Huckleberry Finn y un cerco verde.


(Cuento)

Blanco. Estoy casi seguro. Si, Huck Finn pintaba la cerca de blanco. No terminó, claro que no terminó, de eso va el libro no, o sí. Pintaba porque lo habían castigado, un regaño era, no, si, tengo que leer el libro de nuevo. Yo estoy pintando en verde, que no es blanco, pero bueno, estoy pintando muy mal, pero no importa, o si importa, pero no tanto como para que me digan nada, creo que se conforman con que esté mal pintado, está tan feo esto, no es feo, es desprolijo, pero eso es feo, con unificarlo con este color es una gran mejora, la pintura arregla todo. Estaba Huck al sol, si, claro que sí, de ahí al río, yo me podría ir al mar, me voy a ir al mar, claro que Huck era un niño y yo soy un hombre, un hombre pintando una cerca, de verde, mal pintada. Que hermoso día, tan lindo que no me importa estar acá, igual se está bien acá, te tratan bien, agua de botella cada vez que pides, te dan fruta, había queso esta mañana, no están encima de uno, podría hacerlo mejor, pero no quieren, quieren rápido, y bueno, a mi me importa, pero a ellos no, complicada la cosa, para hacer bien este trabajo me tengo que descontracturar, ir a peor tal vez, que no es realmente peor, es diferente, toda la vida planeando y midiendo y teniendo cuidado para que ahora, si quiero que me vaya bien, tengo que hacer totalmente lo contrario, igual tan bien no me fue con lo otro, porque terminé pintando cercas, pero bueno, tampoco tengo que hacer esto, podría no hacerlo, pero decidí hacerlo, que no era exactamente lo que hacia Huck, convenció a un par para que pintara por él, es más le daban cosas, los convencía para que pintaran y le pagaran, que genio, yo estoy ayudando gratis, no hace eso Huck, no, sé va por ahí, la pasa re bien, se divierte como le da la gana, después lo ponen de castigo a pintar un cerco, yo hice todo bien y terminé en el mismo lugar. Cómo se llamaba la segunda parte del libro, ah no, el que pinta el cerco es Tom Sawyer, claro, Huck Finn es el amigo y ese es el segundo libro, las aventuras de Huckleberry Finn, y a Tom lo castigaron por no ir al colegio, eso, si, por ahí va la cosa, y engaña a los otros chicos para que se queden pintando, eso, bueno bien. O el thiner me agudiza las neuronas o acabo de entender al Karate Kit.  

El Hombre.

    (Cuento)
   
    Mira la verdad es que siempre me enredo, quiero contar una historia simple, y siempre me termina pareciendo tonta y poco intelectual y la termino enrollando sin ningún sentido así que déjame que te cuenta esta así no más, y si sale mal sale mal y tu no me dices nada. La historia, es la siguiente, es la de un hombre que se va a vivir a la playa. Nada más. No hay gran intriga, es un hombre que larga todo al carajo y se muda a un pueblito de playa, y no es todo color de rosa, el tipo la pasa mal, tiene que trabajar en cosas que no le gustan, se cruza con gente que le hace daño, igual que a cualquiera, pero le pasa en un pueblito de playa, el pueblito de playa que el eligió, y eso la hace a mi parecer una historia interesante, no hay grandes conflictos, ni grandes desenlaces, nada extrema, pero es bonita, y es fácil.
     El hombre este vivía en una ciudad, una ciudad grande, trabajaba en una oficina en un edificio de veinte pisos, el trabajaba en el cuarto, en la planta bajo había un Mcdonalds. El susodicho tenía que pasar por el frente del Mcdonalds todas las mañanas. Iba al trabajo en tren subterraneo, tren que tomaba a diez cuadras de su departamento, un departamento de un dormitorio en un edificio de seis pisos en un barrio de clase media. Este hombre tenía una novia, que dormía varias veces con él. Este Hombre no tenía hijos. Este hombre era un infeliz. De Lunes a Sábado se levantaba a la seis de la mañana, tomaba el tren a las siete, llegaba al trabajo a las siete y media, trabajaba hasta las cinco, llegaba a su casa la seis, hacía alguna forma menor de entretenimiento y se iba a dormir. Tenía amigos, claro. Salía esporádicamente al teatro, al cine, por supuesto. También leía algún libro ocasionalmente, disfrutaba de bebidas alcohólicas y tenia sexo regularmente. Ser infeliz no tiene nada que ver con esas cosas, ser infeliz tiene que ver con lo que pasa en el centro mismo de tu cuerpo, en la profundidad absoluta de tu cabeza, tiene que ver contigo mismo y cómo te sientes con lo que estas haciendo. este hombre era infeliz. 
     Cómo cualquier otro siempre lamentaba el fin de sus vacaciones, pero en las vacaciones últimas algo había cambiado, este hombre es vez de lamentarse se preguntó, de una manera seria, porqué esto ha de terminar? y se lo siguió preguntando en la oficina, y se lo siguió preguntando en el teatro, y en el tren, por qué algo que me gusta tiene que acabar? , y cualquier hombre puede aguantar preguntarse si es correcto o no, pero un verdadero hombre no puede con la pregunta de si es verdadero o no, por qué se preguntaba, se empezó a preocupar, el por qué no lo abandonaba, lo charló tímidamente con un grupo de amigos, todos contestaron lo mismo, porque si, porque esta es la vida, porque esto es lo que se hace, alguno le dijo, va a ser lo mismo, te vas a otro lugar y al poco tiempo estás cansado, aburrido, quieres otra cosa, mejor quedarse haciendo lo que estas haciendo, hacerle frente y seguir, que después de todo no es tan malo, te ha tocado bien, a muchos otros les toca peor, si a muchos otros les toca peor. Pero la pregunta no desaparecía, parecía estar instalada en un lugar más allá de la lógica. Por qué no me puedo quedar en un lugar que me gusta. Podía en particular apreciar por qué un hombre con familia, escuela, trabajo con futuro, etc, encontraría mayor resistencia para no hacer las cosas que le gustan, no estar en el lugar que le gusta, pero no es el caso de la gran mayoría, la gran mayoría no es nada, es gris, y sin embargo se queda, se mantiene, porque si.
     Este hombre durante una cena le planteó a su novia mudarse de la ciudad, ir a un pequeño pueblo de playa y quedarse a vivir ahí. Su novia no sabía que hacer, la idea era tentadora, pero dejar la ciudad, su trabajo, sus amigos, su familia. Ella podía entender el planteo de él, que era simplemente, por qué no hacerlo, pero no era suficiente para ella, poder o no poder hacer algo no es suficiente, ella necesitaba una razón más fuerte, laboral, familiar, que significara para el futuro. El futuro.
Este hombre sabía que no iba a llegar lejos en su trabajo, no tenía ni los títulos, ni los contactos, para acceder a las altas esferas de la empresa en la que trabaja, salir de esta y comenzar por su cuenta parecía aún tema irrisorio. Conseguir prestamos, relaciones públicas, el doble de trabajo, cien por ciento de riesgo, por qué, para qué, por qué cantidad. Seguir, alcanzar cierto nivel, conseguir cierta seguridad, después de todo, es el sueño de muchos, una y mil veces se lo repetía, eres un hombre con suerte, tienes alimento, agua corriente, un techo, ingresos, una mujer que te acompaña, una familia que se preocupa, porque entonces soy infeliz, porque entonces siempre el por qué.
     Departamento, tren, trabajo, casa, ligera forma de entretenimiento.
     Por supuesto que este hombre nada hizo al principio. No era el primero ni sería el último en querer vivir en el lugar en el que uno va de vacaciones. El por qué se quedó dentro de él, lo acompañó por largo tiempo. Cuando le tocaron las próximas vacaciones decidió no viajar. Se quedó en la ciudad, haciendo nada, descansando, yendo a las plazas, disfrutando de los cafés, intensificando su agenda cultural. Pero en todas estas actividades o por lo menos en las buenas. Había un mensaje claro fuerte, encuentra tu propia voz, sé verdadero, y mucho más importante y mucho más presente, hay otra realidad. El arte le mostraba una y otra vez, otra cara, otra posibilidad, otra manera. Y le era particularmente asombroso como las otras personas que lo acompañaban parecían no poder entender ese concepto básico, profundo, y universal que le mostraba el buen arte, hay otra manera.
     Cierta ira comenzó adueñarse de él. Ya no podía permanecer callado frente a las pequeñas cosas que le molestaban, comenzó a pelear con su novia por pequeñeces, comenzó a separarse de los amigos, todo lo que hacían lo irritaba, en particular le molestaba que todo pareciera una competencia, los que hacían deporte, constantemente estaban compitiendo dentro de una masa tan gigantesca y tan neutra que era imposible ver por qué lo hacían, por qué competían, y era lo mismo con todos, quién consiguió el mejor restaurant, quién encuentra la mejor película, quién puede comentar mejor un libro, todo una competencia, todo una carrera que va de ningún lado a ningún lado, todos los limites borrosos, la promesa constante de algo mejor, de cierta fama, seguidores de twitter, todo le pareció una competencia que no tenia ningún sentido, principalmente porque no había nada para un supuesto ganador, nada, en el trabajo era lo mismo, todos peleando por un puesto, por un lugar, competencia.
     Entonces pensó en el premio. En lo que significaba ganar, en lo que le daban al ganador. Y lo vio claramente, el ganador recibía una casa en la playa, un buen auto, una mujer hermosa, dinero, viajes y reconocimiento. Pero de todo eso, qué era lo que le importaba a él, qué le importaba ganar, vivir en la playa, en un pueblito, entonces dijo, no compito, dejo de jugar, no me interesa, no vale la pena, puedo directamente ir por el premio, y fue lo que hizo, se fue a vivir al mar, a un pueblito de playa, y no todo era color de rosa, la pasaba mal, sufrió la soledad, trabajó en cosas que no le gustaron, extrañó mucho, pasó por mucho, pero por todo pasó con la liviandad del hombre que ya había ganado.  

Abel Cienfuegos.


Todo el mundo escucha la campana. El que dice que no escucha la campana, miente, y todos sabemos cuando alguien miente. Por eso nadie quería pelear con Abel Cienfuegos. Gran boxeador Abel, pegada firme, ágil de pies, buena defensa, pero nadie quería pelear con él , conseguirle peleas era difícil, y lo fans lo abucheaban siempre, porque Abel, siempre, en todas las peleas, metía un golpe después de la campana. Que en el boxeo como en cualquier cosa lo mental es tan importante como lo físico y saber golpear la cabeza es tan importante como saber golpear el cuerpo, pero el juego psicológico es una cosa, y el golpe bajo es otra. Hay varios de esos que recurren al golpe bajo, tan fácil como certero, tan implacable, pero al mismo tiempo tan ratero y destructor, se requiere un tipo de ser humano muy especial para utilizarlo, generalmente son aquellos que pierden de vista la distancia, que no comprenden el juego por afuera del juego, que no entienden que después de la pelea la vida continua, y una pelea es realmente una batalla, que el objetivo, es ganar la guerra. Abel Cienfuegos, el boxeador de gran talento que todas las peleas hacía lo obvio, que muchas veces le dio muchas victorias, dar un golpe después de la campana.    

Muerte.

No
es
ni
miedo
ni
respeto
ni
tristeza
es
la misma punzada infernal que
me
golpea
detrás
de la
cabeza
es esa voz
MI
!
misma voz
que
empuja y empuja y empuja y empuja
y empuja
y empuja
y empuja
y empuja
empuja empuja empuja
empuja
y empuja
empuja y golpea
y no deja de golpear
de insistir
de molestar
en todos sus mensajes
y tras todas sus ideas
el mismo y único sentido de su
de mi
de esa parte del ser
de MI ser
(busca, hay más, y más, crees que estás esperando, pero no)
la iluminación es para los iluminados
la desidia es para los iluminados
la paciencia
la plenitud
todo para los iluminados
en
la
oscuridad
dos opciones
aceptar la putrefacción que
invade a todo lo que se detiene
o aceptar el golpeteo
y buscar
el movimiento
pero
a
v
e
c
e
s
el golpe que da
que doy
es
tan incesante
tan incisivo
tan brutal y molesto
que empuja
y empuja y
sigue empujando
lastima
entonces
el
v
  é
    r
      t
        i
         g
            o

hasta el más tenaz de los viajeros necesita un descanso

es
que
nunca
se
va
a
detener
.
y el miedo absoluto
:
no sabrá detenerse
?
aparece
entonces
una
opción
que
parece
una
salida
la ansiedad, la faltad de miedo y el hastío del golpeteo
embellecen tras un espejismo su misterio
oh muerte
todos te huyen
y
yo
yo
y
para
mi
alivio
el alivio
del cese
del silencio
de la
de MI
el alivio supremo de saberme irresponsable finalmente de la carga inexistente,
de la búsqueda interminable
claro que está
está
me gusta el coqueteo
presiento un proceso de seducción absoluta
la ultima aventura
el descanso que no necesita del sueño
la liviandad
pero no
no
porque ante todo
y antes que eso
estaba esto
eso
aquello
lo que encierra mi cansancio
y
mi
deseo
mis
voces
el amor mismo que genera el misterio
la posibilidad
y
lo reconozco
lo sé
lo siento
y lo canto
está
y
continuaré sintiéndolo
y seguirá siéndolo
en la búsqueda
en el martirio mismo
encontraré ese alivio dosificado en los reflejos de otras muertes que son amores
en la expresión absoluta que me deja vacío
en el cansancio extremo que me paraliza
en la belleza
que otros huyan de tu presencia como aniquiladora
o destructora
yo como condenado buscador no le tengo miedo a la responsabilidad de ser el único que ame o el loco que intuya y celebre la incoherencia de una lógica sesgada
ansiedad como motor
desdoblamiento como aprendizaje
cuanto vale la única verdad
:
todo muere
y
todo continua
un sol muere y se multiplica
lo hermoso
lo vivo se mueve
todo lo que es crece en espiral bajo una linea
el encuentro justifica
hay
y mucho
no es obsecuencia o tozudez
es la experiencia de haber encontrado
dormir extenuado
soñar
ni
mi
ni
eso
ni
aquello
es la misma punzada infernal que me golpea detrás de la cabeza
que me obliga a continuar


Almas gemelas.

- ¿Existen las almas gemelas? - Si. - ¿Cómo se encuentran? - No se encuentran, se reconocen. - ¿Cómo se reconocen? - Cuando dejas de mi...