Porque el amor es claridad, algo que no tiene segundas intenciones, intereses o agendas.
Cuanta más claridad hay, más amor se puede dar.
Para ser claro hay que confiar, para confiar no hay que tener miedo.
Quien tiene miedo no puede amar.
No puedes ser claro con los demás si no te conoces.
Cuanto más te conoces, más claro puedes ser.
Conocerte significa confiar en ti mismo.
Para confiar en ti mismo, no puedes tenerte miedo.
Para no tenerte miedo, te tienes que amar.
Cuanto más te amas, más claridad consigues.
Todo es un camino de ida y vuelta.
Transitas la ida para darlo de vuelta.
Dejas de tenerte miedo y empiezas a amarte, te empiezas a conocer, eres claro contigo mismo, te amas para dar amor, que es claridad, demostrado con confianza, gracias a la ausencia de miedo.
Una canción.
Ella me pidió que le tocara algo, y
claro, por qué no, era excelente compañía, la charla durante la
comida había sido fluida, el sexo libre, ahora estábamos tirados
hablando de música y ella quería escuchar como tocaba, si claro,
por qué no. Armé el instrumento que todavía estaba guardado de la
noche anterior, tudel, boquilla, la caña todavía nueva. Le pregunté
si quería escuchar algo en particular y me dijo que le daba lo
mismo, que no sabía. Agarré mi carpeta de partituras, siempre
gigante y desordenada, es muy difícil tener las partituras
ordenadas, por lo menos para mí, siempre están sueltas, mezcladas,
se pierden entre ellas, abrí al azar la carpeta y saltó como una
bofetada, un salto en agua fría o ambos al mismo tiempo, la canción
de ella. Hace meses, tal vez hasta un año que no veía esa canción.
La única canción que escribí completa, y la hice para ella, y
ahora saltaba, con otra mujer desnuda en mi cama pidiéndome que
tocara algo, y toda la información se me descargó de golpe. Ella no
tenía copia de la canción, nunca me la pidió por escrito, nunca me
pidió que la grabara, nunca me pidió que la tocara.
Sostuve por un segundo la partitura y pensé en lo mucho que me costó
escribirla, pensarla, trabajarla, las horas que pasé con mi profesor
perfeccionando los tiempos, encontrando las notas, cuando la terminé
el tiempo que pasé corrigiéndola, interpretando los movimientos de
ella, su manera de ser, viendo si le había hecho justicia con lo que
había escrito, con las notas que había escogido. Sostenía la única
copia en mi mano, fue un regalo que di y quedó en la nada misma.
Comprendí el nivel de amor que tenía que tener hacía una persona
para hacer ese trabajo, me alegré de haberlo hecho. Puse la hoja de
nuevo en el desorden y encontré algún standard que serviría para
la ocasión. La toqué y después hice un poco lo mío, desorden,
ambas cosas fueron bien recibidas. Dejé el instrumento y volví a la
cama, abracé el cuerpo caliente, maravilloso, infinito, y supe que
no la volvería ver.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Almas gemelas.
- ¿Existen las almas gemelas? - Si. - ¿Cómo se encuentran? - No se encuentran, se reconocen. - ¿Cómo se reconocen? - Cuando dejas de mi...
-
El Universo se experimenta a través de ti, el agua es perfecta, pero no sabe lo que es mojado, el sol brilla, pero no sabe lo que es luz...
-
Quien no los conozca, que lo haga. Màs que necesario, placentero. Y si se quiere, y se disfruta y se conoce, algo de poesia, con una simple ...
-
Huimos de la incertidumbre, pensamos en reglas en planes, en cálculos y trayectorias, de todo solo tenemos posibilidades. Acciones que marca...