- Me juego todo por la mirada de esa
Morena.
- No me cabe duda.
- Mira lo que es esa mujer, mira como
ve.
- Es muy linda si, pero nada más.
- Hay que ser de piedra, por Dios, si
es que te estruja la medula con la mirada. Ni siquiera es tan linda,
es flaca, nada más, y tiene mucho maquillaje, pero mantiene esos ojos arriba, que cosa más linda.
- Exagerado, hey, a dónde vas.
- A hablar con ella.
- Tranquilo hombre.
- La tranquilidad es para los muertos y
yo todavía estoy vivo.
- Ah, te cagaron.
- Si, no importa espero a que dejen de
comer, mejor, así la veo un poco más.
- Bueno, disimula un poco.
- Claro claro. Mira como come, esa
mujer es una bestia en la cama.
- Si, come bien. Pidamos otro trago. Te
pones como un animal.
- Soy un animal. Ya bastante me cuesta
estar acá sentado, calmando las ganas con alcohol, me aguanto todo,
los culos, las tetas, los rulos, lo que quieras, pero esa mirado es
demasiado animal, aguanto lo que quieras y no me muevo, pero eso, eso
es demasiado. Ver todo el tiempo el objeto de deseo y comportarse es
una cosa, pero eso de la mirada es otro mundo, otra galaxia, otra
profundidad, ahí no me controlan y soy libre.
- Venga. Tragos.
- Tragos.
- Te vuelves loco hombre. Así te
pusiste con la que cocinaba raro y mira como te fue. En una fiesta,
una vez la viste cocinar y eso fue todo.
- Esa mujer cocinaba que era un
encanto, cero receta, totalmente instintivo, delineaba con dos o tres
cosas y se mandaba.
- Si, si.
- Resolvía los problemas en el
momento, el pollo medio duro, lo tostaba, y hacía una salsa rápido,
el arroz se le estaba pasando, aceite de oliva fuego al máximo un
segundo y adiós problemas, un poquito más acá, más fuerte, más
suave, era una maravilla, nada la sorprendía, y encaraba todo, una
caradura.
- Si, nunca un plato igual esa mujer.
- Una Artista.
- Una psicótica! y te fue muy mal!
como te hizo llorar esas mujer, y ahora te vas con una mirada bonita,
tal vez te llama la atención porque te quiere matar, te debe odiar y
todavía no te conoce, y eso es lo que te calienta.
- Oye hombre, qué te pasa, cuál es la
hostilidad.
- Nada. Bueno si, que ya se ve que no
vamos nada al cine y si vamos ya sé de que vamos a hablar.
- De lo que siempre hablamos.
- Si, de qué más, de mujeres.
- Mira, que bocados, esta te deja seco.
- Dale, esa es tu linea de entrada.
- ¿Linea de entrada?¿Cuantas veces al
día piensas que esa mujer dice que no?
- Tres, cuatro veces que tiene que
decir literalmente que no, después unas tres o cuatro más que
directamente ignora, todos los días.
- Y cuántos tipos debe tener a los que
no les dice que no, pero tampoco que si, de esos que mantienen ahí.
- Debe manejar unos diez tipos.
- Por lo menos.
- Estamos muy en desventaja amigo
- Muy en desventaja ¿qué crees que
haría falta para que diga que si?
- Nada. Esa mujer se viene limpiando
hombres desde los trece años, olvídate, ya lo escuchó todo y lo vio
todo, no tienes nada frente a ella, y si lo tuvieras no lo podrías
mantener.
- No.
- Anda con la verdad y que ella elija.
- No hay otra, es esa, nada más,
siempre eligen ellas igual.
- Pero no exageres esta vez, dosifícale
la verdad, no le digas que te gusta como come.
- Pero tu mismo lo acabas de decir,
por qué andarme con medias tintas, que vea lo que hay de una y listo.
- Mira, ella ya sabe.
- Si, esta sabe todo.
- Pues entregue, no tienes otra.
- Ninguna otra, voy y le muestro la
pancita.
- No literalmente por favor.
- Me encantaría mostrarle la pancita.
- Lo sé.
- A que pide tremendo postre, y con eso
ya sé que no se me escapa sin que por lo menos pueda decirle algo.
- A qué no.
- La próxima cerveza a que sí.
- Juego. Esa está a dieta. La amiga no
está nada mal.
- Eso, vamos, levante que ayuda. La
amiga es más linda todavía, es hermosa directamente.
- Soy un poco más lento ya sabes. Y si
es muy linda.
- Es más linda.
- Si, es más linda.
- Claro, si esa Morenaza lo que tiene
es una bazooka por mirada. La otra carga armamento pesado por todos lados.
- Yo voy tranquilo.
- Lo sé, pero si la idea es
conocerlas. Los dos estamos de viaje, yo voy con un poco más de
entusiasmo eso es todo.
- Si con la pancita al aire. ¿Te está
mirando?
- Nos estamos mirando.
- ¿Y mantiene?
- Obvio que mantiene. Ojalá que no
pase nada porque esta mujer me va a hacer sufrir. ¿Estás adentro?
- Estoy.
- Listo. Mira postre!
- Suerte.
- Esperemos que continúe.
- Adiós cine.
- Ojalá. Y sea lo que sea, un encanto
haberme cruzado a esta mujer, ya con lo que me ha dado estoy satisfecho.
- Una mirada, eso es todo, sales barato.
- Al contrario amigo, al contrario.
- Es verdad. Terminamos esto y vamos.
- No y que tranquilo, que terminen en paz, pidamos esa cerveza que me gané y vamos.
- La amiga está buena.
- Eso campeón, a sacar la pancita.