Publicado originalmente ( Junio 08, 2010)
Dios: Te concedo una de estas dos: ¿Qué prefieres, riquezas o sabiduría?
Hombre: Sabiduría, por supuesto, Dios todo poderoso.
Dios: Concedido. ¿Cómo te sientes?
Hombre: Como un boludo, tendría que haber elegido la guita.
Eco.
La historia se repite por internet
con la correspondiente distorsión que genera ese eco subjetivo, que
rebota y se repite no con la frialdad matemática de la acústica, sino con la cálida interpretación de lo humano. Nada es claro, ni
la fecha, ni el lugar, y como ocurre generalmente con estas historias de la antigua Grecia, la gente se toma licencias. Es más, en algunos lugares, le adjudican la
historia a otro período y a otros personajes, en algunos a Groucho Marx, y en otros, a Rumi. Pero la mayoría parece estar de acuerdo en que ocurrió en un jardín
y bajo una parra, y que fue así:
Un estudiante se acerca a Epicuro, que estaba en su jardín y bajo una parra, y
le pregunta: "Maestro, por algún lado tiene que comenzar todo,
¿Cuál es el primer paso hacia la iluminación?". A lo que
Epicuro le contesta: "Reírse de uno mismo".
La vida.
Siempre me sorprende ese graffiti,
dormido en la piedra, se me olvida que está ahí, y está bien,
porque de esa manera me da placer, y para mí llegar hasta ahí es ya
un placer, así suma mucho, porque antes no iba, no llegaba, estaba
lejos, pero bueno, ahora hago un esfuerzo más grande, y llego, y es
hermoso.
Las piedras, las olas, el mar. De
un lado el puerto protegido, con aguas calmas y embarcaciones de todo
tipo, del otro el mar abierto, fuerte, poderoso, entretenido, si voy
por la mañana plateado, si voy por la tarde azul y si voy por la
noche negro.
Me gusta llegar hasta el fondo de
ese caminito artificial, constantemente me maravillo del hombre y sus ideas
y sus máquinas, y lo que construye. Invariablemente hay pescadores, por lo
menos uno. Y me voy hasta la esquina y me siento un ratico, a ver
como las olas rompen y la espuma salta.
Y de vuelta lo veo, y después se
me olvida que está ahí, a lo mejor con esto ya no me olvido. Quién
sabe quién y cuando, y que fuerza movió a esa persona hacia ese valiente grito, pero bueno, yo lo acepto y lo celebro, y leo, al
costado de la piedra, en negro, sin pretensiones:
"La vida es
bella
vívela!"
.
Siempre.
Cuando los ríos sean radiactivos,
y los niños nazcan con tentáculos,
y la comida sea de plástico,
y finalmente ya no tengamos control,
alguien,
en algún lugar,
agarrará una pedazo de latón y un
palo:
y
hará
música.
La Cocina.
Más
que el amor;
y
su
cantidad
infinita
de
definiciones
ambiguas.
O
que el odio;
y
su
unidireccional
sentido
de
justicia
destructiva.
Es
la
cocina,
con
su
capacidad
de
cambiar
lo
que
somos,
pasa,
y
pasará,
la
que
nos
hace
más
distintos
a
los
otros
animales.
Querida Vecina
(Publicado originalmente, Lunes, 7 de julio de 2014)
Como soy el “escritor” del barrio, un vecino me trajo un documento para su corrección, me dijo que tenía que dar, esa fue su palabra, dar una carta, y que se quería asegurar de que estuviera correcta, yo por supuesto no soy quién para corregir nada a nadie, pero por intriga le dije que sí, que me la dejara y que en un rato se la llevaba a su casa, él obviamente se fue desilusionado ya que esperaba una operación inmediata, pero yo aludí tareas domesticas impostergables y como esto se entiende en las soledades del pueblo, el hombre aceptó, me agradeció y partió para su casa a unos escasos cuatrocientos metros. Sé que el hombre no tiene computadora y como es hombre mayor lejos está de aprender o entrar en el internet, así que me tomo una licencia y publico su carta. Es esto una violación de su intimidad, si, es esto una bajeza de mi parte, si, pero me justifico en el hecho de que me entregó la carta abierta, y en ningún momento especificó que era de dominio privado. Transcribo palabra por palabra un documento que por supuesto, no necesita corrección.
“Querida vecina,
Perdoneme, pero que hago. Yo la quiero mucho a la perra. Esta conmigo desde bien cachorra días tenia cuando la agarre. La perra me hace compañia. Por falta de trabajo no termine el cierre me faltan materiales. Si ato a la perra se me pone triste y no come se queda parada con la cabeza gacha y me mira. Yo se que le ladra pero tambien se que no le muerde. Mi perra nunca mordio a nadie. Usted tiene razon la perra sale a su encuentro usted nada le hace. Yo hice el corralito en el fondo no se como se escapa. Usted me avisa y yo la guardo pero no le pegue. Yo no le saco razón pero tampoco le entrego privilegios.
A sus ordenes, el vecino de la casa amarilla. ”
Como soy el “escritor” del barrio, un vecino me trajo un documento para su corrección, me dijo que tenía que dar, esa fue su palabra, dar una carta, y que se quería asegurar de que estuviera correcta, yo por supuesto no soy quién para corregir nada a nadie, pero por intriga le dije que sí, que me la dejara y que en un rato se la llevaba a su casa, él obviamente se fue desilusionado ya que esperaba una operación inmediata, pero yo aludí tareas domesticas impostergables y como esto se entiende en las soledades del pueblo, el hombre aceptó, me agradeció y partió para su casa a unos escasos cuatrocientos metros. Sé que el hombre no tiene computadora y como es hombre mayor lejos está de aprender o entrar en el internet, así que me tomo una licencia y publico su carta. Es esto una violación de su intimidad, si, es esto una bajeza de mi parte, si, pero me justifico en el hecho de que me entregó la carta abierta, y en ningún momento especificó que era de dominio privado. Transcribo palabra por palabra un documento que por supuesto, no necesita corrección.
“Querida vecina,
Perdoneme, pero que hago. Yo la quiero mucho a la perra. Esta conmigo desde bien cachorra días tenia cuando la agarre. La perra me hace compañia. Por falta de trabajo no termine el cierre me faltan materiales. Si ato a la perra se me pone triste y no come se queda parada con la cabeza gacha y me mira. Yo se que le ladra pero tambien se que no le muerde. Mi perra nunca mordio a nadie. Usted tiene razon la perra sale a su encuentro usted nada le hace. Yo hice el corralito en el fondo no se como se escapa. Usted me avisa y yo la guardo pero no le pegue. Yo no le saco razón pero tampoco le entrego privilegios.
A sus ordenes, el vecino de la casa amarilla. ”
Suero para mi.
(publicado originalmente: lunes, 1 de marzo de 2010)
Estoy en la calle, en el piso mis libros, puesta mi remera de “No a la minería contaminante” y mi mameluco naranja, molesto a todo el que puedo, tengo que vender libros, Filosofía Momento sale por cinco p, Suero esta en promo a veinte y te regalo Filo, una ganga, ya tarde a la noche, después de unas seis horas, me siento a descansar un rato, se acerca una pareja con su hija, toman un libro, les pregunto si les gusta leer e intento la venta, la chica dice que si y empieza a leer Suero, termina el primer párrafo y se ríe, lo lee en voz alta, “Comisaría 30, Chacras de Coria, Lujan de Cuyo, Mendoza. En la celda inferior esperan sentados en el suelo, agradablemente fresco después de un caluroso día de verano, un estado unidense un peruano y un español. Están presos por violar la ley 14.346, articulo 3, sección 8 del código penal argentino. El Peruano acaricia algo en su bolsillo.” el hombre también ríe, la mujer me pregunta cuantas veces estuve adentro, nunca le digo, yo estuve ahí tres veces contesta, el hombre me pregunta que cuantas veces estuve preso, le digo que ninguna, él me dice que él mucho más de tres, veo sus tatuajes, no tienen la calidad de los míos hechos en un Shopping, la mujer dice que ella escribe, por el momento lo más lindo que ha hecho fueron unos “versos” cuando nació su hija. No les alcanza para comprarme un libro, se los regalo, pensando, que buenos escritores serian todos los que no escriben, que diferencia tan grande entre el que cuenta y el que inventa.
Estoy en la calle, en el piso mis libros, puesta mi remera de “No a la minería contaminante” y mi mameluco naranja, molesto a todo el que puedo, tengo que vender libros, Filosofía Momento sale por cinco p, Suero esta en promo a veinte y te regalo Filo, una ganga, ya tarde a la noche, después de unas seis horas, me siento a descansar un rato, se acerca una pareja con su hija, toman un libro, les pregunto si les gusta leer e intento la venta, la chica dice que si y empieza a leer Suero, termina el primer párrafo y se ríe, lo lee en voz alta, “Comisaría 30, Chacras de Coria, Lujan de Cuyo, Mendoza. En la celda inferior esperan sentados en el suelo, agradablemente fresco después de un caluroso día de verano, un estado unidense un peruano y un español. Están presos por violar la ley 14.346, articulo 3, sección 8 del código penal argentino. El Peruano acaricia algo en su bolsillo.” el hombre también ríe, la mujer me pregunta cuantas veces estuve adentro, nunca le digo, yo estuve ahí tres veces contesta, el hombre me pregunta que cuantas veces estuve preso, le digo que ninguna, él me dice que él mucho más de tres, veo sus tatuajes, no tienen la calidad de los míos hechos en un Shopping, la mujer dice que ella escribe, por el momento lo más lindo que ha hecho fueron unos “versos” cuando nació su hija. No les alcanza para comprarme un libro, se los regalo, pensando, que buenos escritores serian todos los que no escriben, que diferencia tan grande entre el que cuenta y el que inventa.
Hojear y Ojear.
(Publicado originalmente 27 de Octubre, 2009.)
Dos bien. Lo mismo pero diferente. Ojear un libro está bien y Hojear un libro está bien. Dos palabras diferentes, el lenguaje, por fin, nos deja un espacio para el no error, para el escribirlo como quieras y que ambas estén bien. No, no son exactamente lo mismo, pero las usamos para lo mismo. Decir, "Voy a dejar de ojear este libro para hojear este otro". Los amantes de las letras, siempre sumergidos en palabras, encontramos, en las dos cosas que nos definen, un recreo, un punto de tranquilidad, esta no la pienses, este es tu pequeño premio, las dos cosas que te definen como lector, te dan este pequeño regalo.
Ojo.
Hoja.
De tarde.
Con el amigo Ricardo,
viendo el mar
y la luna.
Tomando mate y
comiendo chorizo.
Charlando al final
de una tarde calurosa.
Hablando de poesía,
de libros,
de padres
y de mujeres.
Que cosa la sensibilidad,
y que cosa la naturaleza,
y que cosa las divisiones del hombre,
y que cosa pensar que las cosas
terminan en guerra
y violencia,
pudiendo terminar en poesía.
La aspiradora.
Necesito una aspiradora. Tendría que
haber pensado en eso antes de mudarme, pero no lo pensé. Raro, me
gusta la limpieza, es importante para mí. Cómo no pensé en la
aspiradora. A lo mejor sí lo pensé pero no lo tuve en cuenta, no le
di la importancia que ameritaba, no calculé bien el peso que iba a
tener en el futuro. Hace tres meses ya que me mudé a este
departamento, desde entonces mi situación económica ha empeorado
drásticamente, en este momento una aspiradora es un lujo. El
departamento, exceptuando la cocina, está alfombrado. Una alfombra
ya gastada que parece que fue roja, o vinotinto, pero difícil saber
ya cuál fue su color original, tiene algunas manchas, obviamente
identificables. No calculé que en la pobreza lo mejor es la
sencillez, tendría que haber visualizado este momento, conseguir
algo más pequeño, con otros pisos, de otra manera. Las pelusas se
apilan en las esquinas, hay pedacitos de cosas blancas por todos
lados, pequeñas cositas, por todas partes. Tal vez si pudiera
limpiar todo mejor no sentiría tanto la opresión económica, y ahí
está el tema y ahí estoy estancado. Siento que tengo la dieta
reducida al límite, por el poco conocimiento que tengo sé que si la
modifico más voy a comenzar a tener problemas de energía, y salud
en general. Estoy comiendo muy básico, arroz, porotos, algún queso,
a veces leche. Mientras escribo esto pienso en la irrealidad de que
este momento pudiera haber llegado tan rápido, cómo puede ser que
esté en este cuarto, lleno de pelusas, diciendo que estoy comiendo
solo arroz, en este gran departamento, en pleno centro. Por suerte
estoy solo. En las películas siempre que un personaje está en
problemas se alegra de tener una familia que lo inspira a seguir
adelante. Yo no puedo más que agradecer mi soledad, no tener con
quién hablar de esta alfombra asquerosa es tal vez lo mejor de este
momento, no podría imaginar una situación más deprimente que hacer
cuentas para comprar una aspiradora sobre un plato de arroz. Una
noche llegué particularmente tarde del trabajo, encabronado por el
tren y la gente, y lo sucia que es la ciudad, y cuando llegué al
cuarto y vi la alfombra me puse tan loco que agarré un rollo de
cinta adhesiva y comencé a cortar y pegar mugre lo mejor que pude.
El problema fue que la cinta rápidamente se quedaba sin pegamento, y
no quedaba mucho, así que no pude hacer mucho, capturé las
partículas más obvias, pero en general no se logró mucho. Traté
de pedir una aspiradora a los vecinos y hasta coloqué un cartelito
en el lavadero, pero fue rápidamente removido y a todos los que le
he preguntado me contestan que no, que no tienen. En mi piso toqué
todas las puertas, con mucha vergüenza, y fui tratado con
hostilidad, disculpe las molestias, pero no tendrá una aspiradora
que me preste, al parecer es un artículo más personal de lo que
parece. El domingo es mi día libre, y le dedico un par de horas a
subir y bajar por las escaleras del edificio, muy lentamente,
prestando atención. Sé que voy a escuchar lo que necesito, y frente
a un encuentro infraganti, no van a poder negarme el préstamo. El
sonido de la succión me persigue como un viejo fantasma. Comprendo
que mi queja es burguesa, tengo alimento y casa y de alguna manera
eso tendría que ser suficiente para sentirse agradecido, y lo estoy,
pero no puedo alejar el tema de mi mente. Un compañero de trabajo me
dijo que me prestaba una, pero resulta que vive lejos, y ninguno de
los dos tiene auto, así que tengo que hacer el viaje en transporte
publico, y lo hice, dos veces, pero increíblemente dos veces nos
pasó algo que me impidió llevármela. El primer día comenzó a
llover, a cántaros, y su mujer que estaba embarazada y un poco
irritable, no permitió que el artículo dejara el hogar. La segunda
vez cuando llegué a la casa con un hermoso día de sol, me encontré
con que no había nadie, un vecino me informó, habían ido al
hospital, su mujer estaba por dar a luz. El principal problema de
esta obsesión: me está costando dormir. Quiero limpiar. Debo dos
meses de expensas, el máximo permitido antes de tener problemas
graves, que se muevan más allá de una llamada o un mail, si no
fuera por eso seguro me la compraría. He vendido cosas, pero cuando
las vendo me da culpa y termino cubriendo otras deudas que tengo o le
doy algo a algún amigo, no puedes ser tan mala persona y comprarte
una aspiradora si le debes plata a un amigo. Éstos últimos meses
han sido terribles, y yo necesito aspirar todo. Así que solo
encuentro una solución; rendirme por completo. Tengo que ir a la
fuente, cambiar mi personalidad, sentirme a gusto con las pelusas,
claudicar todo, no aferrarme a nada. La única manera que puedo
vislumbrar para salir de este lugar es pararme en otro lado, generar
un movimiento que no requiera recursos, perder. Esto es eso, una
carta de despedida, cuando termine esto pienso reírme de estás
palabras, releerlas y encontrarlas cómicas, es más, pensar que
alguien puede estar molesto por un par de pelusas, que idiotez,
pelusas. Malditas pelusas.
YO SOY DIOS.
(Opinión)
Cuando uno dice YO SOY DIOS, el ego
activa un mecanismo de defensa que es la vanidad, o su otra cara la
humildad. El ego activa este mecanismo de defensa porque está siendo
atacado y está siendo derrotado con esa frase, ya que el ego vive de
la comparación, de las medidas, de los limites, del miedo (que es
límites) y Dios, cuando uno lo entiende, no como una cosa o una
persona, sino como energía, luz blanca infinita, no tiene
limites, no tiene comparaciones, no tiene mediciones. Entonces el
ego se disuelve, no existe, está deshecho, y como el ego es un
sistema, y la característica principal de todo sistema es
preservarse a si mismo, el ego se defiende para preservarse, entonces
activa mecanismos de defensa, y uno piensa "yo no puedo ser
Dios", o "es vanidad si pienso que soy Dios" o algún
otro"yo soy" que suplante el YO SOY DIOS que no lo incluye
a él.
Así que bueno, cuando uno piensa o dice YO SOY DIOS, no hay
que preocuparse frente a ese sentimiento que surge, que no es
vanidad, o humildad, o miedo, es felicidad, una felicidad nueva, una
felicidad que permite entender que uno ya no es nada, porque es
parte del todo, y el ser se está regocijando de otra manera, una
manera nueva, y la mente y el ego se van a defender, porque ellos
están hechos de limites, y cuando dices YO SOY DIOS estás eliminando todos los limites, aceptas que no eres nada, porque eres
parte del todo.
Más allá de que uno crea en Dios o no, sí se sabe que el ego existe, y que es el responsable de gran parte del sufrimiento que vivimos actualmente, cualquier cosa que disipe su control es bienvenido. YO SOY DIOS, y no soy nada.
qué hago acá
maldita sea mi debilidad y esta verga
demoniaca que me cuelga como la piedra de sísifo siempre a merced de
las vaginas qué hago acá por dios qué hago acá este tipo no está
diciendo nada habla pero no dice nada absoluta perdida de tiempo y la
peor parte es que me parece que ella está coqueteando con el tipo si
me parece que está coqueteando con el tipo y sí mira se está
tocando el pelo eso es señal inequívoca de coqueteo y el tipo es un
imbécil hipster insoportable yo yo yo puedes hablar de otra cosa que
no seas tu no puedes amarte un poco más no creo que sea posible y
esta tarada lo ve como una tonta y yo estoy enamorado de la tarada lo
cual me hace una especie de general de los tarados qué hago acá por
dios y todo esto es totalmente inútil en la época del internet
habla por tres horas y dice algo que alguien en youtube dice en cinco
minutos y nosotros los cavernícolas lo venimos a escuchar menos mal
que no vinieron mis amigos yo diciéndole a la gente para que venga a
este bodrio y bueno esa es la típica cosa que hace un general tarado
tropa avancen hacia esas tres horas de perdida de tiempo que mi falo
esta con ganas de guardarse en un agujero caliente no solo iba a
perder mi tiempo iba a perder el tiempo de mis amigos me asesinaban
si venían a esto ah mira que sorpresa está hablando de sí mismo
habían pasado como tres minutos sin que mencionara su trabajo o lo
muy poco que se le aprecia pero por que no te vas a levantar basura
hijo de puta para que veas lo que no es ser apreciado anda al campo
a cosechar papa y ahí vas a ver lo que es no ser apreciado quién te
debe algo ti hipster de mierda por favor habla del tema por cinco
minutos sin mencionarte cinco nada más no es posible no ah este es
el colmo el fondo de pantalla de su compu es una foto de él pero
porque no te vas a la puta madre que te parió imbécil la carrera no
que tarado se me olvido la carrera no lo puedo creer que estúpido
una estrella más para el general me perdí la carrera por estar acá
hoy era la carrera es más ahora mismo es la carrera cómo pude ser
tan estúpido maldito pene me voy cortar la verga para ver si puedo
hacer algo útil de mi vida todo el entrenamiento la plata todo al
carajo pero cómo puede ser que se me haya olvidado en qué momento
se me pasó maldito semen y su efecto estupidazante y sí es eso
mírala ahí que belleza de mujer uno ve eso y el mundo entero
se va al traste es la historia más vieja del mundo adán dejó el
paraíso paris quemó su ciudad dante se va al infierno eduardo
renunció al trono y yo me perdí la carrera y bueno que se le va a
hacer nada estoy derrotado el general ha claudicado seguí hablando
de ti flaco que yo la miro a ella y espero que esta noche me den un
premio de consuelo que al final es la meta y es todo
El Problema.
El problema es que se mezcla todo. La línea es ya demasiado borrosa. Fantasía y realidad son categorías para la ficción. Lo imposible siempre ha sido imposible, y lo seguirá siendo, porque atravesar una pared es imposible, no en el sentido de que es poco probable, sino en el sentido de que la realidad no lo permite. Uno se confunde, no sabe, lo que se inventa también queda en el pasado, a veces no se sabe si es el recuerdo de una invención o el recuerdo de una experiencia lo que uno está pensando. Todo mezclado. Y estábamos los dos borrachos, y dijimos de ir a la montaña, y yo lo vi caer, porque juntos no lo pudimos ver caer, y después me fui caminando, y después el hombre me preguntó si habíamos peleado, y yo, yo ya lo tenía todo mezclado.
Publicado originalmente: 10/2/2010
Publicado originalmente: 10/2/2010
Azul y tibio.
Sus
últimas palabras fueron: "mi destino es el sol".
Entonces,
se convirtió en una bola de fuego azul y tibia, y ascendió con la
velocidad del águila hacia los cielos.
Amadeo Salvatierra.
Amadeo Salvatierra siempre fue poeta. De pequeño escribía versos en rima que le entregaba a las maestras en busca de Amor y aprobación, no porque no lo recibiera en casa o con sus amigos, dónde lo conseguía de sobra, sino porque necesitaba mucho de ambos, ya que su ambición era grande, su espíritu gigante y su alma insaciable. Amadeo Salvatierra, era un romántico incurable.
Salvatierra, en su infancia y hasta su adolescencia, sufrió ser un hombre que gustaba de mujeres. Con o sin razón pensaba que si fuera una mujer o un homosexual, sería más libre y pensaba en esta palabra: "frondoso". Libre y frondoso, y frondoso “no puede ser palabra de hombre en busca de tetas, frondoso es palabra de lesbiana, de maricón", pensaba el pobre Amadeo en los recreos mientras miraba los desarrollados senos de la rubia, las caderas turbulentas de la morena y sentía el frondoso aroma de la maestra. Así fue la infancia de Amadeo Salvatierra, dividida, por un lado su cuerpo de hombre y su seriedad de caballero, y por el otro la lágrima y el celo.
Después creció y viajó y la división se convirtió en una unidad fuerte que le permitió desarrollar una mirada nueva, y con ella escribió muchos poemas, y editó lindos volúmenes, y trabajó, y enseñó.
De toda la obra de Amadeo, dos particulares me intrigan y entusiasman.
El primero son dos anexos que se encuentran en su primera edición de poesías reunidas, ellos son "5 poemas místicos" y "La vida", ambos anexos constan de cinco poemas de una frase cada uno, que tenían que ser editados, según indicaciones precisas del autor, en una página cada uno, al comienzo de la página par del libro, osea que una hoja de papel por delante y por detrás sólo contenía ese poema.
Acá vemos en forma reducida dicha antología:
5 poemas místicos:
Espíritu gárrulo.
La voz de Dios.
La voluntad del silencio.
La fe.
El dolor.
La vida:
Mariposa en el espinillar.
El escándalo de los loros.
El frondoso mar que habita en la mirada.
La exuberancia de las frutas.
El sol brillando sobre las flores.
Jamás explicó dicha antología y quedó en los anales de la literatura en el rincón reservado a las licencias poéticas y los sin sentidos que les permitimos a los maestros.
El segundo elemento es una respuesta que dio en una entrevista. Le preguntaron a Salvatierra a propósito de su cuento "El tigre", por la soberbia calidad en su uso del color, y esto fue lo que contestó:
- Los colores son formas de luz, lo primero es hablar de la luz. Si es un día nublado, si es de noche, si hay fuego, si estás afuera o adentro. Primero dices día soleado, después pasto frondoso, cielo despejado, una flor amarilla y un cardenal, y él en la terraza de madera acaricia a su perro negro. Primero la luz, después el color.
Amadeo Salvatierra siempre fue poeta, y su gran triunfo fue confiar en su mirada.
Buba.
- ¿Qué quieres?
- Te puedes quedar acá un rato por favor.
- No me molestes, ya estuve acá durante la comida, y ya hice los ejercicios, déjame estar adentro.
- Yeny, por favor, un rato más, quédate conmigo, charlemos un poco.
- Nos vemos adentro si quieres, déjame estar.
- Yeny, no entres.
Pero Yeny ya no oyó estas últimas palabras, estaba sentada a su lado, pero totalmente ausente, Yeny estaba conectada.
Buba se levanta y va hacia el refrigerador, está cada vez más gordo, cada vez hace más ejercicios, pero parece no importar, ya leyó y sabe que los resultados son lentos, y esto lo desbalancea, no está acostumbrado a resultados lentos, y no puede dejar de comer, saca un trozo de queso amarillo, agarra el pan de arriba del refrigerador y se sienta en la pequeña mesa circular viendo a Yeny.
El departamento es pequeño, un ambiente único que integra cocina y estar, y un baño. Está limpio. Buba mantiene una casa ordenada. Pica un trozo de queso, un trozo de pan y empieza a comer fuerte pero educado. Come para no estar en línea. Lo sabe. Desde hace un tiempo, no sabe bien cómo o por qué, siente rechazo por la conexión. Buba quiere estar afuera, pero ya no sabe estar sólo. Si tan sólo Yeny lo acompañará un poco más, pero es mucho pedir, él lo sabe, ya pasa bastante tiempo desconectada, y lo hace por él. Yeny es hermosa, esta hermosura le da inseguridad, y pedirle algo también.
Otro trozo de queso, otro trozo de pan.
Buba termina y limpia la mesa, se sienta en el sillón al lado de ella, cierra los ojos y espera un segundo, Yeny se levanta sin abrir los ojos, se baja los pantalones y se saca la camisa quedando completamente desnuda, Buba la ve y en seguida tiene una erección, ella mueve la pelvis hacia adelante y abre las piernas. Buba la ve y se masturba, acaba en unos segundos, cierra los ojos y Yeny vuelve a vestirse. Buba sabe que es una buena chica, se lava las manos, y se sienta de nuevo en la mesa. No sabe qué más hacer. Ayer arregló la tapita del cosito ese para guardar las galletas, hoy no hay nada roto.
- Qué sentido tiene, por qué no puedo estar conectado, cuál sería la diferencia, acá estoy hablando solo, conectado me escucharía.
Buba se queda pensando en la soledad. Después de un rato, decide salir.
- Caminar, sí, caminar.
Sale del edificio y se va camino al parque. Últimamente le gusta mucho el parque. Hay niños corriendo, amigos jugando a la pelota, personas con sus perros. Buba a veces piensa en comprar un perro, pero la responsabilidad lo paraliza, un par de veces hasta ha entrado a las tiendas de mascotas, los levanta, los huele, pregunta precios, ve los distintos tipos de comida, calcula dónde pondría el plato en su casa, dónde la cucha, una vez hizo lista de nombres, anotó siete posibles nombres, tres de macho y cuatro de hembra, pero después, nada. Le han dicho que los perros pueden vivir hasta quince años, y siempre piensa lo mismo, quince años es mucho tiempo, mucha responsabilidad, y se va a morir después, lo voy a cuidar quince años para que se me muera, esa idea lo entristece.
Se sienta en un banco.
El día está radiante, hace calor pero no es abrumador, la contaminación se ha despejado junto con las nubes y se puede ver el cielo. Piensa en Yeny, en lo hermosa que es Yeny, piensa en su cabello castaño, sus ojos verdes, su piel blanca, nunca comprendió por qué se había mudado con él, por qué lo amaba. Buba le pide una conexión al banco y la llama.
- ¿Yeny?
- Sí Buba. ¿Estás en el baño?
- No, salí, estoy en el parque, caminé hasta acá, el día está radiante, no quieres venir, quiero estar contigo acá, sentados, viendo a la gente y a los perros, los árboles, podemos alquilar unas paletas o un frisbee.
- No sé Buba, vamos a tardar mucho.
- No importa, ven, tenemos que aprovechar este día, tenemos que aprovechar el sol, adentro está todo igual y va a seguir estando, no va a cambiar, todo va a quedar ahí, todo ya está ahí, da lo mismo, el dato es el dato y va a seguir estando por siempre, pero esto no, esto está acá ahora y desaparece para siempre, ven.
- A veces hablas tan lindo.
- A veces quiero salir, eso es todo. Ven conmigo, disfrutemos del sol, yo quiero caminar un poco más, te busco, bajas y venimos caminando hasta acá.
- Bueno Buba.
- Gracias Yen, te llamo cuando esté abajo.
- Te espero.
La Tristeza.
No es fácil
ser honesto con
la tristeza;
es tabú,
es pornografía.
La tristeza es desnudez.
No es la rabia
que se esconde en la violencia,
o la melancolía
que corre tras el suspiro,
ni el dolor
que corre con la lágrima.
La tristeza no tiene escudo,
no tiene excusa,
no es una carencia,
no es una emoción,
dista mucho de revelar
un significado.
La tristeza es lo que queda cuando
todas esas cosas se han caído.
Es si acaso una oportunidad,
un suspiro,
que muy lentamente
y
con un cariño sincero,
te recuerda tu humanidad.
Hay que ser honesto con la tristeza.
Pobre aquel que se ofende con la
desnudez,
pobre aquel que mira para otro lado
frente a las verdades del
cuerpo y de la mente,
que predica que no se muestre la piel,
los muslos,
los pezones,
que no se muestre
eso que puede causar vergüenza.
Aceptar la tristeza como los lunares,
las cicatrices,
la vejez.
Satisfecho y hasta feliz
de estar triste.
Honesto.
El Otro.
Una cosa es estar solo, y otra es
estar en soledad con la compañía de los otros. El recuerdo y la
memoria generan sentimientos, pero las proyecciones generan compañía.
Se sentó un rato a ver el fuego. El silencio lo rompió ella desde
la cama preguntando si estaba todo bien, él contestó que sí y nada
más, ambos se dejaron. Aprovechó y fue hasta la nevera y sacó una
lata de malta. Se volvió a sentar en la silla y esta vez se puso a
pensar en el proyecto, pero antes sabía que tenía que pensar en
ella. Se sabía movido, era una bella mujer con la que había estado,
eran todas bellas, infinitas, desastrosas. Era cuestión de irlas
conociendo, de saberlas, y después nada, el vacío. Se quedó viendo
una mancha de humedad en la pared y se preguntó, ¿estoy
deprimido?, y después se dijo lo que siempre se decía, la
depresión es general, no soy yo, no es el otro. Que lindo hacer
el amor, que lindo amar, que lindo dar y recibir, que lindo el
orgasmo. Con ella había tardado, ella a él le había exigido un
largo cortejo, y él sin saber bien por qué, había acepado. Ahora
estaba en la cocina y pensaba: el otro es un mundo, y es como yo,
y piensa lo mismo, así que es infinito e igual.
Y el pensamiento de dos infinitos
paralelos le dio una imagen, la imagen necesaria para pensar en el
proyecto.
Mirada.
- Me juego todo por la mirada de esa
Morena.
- No me cabe duda.
- Mira lo que es esa mujer, mira como
ve.
- Es muy linda si, pero nada más.
- Hay que ser de piedra, por Dios, si
es que te estruja la medula con la mirada. Ni siquiera es tan linda,
es flaca, nada más, y tiene mucho maquillaje, pero mantiene esos ojos arriba, que cosa más linda.
- Exagerado, hey, a dónde vas.
- A hablar con ella.
- Tranquilo hombre.
- La tranquilidad es para los muertos y
yo todavía estoy vivo.
- Ah, te cagaron.
- Si, no importa espero a que dejen de
comer, mejor, así la veo un poco más.
- Bueno, disimula un poco.
- Claro claro. Mira como come, esa
mujer es una bestia en la cama.
- Si, come bien. Pidamos otro trago. Te
pones como un animal.
- Soy un animal. Ya bastante me cuesta
estar acá sentado, calmando las ganas con alcohol, me aguanto todo,
los culos, las tetas, los rulos, lo que quieras, pero esa mirado es
demasiado animal, aguanto lo que quieras y no me muevo, pero eso, eso
es demasiado. Ver todo el tiempo el objeto de deseo y comportarse es
una cosa, pero eso de la mirada es otro mundo, otra galaxia, otra
profundidad, ahí no me controlan y soy libre.
- Venga. Tragos.
- Tragos.
- Te vuelves loco hombre. Así te
pusiste con la que cocinaba raro y mira como te fue. En una fiesta,
una vez la viste cocinar y eso fue todo.
- Esa mujer cocinaba que era un
encanto, cero receta, totalmente instintivo, delineaba con dos o tres
cosas y se mandaba.
- Si, si.
- Resolvía los problemas en el
momento, el pollo medio duro, lo tostaba, y hacía una salsa rápido,
el arroz se le estaba pasando, aceite de oliva fuego al máximo un
segundo y adiós problemas, un poquito más acá, más fuerte, más
suave, era una maravilla, nada la sorprendía, y encaraba todo, una
caradura.
- Si, nunca un plato igual esa mujer.
- Una Artista.
- Una psicótica! y te fue muy mal!
como te hizo llorar esas mujer, y ahora te vas con una mirada bonita,
tal vez te llama la atención porque te quiere matar, te debe odiar y
todavía no te conoce, y eso es lo que te calienta.
- Oye hombre, qué te pasa, cuál es la
hostilidad.
- Nada. Bueno si, que ya se ve que no
vamos nada al cine y si vamos ya sé de que vamos a hablar.
- De lo que siempre hablamos.
- Si, de qué más, de mujeres.
- Mira, que bocados, esta te deja seco.
- Dale, esa es tu linea de entrada.
- ¿Linea de entrada?¿Cuantas veces al
día piensas que esa mujer dice que no?
- Tres, cuatro veces que tiene que
decir literalmente que no, después unas tres o cuatro más que
directamente ignora, todos los días.
- Y cuántos tipos debe tener a los que
no les dice que no, pero tampoco que si, de esos que mantienen ahí.
- Debe manejar unos diez tipos.
- Por lo menos.
- Estamos muy en desventaja amigo
- Muy en desventaja ¿qué crees que
haría falta para que diga que si?
- Nada. Esa mujer se viene limpiando
hombres desde los trece años, olvídate, ya lo escuchó todo y lo vio
todo, no tienes nada frente a ella, y si lo tuvieras no lo podrías
mantener.
- No.
- Anda con la verdad y que ella elija.
- No hay otra, es esa, nada más,
siempre eligen ellas igual.
- Pero no exageres esta vez, dosifícale
la verdad, no le digas que te gusta como come.
- Pero tu mismo lo acabas de decir,
por qué andarme con medias tintas, que vea lo que hay de una y listo.
- Mira, ella ya sabe.
- Si, esta sabe todo.
- Pues entregue, no tienes otra.
- Ninguna otra, voy y le muestro la
pancita.
- No literalmente por favor.
- Me encantaría mostrarle la pancita.
- Lo sé.
- A que pide tremendo postre, y con eso
ya sé que no se me escapa sin que por lo menos pueda decirle algo.
- A qué no.
- La próxima cerveza a que sí.
- Juego. Esa está a dieta. La amiga no
está nada mal.
- Eso, vamos, levante que ayuda. La
amiga es más linda todavía, es hermosa directamente.
- Soy un poco más lento ya sabes. Y si
es muy linda.
- Es más linda.
- Si, es más linda.
- Claro, si esa Morenaza lo que tiene
es una bazooka por mirada. La otra carga armamento pesado por todos lados.
- Yo voy tranquilo.
- Lo sé, pero si la idea es
conocerlas. Los dos estamos de viaje, yo voy con un poco más de
entusiasmo eso es todo.
- Si con la pancita al aire. ¿Te está
mirando?
- Nos estamos mirando.
- ¿Y mantiene?
- Obvio que mantiene. Ojalá que no
pase nada porque esta mujer me va a hacer sufrir. ¿Estás adentro?
- Estoy.
- Listo. Mira postre!
- Suerte.
- Esperemos que continúe.
- Adiós cine.
- Ojalá. Y sea lo que sea, un encanto
haberme cruzado a esta mujer, ya con lo que me ha dado estoy satisfecho.
- Una mirada, eso es todo, sales barato.
- Al contrario amigo, al contrario.
- Es verdad. Terminamos esto y vamos.
- No y que tranquilo, que terminen en paz, pidamos esa cerveza que me gané y vamos.
- La amiga está buena.
- Eso campeón, a sacar la pancita.
Bruce Lee y Jimi Hendrix.
Bruce Lee sale de un restaurante en San
Francisco, son las dos de la tarde, es verano y hay cuarenta grados,
está acompañado por siete hombres, productores de Hollywood,
estudiantes de artes marciales, un cocinero. Caminan una cuadra y
hacia ellos viene caminando un negro flaco con afro, bruce lo
reconoce y le dice: hey, no eres tu Jimi Hendrix. Y Jimi contesta: si
Bruce, soy yo. Y Bruce le dice: charlamos un poco en esa plaza. Y
Jimi contesta: Claro. Bruce le hace una seña a sus seguidores para
que lo dejen tranquilo y se van caminando, muy lentamente, hacia la
plaza, Jimi le lleva una cabeza a Bruce, pero de alguna manera parece
más pequeño. Caminan hasta un banco.
- Oye Jimi, me encanta tu estilo.
- Vamos hombre, si tu eres el rey del
estilo.
- No digas eso, si lo que hago es
vender el no estilo.
- Así es bruce, tocar todo, escuchar
todo.
- Sentir todo, Jimi.
- No nos van a dejar vivir, moriremos
jóvenes.
- Si, y no importa, de alguna manera
viviremos por siempre.
- Mira que chica Jimi, parece un zorro.
- Si señor, lo parece, y tú que estás
haciendo ahora.
- Tengo ganas de hacer una película en
la que mando un hombre al espacio, pero estos retrógrados nunca me
lo van a permitir. Imagínate, un chino en el espacio, es el futuro,
y no van a dejar que pase. Me imagino que voy a otro planeta y tengo
que pelear seres de otra galaxia, ya pelee contra el más grande y
contra el más rápido, me falta pelear con alguien que tenga más
brazos, más piernas, es el futuro, ya vas a ver, pronto vamos a
mostrar la energía en las películas, vamos a pelear con todo y contra todo. Pero
no me van a dejar hacerlo, el hombre blanco lo tiene que hacer
primero.
- El chino a tirar patadas y el negro a
limpiar los pisos.
- Oh Jimi y hay que ver que mal que
limpias los pisos.
Entonces se quedan en silencio un
rato, viendo los árboles. Bruce rompe el silencio.
- Oye Jimi me encanta tu camisa.
- Hey B, la compré acá cerca, quieres
que te lleve.
- Claro.
Bruce se para de un salto y hace un
backflip, cae como haciendo una payasada y dice:
- Nada como una buena camisa para
continuar con el espectáculo, además, me encanta la buena ropa.
- Claro B. Vamos por ese estilo.
- No estilo Jimi, no estilo.
Y Bruce Lee y Jimi Hendrix se van a
comprar ropa.
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