- De los años posteriores al accidente, tengo entendido que
estuvo en rehabilitación un tiempo. No sabemos mucho de esa época, es un
espacio en blanco.
- Yo tampoco recuerdo mucho. Me parece que ese fue el tiempo
en el que volví a vivir con mis padres.
- Alguna victima esos años.
- Victima? Hay victimas todos los años, en todas partes.
- Asesinó a alguien durante esos años?
- No. Ya lo dije, el primero fue el primero, punto.
- Qué recuerda de esos años?
- Ya le dije que no recuerdo mucho. Recuerdo una cosa, que
recordé por primera vez mientras asesinaba a la mujer del viejo Rosas yo
- Su tercera victima.
- Tienes una desagradable costumbre de interrumpir,
raro, porque se supone que me quieres escuchar, como todo profesional
resulta que eres un mediocre en la práctica.
- Disculpe, continúe.
- Bueno, recuerdo que estaba entrando tarde a mi casa, había
salido a caminar por el barrio, la ventana de mis viejos daba al pasillo de
entrada, y era de madrugada, yo estaba entrando y lo escuché a mi viejo hablar,
decía que a él lo que le hubiera gustado hacer era quemar iglesias, hacer una
revolución. Mi viejo jugó la cartas que le repartieron, trabajó y se dejó
llevar por la corriente, nunca estuvo preso, nunca tuvo problemas con la ley,
nunca se peleo con un vecino, iba tan fácil a dónde le proponían, no imponía su
paso, impresionante cómo logró reprimir a tal nivel sus verdadero ser, me dio mucha pena,
pensar que alguien había caído tan lejos de sus deseos, de sus propósitos, me
dio lastima que alguien viera el pasado y encontrara pesar. Me dan lastima las
vidas desperdiciadas, las vidas que no han llegado a ser.
- Es una contradicción no le parece. Porque gracias a usted
muchas vidas no han llegado a ser. Cómo puede hacer algo que lo hace sentir
mal?
- En serio? esa es tu pregunta. Qué te crees que porque soy
un asesino no tengo sentimientos, que estoy exento de la condición humana. No eres una persona muy inteligente.
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