Agustina

            La historia es la de la mujer, Agustina, esa pobre mujer que se sentaba en su casa todos los santos días, frente a la tele, tomando mate y comiendo facturas. Esta pobre mujer que al contrario de lo que usted ya esta pensando, no es gorda, tampoco es flaca o anoréxica o bulímica ni nada que tenga que ver con vomitar y estar gordo. Agustina es una mujer normal, un poco ancha de caderas, culona, y de busto no muy grande. Ve todo lo que pasa en la tele y no ve programas boludos, nada de concursos de baile, o chismes de la tele, o series ridículas de media hora, ella ve documentales, y ve noticieros y ve entrevistas, ella ve programas de cultura y conocimiento, y esta todo el día mirándolos. Se podría decir que Agustina estudia a través de la televisión. Agustina no es muy grande, hasta joven se podría decir, tiene 34, no tiene novio y no tiene hijos, vive con sus padres, que la quieren y no le reprochan nada, se podría decir que viven contentos. Agustina como se podrán imaginar, es muy culta, ya que con tanto programa y tantos canales, es mucho lo que ve y por ende mucho lo que escucha y mucho lo que se le queda. Agustina, la mujer culona, muchos afirman muy linda casi bella, culta, sentada todo el día en su casa viendo la televisión.  

Quiero llegar a algún lado.


Es, al menos, razonable.

Eso de, quiero llega a algún lado, es un grito entendible, un reclamo justo.

Hasta el más logrado de los conformistas, entiende el llamado de la llegada.

La inconformidad, el gen alienígena, el que genera el arte, el entretenimiento, la deuda y la angustia, inconformidad que nos aleja con la creación de nuestro propio lenguaje, un lenguaje no natural, no biológico.

En la naturaleza no hay error. La inconformidad es un error. El hombre o no es natural o se salió de ella, de cualquier modo, hay un distanciamiento.

Quiero llegar a algún lado, gritó el conductor cansado y nervioso, y solo, sobre el cemento y entre chatarra combustible, leyes de transito y de física. Perdido. Un hombre perdido quiere llegar a algún lado, también un hombre con metas, también uno con inseguridades, sobre todo un hombre inconforme.

Decidieron por nosotros que había o no un Dios, que es bueno y con quien, en que tengo que gastar mí tiempo, cual es mi lenguaje. Entre lo que me dieron y lo poco que puedo conseguir hay un espacio, entre lo que soy y quiero ser hay otro, un tercero entre lo que me dicta mi naturaleza y lo que ordena la cultura. 

Espacios dentro de uno. Inconformidad, no conforme, no con forma, figura con espacios, no solida, no definida, alejada del modelo.

Qué modelo.

Alejado de la naturaleza.

Quiero llegar a algún lado, grita desesperado el hombre dentro de su impotencia.

Tal vez,

Quiero volver a la forma. 

Almas gemelas.

- ¿Existen las almas gemelas? - Si. - ¿Cómo se encuentran? - No se encuentran, se reconocen. - ¿Cómo se reconocen? - Cuando dejas de mi...