iglesia.
Mario Levrero.
El portador de la luz.
Un ser dichoso y eterno no sufre males o los lleva a otros seres; de ahí que esté libre de movimientos de cólera y simpatía, porque cada movimiento de esa clase implica una debilidad.
Diogenes Laercio.
Diogenes Laercio.
1-0
y eran las diez de la noche, y yo digo bueno, veo el partido, por cuantos goles podemos perder, y veo el partido y es en Puerto la Cruz, en Anzoátegui dónde yo iba a la playa, dónde yo jugaba con Manuel Alejandro y Richard, dónde me quemaba tanto que tenía que meterme a la playa con franela, dónde comíamos guacucos, y yo veía el partido y tomaba fernet y me fumaba un cigarro, y el edificio vació, eso me pasa por vivir en Mendoza en una cuadra donde no vive nadie, y todo vacío, realmente, literalmente, nadie, y yo viendo el partido y diciendo, los muchachos no juegan tan mal, los muchachos no están haciendo el ridículo, al parecer no están todos borrachos, y el juego que sigue, y de repente las cosas se pusieron raras, el vacío fue mas vacío, el espacio mas espacio, todo se agrandó y se contrajo al mismo tiempo, y si, gol.
gol
gol
y yo que me paro y grito, y salto y salgo al pasillo y el edificio vacío, y la calle vacía, y Mendoza llena pero allá lejos, y yo gol a todo pulmón, subiendo y bajando escaleras, y gol y a mi que no me gusta el fútbol, y yo que grité por argentina en el mundial, y yo que digo che y digo pana
y gol
y vuelvo y nada, y mas fernet y otro cigarro
y sigo viendo, y me pregunto qué es esto, yo no soy así, a mi esto no me importa, pero sigo viendo, ahora en el piso, nervioso
la calle más vacía, el edificio más vacío, mi papa durmiendo a dos mil kilómetros, mi novia por mensaje no tiene idea de qué le hablo, y sigo viendo
y termina, y gana, gana uno a cero, y yo la verdad no se qué hacer
sólo, es una celebración?
el edificio ya esta gigante , inmenso,
afuera está oscuro, no se escucha nada, algún perro ladrando
la tele continua con su programación regular, acá hay elecciones, candidatos mendocinos, así no mas, cosas encima, todas superpuestas, arriba de arriba, algo abajo, todo amontonado, todo todo, todo junto.
gol
gol
y yo que me paro y grito, y salto y salgo al pasillo y el edificio vacío, y la calle vacía, y Mendoza llena pero allá lejos, y yo gol a todo pulmón, subiendo y bajando escaleras, y gol y a mi que no me gusta el fútbol, y yo que grité por argentina en el mundial, y yo que digo che y digo pana
y gol
y vuelvo y nada, y mas fernet y otro cigarro
y sigo viendo, y me pregunto qué es esto, yo no soy así, a mi esto no me importa, pero sigo viendo, ahora en el piso, nervioso
la calle más vacía, el edificio más vacío, mi papa durmiendo a dos mil kilómetros, mi novia por mensaje no tiene idea de qué le hablo, y sigo viendo
y termina, y gana, gana uno a cero, y yo la verdad no se qué hacer
sólo, es una celebración?
el edificio ya esta gigante , inmenso,
afuera está oscuro, no se escucha nada, algún perro ladrando
la tele continua con su programación regular, acá hay elecciones, candidatos mendocinos, así no mas, cosas encima, todas superpuestas, arriba de arriba, algo abajo, todo amontonado, todo todo, todo junto.
Mea culpa.
Perdón. Perdón por todas las veces que te injurié. Perdón por las veces que dije que no eras el más grande. Perdón por dudar de tus laverintos y tus esquinas. Perdón por no arrodillarme ante tu obra, y perdón por cada vez que no valoré uno de tus libros en mi humilde mesa, en la humilde feria, en la humilde ciudad,en la que vendo libros. Perdón Jorge Luis.
El Mar.
Antes que el sueño ( o el terror) tejiera
mitologías y cosmogonías,
antes que el tiempo se acuñara en días,
el mar, el siempre mar, ya estaba y era.
¿Quién es el mar? ¿quien es aquel violento
y antiguo ser que roe los pilares
de la tierra y es uno y muchos mares
y abismo y resplando y azar y viento?
Quien lo mira lo ve por vez primera,
siempre. Con el asombro que las cosas
elementales dejan, las hermosas
tardes, la lua, el fuego de una hoguera.
¿Quién es el mar, quién soy? Lo sabré el día
ulterior que sucede a la agonía.
J.L.B.
El Mar.
Antes que el sueño ( o el terror) tejiera
mitologías y cosmogonías,
antes que el tiempo se acuñara en días,
el mar, el siempre mar, ya estaba y era.
¿Quién es el mar? ¿quien es aquel violento
y antiguo ser que roe los pilares
de la tierra y es uno y muchos mares
y abismo y resplando y azar y viento?
Quien lo mira lo ve por vez primera,
siempre. Con el asombro que las cosas
elementales dejan, las hermosas
tardes, la lua, el fuego de una hoguera.
¿Quién es el mar, quién soy? Lo sabré el día
ulterior que sucede a la agonía.
J.L.B.
Escribir mucho.
Escribir en papel mojado
con un lápiz sin punta
pero escribir
escribir mucho
y escribir bien.
con un lápiz sin punta
pero escribir
escribir mucho
y escribir bien.
Placer Natural
Leo, en el que es probablemente mi libro preferido ("La moral de Epicuro" por Guyau) y me encuentro con esta maravilla: "En todas partes donde la naturaleza obra sin el calculo de la razón, no puede engañarse; donde no hay ningún razonamiento, no hay ningún error..." hermoso Guyau, como entendiste amigo la gran herencia de Epicuro.
La inmortalidad del cangrejo.
Un día, al atardecer, y siendo yo un chico, pero no un infante, y estando en la playa, me encontré por primera, y única vez, con la inmortalidad del cangrejo. Yo jugaba en la orilla, por la hora no se me permitía entrar en el mar, y mi madre y mi tía Mara charlaban en un tronco, un tronco enorme traído por la marea, quién sabe de dónde. Hermosa luz de atardecer, mar impetuoso, nada de susurro o agua como pileta, mar fuerte, estruendoso, mar espumoso. Me acerco a las mujeres entroncadas y les pregunto, de qué hablan, mi madre responde, de la inmortalidad del cangrejo. Los cangrejos no son inmortales, así que obviamente me evadieron con una mentira, con un ardid popular, y yo pienso en esto, pienso en los escenarios hermosos, pienso en los lugares de fantasía, en las personas que uno quiere, y en la información, que se nos da, y más importante en la que se nos oculta. Pienso en los dos mundos, en el mundo que vivimos, de impresiones y sentidos, y pienso en el mundo que se nos arma, que nos es dado, esto, ese mundo, es la inmortalidad del cangrejo.
Inmortalidad del cangrejo
"El más profundo problema:
el de la inmortalidad
del cangrejo, que tiene alma,
Una almita de verdad...
Que si el cangrejo se muere
todo en su totalidad
con él nos morimos todos
por toda la eternidad"
Miguel de Unamuno
El Héroe
Vale la pena echarle un vistazo. Libro "El Héroe" por Baltasar Gracián.
http://es.wikisource.org/wiki/El_h%C3%A9roe:Preliminares
http://es.wikisource.org/wiki/El_h%C3%A9roe:Preliminares
Estar borracho y vomitar arroz por la nariz.
La idea era tener una noche española. Entre Julio y yo haríamos la paella, compraríamos todo y nos encargaríamos de prepararla en casa. Ramón, Romina, Marcos, Nadia y Victoria se encargarían de traer la bebida; buen vino de borgoña, Whyski doce años y algún vino dulce para el postre. No escatimaríamos en gastos. Hacíamos esto por lo menos dos veces al año, gastar y comer como si nos sobrara el dinero, que tampoco nos faltaba. Victoria también se encargaría de traer un par de cigarros, cortesía del humidor de su padre. Estas noches se esperaban con ansia y le daban sentido a trabajos desagradables y privaciones extraordinarias.
Todos llegaron temprano, como a las siete, nosotros no habíamos empezado a hacer nada y no teníamos ganas de iniciar, de esta manera estiraríamos la velada hasta la madrugada. Habíamos conseguido películas de Alex de la Iglesia y nos sentamos a ver una hasta que los chicos casi nos ruegan de rodillas, o los golpes, que empezáramos a cocinar. Julio y yo somos estudiantes de gastronomía, por eso éramos los encargados de la cocina. Cuando empezamos a eso de las ocho y pico ya habían volado dos botellas del Borgoña. Dos cajas, seis botellas por caja, quedaban diez.
La paella es cuestión de tacto y paciencia, yo tenia tacto y Julio paciencia, habíamos decidido hacerla solamente de mar pese a las protestas de algunos, el toque especial y lo que en parte encareció la jornada fueron las vieiras, las compre en abundancia y sin duda le daban un toque especial a la comida. Estuvimos en la cocina por tres horas y dos botellas más, los chicos vieron otra película, Crimen Ferpecto, y se acabaron todo el salame y el queso de mi nevera. Ellos se tomaron tres botellas.
La comida fue estupenda, no habían parejas entre nosotros, aunque de apoco se veía que se querían formar, o por lo menos algunos queríamos. Siempre me había gustado Victoria, al único en el grupo gracias a Dios. Victoria tiene la piel blanca, los ojos marrón claro, el cabello castaño, ondulado casi en rizos, unas cejas gruesas que no se depila, labios finos, es callada y tiene una ternura natural que se desborda cada vez que contesta el teléfono, con suavidad, a veces lo agarra con las dos manos cuando habla, como ocultando un secreto. Esa noche nos miramos tanto, que hablar, hubiera sido estúpido, nos disfrutamos tanto en silencio que una palabra hubiera sido prepotente. Recuerdo que en la cocina, por unos segundos la bese.
Habíamos terminado de comer y nadie quería recoger, ella se ofreció a ayudarme y entre los dos levantamos la mesa. Victoria estaba poniendo los últimos platos en el fregadero y me acerque por detrás, hundí mi rostro en sus rulos, a la altura de su cuello y aspire aparatosamente. Yo ya estaba plenamente borracho. Sentí su piel erizarse y se volteo suavemente con la mirada en el suelo. Le tome el rostro por la barbilla, se lo alce levemente y la bese, mordisqueando con mis labios los suyos. Me correspondía, nuestro aliento caliente y mostoso se fundía en un campo de margaritas. Una estruendosa carcajada nos saco del trance, nos miramos y sonreímos, unimos nuestras frentes y la punta de nuestras narices se tocaban. Le di un gran abrazo y después baje mis manos y cariñosamente le pellizqué las nalgas con la mano completa. Ella me regalo una gran sonrisa y un mordisco en el cuello, con un ligero rugido. Nos unimos al grupo. Todo sin decir una sola palabra.
Empezamos a tomar whyski, solo tomábamos Marcos y yo, los otros se apegaban a un par de botellas de vino que quedaban y Nadia y Romina al café. Victoria tomaba vino, muy suavemente, agarraba la copa con las dos manos y se la llevaba a la boca con la mano derecha, daba pequeños sorbos. Pusimos otra película de Alex, esta vez La comunidad, y de apoco otros se unieron a la bebida de trigo, encendimos los cigarros y yo saque los Borrachuelos, nuevos para muchos, eran cortesía de mi madre para la velada. Divinos Borrachuelos llenos de almíbar.
Victoria me seguía mirando y yo a ella. Tenia que reprimir mi boca, ya que cada vez estaba más borracho y libre, pero tenia que contenerme si quería que todo siguiera siendo tan perfecto. Entonces pasó, me fui, era mi cuarto whyski, me di cuenta que no tenia control de nada, mis movimientos eran totalmente erráticos, mis pies fallaron al buscar la mesa, marcos dormía a mi lado y Ramón y Nadia se besaban, Victoria veía la película y de vez en cuando me echaba una mirada.
Me paré con mucho cuidado, tropecé con el sillón, escuche un par de bromas y llegue al baño. Vomite, todavía mis rodillas no habían llegado al suelo y un gran chorro de vomito salio expulsado de mi cuerpo, algunos granos de arroz llegaron a mi nariz. Me arrodille y otra oleada hizo de las suyas, más arroz por la nariz. Espere un minuto en el piso. Me sentí terriblemente mal por las vieiras, gracias al cielo habían sobrado unas pocas y mañana podría comerlas con gusto. Limpie el baño y me limpie lo mejor que pude, había pasta de dientes así que pude hacer algunas gárgaras. Cuando salí la película había terminado, los chicos charlaban en silencio y toda la sala estaba oscura. Me senté al lado de Victoria y apoye mi cabeza en sus rodillas me empezó a acariciar el pelo, con increíble ternura, en poco tiempo me quedé dormido.
Todavía estamos juntos.
Todos llegaron temprano, como a las siete, nosotros no habíamos empezado a hacer nada y no teníamos ganas de iniciar, de esta manera estiraríamos la velada hasta la madrugada. Habíamos conseguido películas de Alex de la Iglesia y nos sentamos a ver una hasta que los chicos casi nos ruegan de rodillas, o los golpes, que empezáramos a cocinar. Julio y yo somos estudiantes de gastronomía, por eso éramos los encargados de la cocina. Cuando empezamos a eso de las ocho y pico ya habían volado dos botellas del Borgoña. Dos cajas, seis botellas por caja, quedaban diez.
La paella es cuestión de tacto y paciencia, yo tenia tacto y Julio paciencia, habíamos decidido hacerla solamente de mar pese a las protestas de algunos, el toque especial y lo que en parte encareció la jornada fueron las vieiras, las compre en abundancia y sin duda le daban un toque especial a la comida. Estuvimos en la cocina por tres horas y dos botellas más, los chicos vieron otra película, Crimen Ferpecto, y se acabaron todo el salame y el queso de mi nevera. Ellos se tomaron tres botellas.
La comida fue estupenda, no habían parejas entre nosotros, aunque de apoco se veía que se querían formar, o por lo menos algunos queríamos. Siempre me había gustado Victoria, al único en el grupo gracias a Dios. Victoria tiene la piel blanca, los ojos marrón claro, el cabello castaño, ondulado casi en rizos, unas cejas gruesas que no se depila, labios finos, es callada y tiene una ternura natural que se desborda cada vez que contesta el teléfono, con suavidad, a veces lo agarra con las dos manos cuando habla, como ocultando un secreto. Esa noche nos miramos tanto, que hablar, hubiera sido estúpido, nos disfrutamos tanto en silencio que una palabra hubiera sido prepotente. Recuerdo que en la cocina, por unos segundos la bese.
Habíamos terminado de comer y nadie quería recoger, ella se ofreció a ayudarme y entre los dos levantamos la mesa. Victoria estaba poniendo los últimos platos en el fregadero y me acerque por detrás, hundí mi rostro en sus rulos, a la altura de su cuello y aspire aparatosamente. Yo ya estaba plenamente borracho. Sentí su piel erizarse y se volteo suavemente con la mirada en el suelo. Le tome el rostro por la barbilla, se lo alce levemente y la bese, mordisqueando con mis labios los suyos. Me correspondía, nuestro aliento caliente y mostoso se fundía en un campo de margaritas. Una estruendosa carcajada nos saco del trance, nos miramos y sonreímos, unimos nuestras frentes y la punta de nuestras narices se tocaban. Le di un gran abrazo y después baje mis manos y cariñosamente le pellizqué las nalgas con la mano completa. Ella me regalo una gran sonrisa y un mordisco en el cuello, con un ligero rugido. Nos unimos al grupo. Todo sin decir una sola palabra.
Empezamos a tomar whyski, solo tomábamos Marcos y yo, los otros se apegaban a un par de botellas de vino que quedaban y Nadia y Romina al café. Victoria tomaba vino, muy suavemente, agarraba la copa con las dos manos y se la llevaba a la boca con la mano derecha, daba pequeños sorbos. Pusimos otra película de Alex, esta vez La comunidad, y de apoco otros se unieron a la bebida de trigo, encendimos los cigarros y yo saque los Borrachuelos, nuevos para muchos, eran cortesía de mi madre para la velada. Divinos Borrachuelos llenos de almíbar.
Victoria me seguía mirando y yo a ella. Tenia que reprimir mi boca, ya que cada vez estaba más borracho y libre, pero tenia que contenerme si quería que todo siguiera siendo tan perfecto. Entonces pasó, me fui, era mi cuarto whyski, me di cuenta que no tenia control de nada, mis movimientos eran totalmente erráticos, mis pies fallaron al buscar la mesa, marcos dormía a mi lado y Ramón y Nadia se besaban, Victoria veía la película y de vez en cuando me echaba una mirada.
Me paré con mucho cuidado, tropecé con el sillón, escuche un par de bromas y llegue al baño. Vomite, todavía mis rodillas no habían llegado al suelo y un gran chorro de vomito salio expulsado de mi cuerpo, algunos granos de arroz llegaron a mi nariz. Me arrodille y otra oleada hizo de las suyas, más arroz por la nariz. Espere un minuto en el piso. Me sentí terriblemente mal por las vieiras, gracias al cielo habían sobrado unas pocas y mañana podría comerlas con gusto. Limpie el baño y me limpie lo mejor que pude, había pasta de dientes así que pude hacer algunas gárgaras. Cuando salí la película había terminado, los chicos charlaban en silencio y toda la sala estaba oscura. Me senté al lado de Victoria y apoye mi cabeza en sus rodillas me empezó a acariciar el pelo, con increíble ternura, en poco tiempo me quedé dormido.
Todavía estamos juntos.
¿Quién es el valiente?
En un pequeño ensayo, o confesión, o cuento verdadero, Roberto Bolaño habla de sus días como ladrón de libros, y habla en un momento de los libreros, y dice de la vez que un librero le preguntó si le recomendaría un libro a un condenado a muerte o si sabría que libro recomendar, mientras él salía de la librería el librero se lo gritaba, o decía, a mi me gusta imaginármelo gritando, "Quién es el gallito capaz de semejante hazaña?", refiriéndose por supuesto a recomendarle un libro a un condenado a muerte. Ni Roberto, en ese momento, ni el librero, sabían o se atrevían a recomendar. Yo sí sabría, sin ego y con soltura, sin dudas y con aprecio, le diría al condenado, "hombre a este mundo llegamos llorando, salga riendo, lea "La conjura de los necios".
Padres e hijos.
El hijo hereda los pecados del padre, no porque la gracia divina los transmita, sino porque al educarlo lo forma con sus carencias, le trasmite su valores y su manera de pensar y ver el mundo, y ahí están las faltas, los pecados, las frustraciones. En esto no hay religión, hay solo naturaleza. Dar y recibir conocimiento, transmitir con actitudes, generar queriendo o sin querer solo por estar en tu casa. Acá dejo un libro excelente que va más allá de los tiempos, que puede ver una generalidad en un animal que dejó el sonido para guardarse en el significado, el grito por la palabra.
Ver
Hay que ver. Abrir la conciencia, nada más. Al abrir la conciencia tu situación toma perspectiva, esa perspectiva te ayuda a ver con más claridad, por supuesto cuanto más y mejor ves, mejor te puedes mover. En ver hay comparación, hay medida y hay belleza.
Me levanto temprano, la temperatura es menos un grado y bajando, igual tengo que salir un poco, pagar, actuar, caminar y dejar la vida sedentaria. Voy bien abrigado, no tengo problemas de vestimenta, mientras camino me preocupa que solo puedo pagar una de cuatro facturas, la humedad del techo de mi casa, que cada vez es más grande y parece tomar vida y que mi ultima novela todavía no encuentra casa, igual disfruto caminar sobre la nieve y ver las calles vacías. Entro al correo, ahí pago, antes de salir, mientras me pongo los guantes, veo un póster que lee "Ayúdenos a encontrarlos", unas treinta fotos de niños entre uno y quince años perdidos completan la imagen. Se ve.
Una ves más como tantas otras veces en el día, agradezco que soy el hombre con más suerte en el mundo, no por lo que tengo, sino por lo que puedo ver.
Me levanto temprano, la temperatura es menos un grado y bajando, igual tengo que salir un poco, pagar, actuar, caminar y dejar la vida sedentaria. Voy bien abrigado, no tengo problemas de vestimenta, mientras camino me preocupa que solo puedo pagar una de cuatro facturas, la humedad del techo de mi casa, que cada vez es más grande y parece tomar vida y que mi ultima novela todavía no encuentra casa, igual disfruto caminar sobre la nieve y ver las calles vacías. Entro al correo, ahí pago, antes de salir, mientras me pongo los guantes, veo un póster que lee "Ayúdenos a encontrarlos", unas treinta fotos de niños entre uno y quince años perdidos completan la imagen. Se ve.
Una ves más como tantas otras veces en el día, agradezco que soy el hombre con más suerte en el mundo, no por lo que tengo, sino por lo que puedo ver.
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