Cuando uno dice YO SOY DIOS, el ego
activa un mecanismo de defensa que es la vanidad, o su otra cara la
humildad. El ego activa este mecanismo de defensa porque está siendo
atacado y está siendo derrotado con esa frase, ya que el ego vive de
la comparación, de las medidas, de los limites, del miedo (que es
límites) y Dios, cuando uno lo entiende, no como una cosa o una
persona, sino como energía, luz blanca infinita, no tiene
limites, no tiene comparaciones, no tiene mediciones. Entonces el
ego se disuelve, no existe, está deshecho, y como el ego es un
sistema, y la característica principal de todo sistema es
preservarse a si mismo, el ego se defiende para preservarse, entonces
activa mecanismos de defensa, y uno piensa "yo no puedo ser
Dios", o "es vanidad si pienso que soy Dios" o algún
otro"yo soy" que suplante el YO SOY DIOS que no lo incluye
a él.
Así que bueno, cuando uno piensa o dice YO SOY DIOS, no hay
que preocuparse frente a ese sentimiento que surge, que no es
vanidad, o humildad, o miedo, es felicidad, una felicidad nueva, una
felicidad que permite entender que uno ya no es nada, porque es
parte del todo, y el ser se está regocijando de otra manera, una
manera nueva, y la mente y el ego se van a defender, porque ellos
están hechos de limites, y cuando dices YO SOY DIOS estás eliminando todos los limites, aceptas que no eres nada, porque eres
parte del todo.
Más allá de que uno crea en Dios o no, sí se sabe que el ego existe, y que es el responsable de gran parte del sufrimiento que vivimos actualmente, cualquier cosa que disipe su control es bienvenido. YO SOY DIOS, y no soy nada.
1 comentario:
Bellisima disertacion.Profunda y a la vez simple,pero definitivamente no fácil de aceptar.
Gracias
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